Un equipo internacional de científicos cartografió el genoma del tiburón de Groenlandia en un esfuerzo por alargar la vida humana.

En un nuevo y fascinante estudio, los científicos estudiaron una de las únicas especies que viven más que los humanos: el tiburón de Groenlandia de los océanos Atlántico Norte y Ártico.

Vertebrados más longevos

Ya en 2016, una investigación descubrió que los tiburones de Groenlandia son los vertebrados más longevos, lo que despertó el interés por desvelar sus secretos. Conocidos por mantener oculta su misteriosa capacidad, pueden acechar en aguas profundas hasta 400 años. Ni siquiera alcanzan la madurez sexual hasta pasados los 100 años.

En un preprint que acaba de publicarse, los científicos esbozan que se ha cartografiado el 92% de su ADN, como informa la CNN, para comprender los mecanismos, las mutaciones en concreto, que se esconden tras su extraordinario poder para perdurar. Con estos conocimientos, quizá los científicos puedan averiguar cómo reproducir esta capacidad en los humanos.

Tiburón de Groenlandia. Crédito de imagen: Wikimedia Commons

Un genoma dos veces más largo que el de los humanos con una extraordinaria capacidad para repararse a sí mismo

En primer lugar, los científicos tuvieron que obtener muestras para llevar a cabo tal hazaña, ya que los tiburones de Groenlandia habitan en aguas profundas. Tuvieron que practicar la eutanasia a varios tiburones para obtener tejido para su estudio, para lo que contaban con un permiso.

Con una vida tan larga, no es de extrañar que los tiburones de Groenlandia tengan un genoma “extraordinariamente grande”, según la CNN. El suyo es el doble de largo que el de los humanos y mayor que el de cualquier otro tiburón del reino. Aún no se ha demostrado científicamente qué relación tiene esto con su longevidad.

Sin embargo, podría deberse a su capacidad para reparar su ADN. Curiosamente, al investigar el mismo fenómeno en otros animales, éstos también muestran el mismo comportamiento.

Sorprendentemente, en el tiburón de Groenlandia, un tipo especial de gen les permite realizar esta hazaña de prolongar la vida. Sin embargo, curiosamente, los “genes saltarines” están asociados a enfermedades genéticas y por eso se les llama “parásitos genéticos”.

Pero en este increíble tiburón, parecen haber evolucionado para multiplicarse y producir más allá de un efecto beneficioso. Se duplican y se mueven dentro de la secuencia de ADN, y eso es lo que ralentiza el proceso de envejecimiento, creen los autores del estudio. Arreglan los daños.

Como dijo el autor principal a la CNN:

“El efecto perjudicial de estos elementos transponibles (genes saltarines) no sólo se anula, sino que tal vez incluso se invierte, de modo que la integridad del genoma es aún mejor en el tiburón de Groenlandia”.

El secreto para alargar la vida y ralentizar el proceso de envejecimiento parece ser la reparación del ADN.

Arriba: un tiburón de Groenlandia nada sobre el fondo marino a 225 metros de profundidad en la bahía de Disko, en Qeqertarsuaq (Groenlandia). Crédito de imagen: John Fleng Steffensen

La reparación del ADN es la clave para alargar la vida

Efectivamente, el tiburón de Groenlandia “ocupa un lugar único en el árbol de la vida”. Los investigadores están siendo testigos de un comportamiento genético que nunca antes habían visto.

Los tiburones difieren entre sí, por lo que no hay otros ejemplos dentro del reino. Sólo este tiburón. De todos modos, los investigadores tienen intención de seguir analizando el ADN del tiburón de Groenlandia y compararlo con el de otros tiburones y peces para seguir desentrañando este misterio.

Los científicos están explorando formas de prolongar la vida humana.

Los científicos escribieron:

“Podemos ver si podemos diseñar un fármaco específico que se dirija de esta forma a esta enzima del genoma.

El objetivo es tener una mejor reparación del ADN», dijo un experto a la CNN, y los científicos tienen que estudiar todos los animales con una vida útil inusualmente larga para determinar cuáles “se adaptarían más fácilmente al uso humano”.

Los hallazgos de la investigación han sido publicados en el servidor de pre-impresión biorXiv.

[FT: CNN]

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