Un equipo de científicos ha realizado un descubrimiento desconcertante relacionado con la geología de la Tierra. Hallaron montañas catalogadas como “secretas” y que son 100 veces más altas que el Everest.

Cuando se piensa en el pico más alto del mundo, lo primero que viene a la mente es el Everest, en el Himalaya, con sus 8.840 metros de altura.

El trekking a su cima se ha convertido en el objetivo de muchos adictos a la adrenalina, y puede ser uno de los viajes físicamente más agotadores que puede hacer un ser humano.

Pero, ¿y si le dijera que en nuestro gran planeta existen montañas más de 100 veces más altas?

Hallazgo inesperado: montañas secretas 100 veces más altas que el Everest

No se esconden precisamente a plena vista, pero los científicos han descubierto dos picos del tamaño de continentes, que ponen en aprietos a montañas como el Everest y el K1.

Investigadores de la Utrecht University han descubierto en un estudio que hay dos picos colosales que alcanzan alturas de unos 1.000 km, en lo que se ha descrito como “islas”.

Se encuentran a unos 2.000 km por debajo de la corteza terrestre y se cree que tienen al menos 500 millones de años.

Se sugiere que podrían ser una parte más significativa de nuestra historia, remontándose a la formación de nuestro planeta, hace cuatro mil millones de años.

Las enormes estructuras existentes bajo la superficie de la Tierra. Crédito de imagen: Edward Garnero; S. W. French, B. A. Romanowicz, Geophys. J. Int. 199, 1303, 2014.

A pesar de la teoría de que son montañas, la científica principal, la Dra. Arwen Deuss, dijo en un comunicado:

“Nadie sabe lo que son, y si son sólo un fenómeno temporal, o si han estado ahí asentadas durante millones o quizás incluso miles de millones de años”.

Situado en el límite entre el núcleo y el manto de la Tierra, se encuentra en la zona semisólida bajo la corteza que hay bajo África y el océano Pacífico.

Placas tectónicas hundidas

En una zona similar hay una serie de placas tectónicas hundidas, que han sido empujadas bajo la superficie con el paso del tiempo en algo llamado “subducción“.

Detalle de zona de subducción. Crédito de imagen: Wikimedia Commons

Los investigadores descubrieron además que estas islas están mucho más calientes que las placas circundantes de la corteza terrestre y son mucho más antiguas, en millones de años.

Debido a los efectos de las ondas de choque de los terremotos en el interior del planeta, existen grandes estructuras ocultas bajo el manto terrestre.

Estas ondas se ralentizan y debilitan cuando atraviesan algo denso o caliente, por lo que escuchando el «tono» que sale del otro lado del planeta durante un terremoto, los científicos pueden trazar un mapa de lo que hay bajo la superficie.

A lo largo de los años, los estudios han revelado la existencia de dos enormes regiones del manto en las que las ondas de choque se ralentizan sustancialmente, y que han recibido el cariñoso nombre de Grandes Provincias de Baja Velocidad Sísmica (LLSVP, por sus siglas en inglés).

La Dra. Deuss explicó:

“Las ondas se ralentizan porque las LLSVP están calientes, igual que cuando hace calor no se puede correr tan rápido como cuando hace frío”.

La Dra. Sujania Talavera-Soza, coinvestigadora, agregó:

“Igual que cuando hace calor fuera y sales a correr, no sólo vas más despacio sino que te cansas más que cuando hace frío fuera”.

Cuando el tono de las ondas parece desafinado o más tranquilo al pasar por los LLSVP, se denomina amortiguación.

Pero la Dra. Talavera-Soza reveló:

“En contra de nuestras expectativas, encontramos poca amortiguación en los LLSVP, lo que hizo que los tonos sonaran muy fuertes allí.

Pero sí encontramos mucha amortiguación en el cementerio de losas frías, donde los tonos sonaban muy suaves”.

Cambia lo que se sabía del manto terrestre

Un diagrama que muestra cómo aparecen las «montañas» en el manto. Crédito de imagen: Utrecht University

Los resultados apuntan a que estas montañas están formadas por granos más grandes que las losas circundantes, ya que no absorben tanta energía cuando las ondas las atraviesan.

La Dra. Talavera-Soza explicó:

“Esos granos minerales no crecen de la noche a la mañana, lo que sólo puede significar una cosa: los LLSVP son muchísimo más antiguos que los cementerios de losas circundantes”.

La idea de que puedan tener entre 500 millones y 4.000 millones de años va en contra de la creencia de que el manto está en constante movimiento.

Antes se creía que el manto se mezclaba con estas corrientes, pero si las estructuras, que podrían tener miles de millones de años, no han sido alteradas ni movidas por la “convección del manto”, esto demuestra que no está mezclado en absoluto.

[FT: newscientist]

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