Un equipo de astrónomos utilizando el Telescopio Espacial Hubble han sido testigos de una llamarada en una estrella de tipo M conocida comúnmente como «enana roja».
Aunque las enanas rojas son conocidas por lanzar destellos mucho más grandes que otro tipo de estrellas, como el Sol, esta es la primera vez que se ha podido observar un fenómeno como este.
Investigadores de la Arizona State University liderados por el Dr. Parke Loyd se encontraban investigando estrellas enanas rojas y sus posibles zonas habitables, en donde las temperaturas son propicias para que la vida prospere. En total, lograron observar 12 enanas rojas durante 10 horas de observación en el Telescopio Espacial Hubble.
Durante esas cortas horas, observaron 18 llamaradas. Una de estos destellos, producido por la estrella M2.0 llamada J02365, denominado «superflare», fue 30 veces más poderoso que cualquier otro visto por el Hubble anteriormente.
Loyd dijo en un comunicado:
Cuando me di cuenta de la gran cantidad de luz que emitía el superflare, me quedé mirando la pantalla de mi computadora durante bastante tiempo pensando: ‘Whoa’. Con el Sol, tenemos cien años de buenas observaciones. Y en ese tiempo, hemos visto una, tal vez dos, llamaradas que tienen una energía que se acerca a la de este superflare”.
En nuestra galaxia, la mayoría de las estrellas son enanas rojas. Son fáciles de estudiar y son muy numerosas, por lo que la búsqueda de vida debe centrarse mayormente en si los planetas que las rodean son los adecuados.
Lamentablemente, según diversos astrónomos, la intensa radiación ocasionada por las erupciones probablemente aniquilaría la vida en los planetas cercanos. Esto sería bastante posible, teniendo en cuenta que un planeta necesita orbitar muy de cerca a una enana roja para que sea lo suficientemente caliente para tener agua líquida.
Con el tiempo, las enanas rojas dejan de lanzar ataques violentos, razón por la cual los investigadores han planteado la siguiente etapa del proyecto HAbitable Zones and M dwarf Activity across Time (HAZMAT, por sus siglas en inglés), con el propósito de observar enanas rojas que posean aproximadamente 650 millones de años. Se sabe que las estrellas de esta edad tienen menos llamaradas violentas que las más jóvenes.
El proyecto investigará enanas rojas viejas, algunas tan antiguas como nuestra galaxia, pero que solo han vivido una pequeña parte de sus vidas.
Loyd también cree que los planetas pueden reponer sus atmósferas luego de que una enana roja la haya eliminado; sin embargo aún se desconoce cómo podría ocurrir esto.
El estudio científico ha sido publicado en The Astrophysical Journal, y puede ser leído en su totalidad en el sitio web de pre-impresión arXiv.org.
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