Un mundo perdido posiblemente por decenas de miles de años que comprende un enorme lago que posee el tamaño de una ciudad, ha sido hallado bajo la Antártida.
Los secretos que estuvieron ocultos por mucho tiempo, están empezando a revelarse desde debajo de la gruesa capa de hielo de la Antártida.
En las profundidades del hielo de la capa de hielo de la Antártida Oriental, la mayor capa de hielo del mundo, los científicos han confirmado la existencia de un enorme lago de agua líquida.
Lago Águila de las Nieves
Los investigadores lo han bautizado como “Lake Snow Eagle” o “Lago Águila de las Nieves”, y creen que los sedimentos que contiene poseerían información sobre la evolución de la capa de hielo antártica desde su primera formación.
Don Blankenship, geofísico del Institute for Geophysics en la University of Texas en Austin, dijo en un comunicado:
“Es probable que este lago contenga un registro de toda la historia de la capa de hielo de la Antártida Oriental, su inicio hace más de 34 millones de años, así como su crecimiento y evolución a través de los ciclos glaciares desde entonces. Nuestras observaciones también sugieren que la capa de hielo cambió significativamente hace unos 10.000 años, aunque no tenemos idea de por qué”.
En el lugar más frío de la Tierra
Aunque la Antártida Oriental es el lugar más frío de la Tierra, no está completamente congelada. Se han descubierto cientos de lagos de agua líquida -conocidos como lagos subglaciales– ocultos bajo el hielo que cubre el continente.
Hay una serie de factores en juego que permiten la existencia de estos depósitos. La masa de la capa de hielo produce una presión que reduce drásticamente el punto de congelación del agua atrapada bajo ella.
Además, la propia capa de hielo proporciona aislamiento contra el aire gélido, mientras que las rocas que se encuentran debajo proporcionan una fuente de calentamiento suave. Además, si el agua es salada, saturada de sales, también puede reducir el punto de congelación.
Podemos detectar los lagos subglaciales utilizando un radar de penetración de hielo desde arriba. La señal de radar se propaga a través del hielo y rebota, y al comparar la señal transmitida con la devuelta, los científicos pueden estudiar lo que hay debajo del hielo.
Una señal de radar que rebota a través del agua líquida es más brillante, o más reflectante, que otros medios.
El hallazgo de un “mundo subterráneo”
En el caso del lago Snow Eagle, el primer indicio fue una gran depresión observada en la capa de hielo, revelada por imágenes de satélite.
Así que un equipo de investigación, dirigido por el geofísico Shuai Yan, de la University of Texas en Austin, se dedicó a obtener datos de radar de la región, así como mediciones del campo magnético de la Tierra, durante un período de tres años, de 2016 a 2019.
El análisis de los datos del radar reveló una gran mancha, a gran profundidad bajo el hielo, que brillaba intensamente. Esto, confirmaron los investigadores, era el lago Snow Eagle: uno de los mayores lagos subglaciales jamás descubiertos.
Yan dijo:
“Me quedé helado cuando vi por primera vez el reflejo brillante del radar”.
La masa de agua se encuentra a unos 3.2 kilómetros por debajo de la capa de hielo, y es considerable. Mide unos 42 kilómetros de longitud y 15 kilómetros de anchura, cubriendo un área de 370 kilómetros cuadrados y conteniendo 21 kilómetros cúbicos de agua, con una profundidad de 200 metros.
Lago oculto
El lago Snow Eagle se encuentra en un cañón irregular de 1.6 kilómetros de profundidad, enterrado bajo el hielo, pero los reflejos del radar revelan que hay algo más que agua en el lago oculto.
En el fondo del lago se encuentra una capa de sedimentos no consolidados. Teniendo en cuenta el tiempo que tarda en acumularse el sedimento en estos entornos subglaciales, el equipo cree que debe haber estado allí durante mucho tiempo, quizás desde antes de que se formara la capa de hielo.
Martin Siegert, glaciólogo del Imperial College London (Reino Unido), dijo en un comunicado:
“Este lago ha estado acumulando sedimentos durante mucho tiempo, lo que podría llevarnos al período en que la Antártida no tenía hielo en absoluto, hasta el momento en que se congeló. No tenemos un registro de todos esos acontecimientos en un solo lugar, pero los sedimentos del fondo de este lago podrían ser ideales”.
Dado que está atrapado bajo varios kilómetros de hielo en uno de los entornos más hostiles de la Tierra, llegar realmente al lago para investigarlo más a fondo es probablemente el siguiente reto.
El equipo propone que se instale una estación en las proximidades, para facilitar los futuros esfuerzos por estudiar el misterioso lago y tomar muestras de sus antiguos sedimentos.
Los hallazgos de la investigación han sido publicados en Geology.
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