¿Podrías ser alérgico a otras personas? ¿Otras personas podrían ser alérgicas a ti? Es sabido que algunos están convencidas de que los gases que emite su piel provocan reacciones similares a las alergias a las personas de su alrededor. Los afectados han bautizado esta misteriosa afección como “gente alérgica a mí”.

En un estudio reciente, un equipo de investigadores compararon los gases de la piel de 20 personas que creen padecer esta afección con otras 24 muestras sanas. El grupo de “alérgicos a mí” emitía cantidades significativamente mayores de diversos compuestos con olores desagradables, cuya exposición podría tener efectos adversos para la salud.

“Gente alérgica a mí”

Todos conocemos a personas que tienen un olor corporal desagradable. No es ninguna sorpresa: Cuando ciertos tipos de bacterias de la piel descomponen los lípidos y aminoácidos excretados en el sudor, producen compuestos que pueden ser realmente malolientes.

Pero algunas personas están convencidas de que padecen algo mucho peor que un simple aroma acre. Creen que los gases emitidos por su piel pueden provocar reacciones alérgicas en las personas que les rodean, como estornudos, secreción nasal, tos y picor de ojos. En varios foros y comunidades dedicados a esta afección misteriosa y médicamente inexplicable, los afectados han etiquetado su trastorno como “gente alérgica a mí”. Muchos dicen que se ven obligados a vivir como parias portadores de la peste.

Una persona recuerda:

“De hecho, un par de personas huyeron de mí. Supongo que el olor era tan fuerte. Las reacciones varían de una persona a otra. Para algunos es sólo una tos leve y para otros es como si estuvieran a punto de perder un pulmón. Es un problema grave y ningún médico ha conseguido controlarlo.

Otra persona escribe:

“A los pocos minutos de entrar en una habitación, la gente empieza a toser y/o estornudar. Yo no estoy enfermo en absoluto, pero todo el mundo a mi alrededor se pone enfermo nada más conocerme… Me siento solo y me estoy convirtiendo en un paria de la sociedad”.

Los pocos trabajos científicos publicados sobre la “gente alérgica a mí” sugieren que la afección podría ser un vástago de la depresión, la ansiedad social o la dismorfia corporal. Sin embargo, hasta ahora ninguno ha intentado evaluar si hay algo realmente nocivo en la piel de los afectados.

Crédito de imagen: depositphotos.com

“La gente me tiene alergia”

En un nuevo estudio publicado en Scientific Reports, un equipo de investigadores japoneses rectificó esta falta de pruebas. Reclutaron a 20 personas que declararon padecer “gente alérgica a mí” y compararon sus gases cutáneos con los de 24 voluntarios sanos.

Curiosamente, descubrieron que el grupo de “personas alérgicas a mí” emitía cantidades significativamente mayores de diversos compuestos con olores ofensivos, cuya exposición podría tener efectos adversos para la salud. De media, estos sujetos emitían aproximadamente cinco veces más mercaptanos (que huelen a col podrida), 50 veces más acetona (presente en los quitaesmaltes), seis veces más hexanal (que huele a hierba recién cortada) y 40 veces más tolueno, en comparación con los sujetos de control.

La enorme diferencia en el tolueno emitido llamó la atención de los investigadores, ya que este producto químico es un irritante conocido.

El National Institute for Occupational Health and Safety advierte contra la exposición profesional a este compuesto:

“Se cree que la exposición… en el aire interior, incluso a niveles de partes por billón, desencadena síntomas como irritación de la piel, los ojos, la nariz y la garganta y síntomas psiconeuróticos, como mareos, náuseas y dolor de cabeza”.

Sin embargo, los investigadores observaron que la concentración media de tolueno emitida por los sujetos “alérgicos a mí” era muy inferior a la cantidad permitida por las directrices japonesas sobre la calidad del aire en interiores. Curiosamente, los investigadores descartaron la sudoración excesiva como causa de las “personas alérgicas a mí”. Los sujetos no mostraron signos de aumento de la sudoración en comparación con los participantes de control.

Aunque el reciente estudio no revela una cura o causa para los afectados por la “gente alérgica a mí”, sí valida en gran medida las experiencias de quienes la padecen. Algo parece ser fisiológicamente diferente en su piel.

Los investigadores resumieron:

“En los grupos de personas alérgicas a mí se observaron mayores emisiones de gases con posibles olores ofensivos y/o efectos adversos para la salud, y hay personas muy vulnerables a dosis bajas de sustancias químicas en el ambiente”.

Los autores planean a continuación intentar observar y analizar los efectos alergénicos de las “personas alérgicas a mí” sobre los transeúntes en un entorno de laboratorio.

Los hallazgos de la investigación han sido publicados en Scientific Reports.

[H/T: BT]

Crédito imagen de portada: depositphotos.com

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