Aunque se han realizado algunos avances en la investigación de las ondas gravitacionales, lamentablemente aún estamos «en pañales» en lo que sabemos sobre este fenómeno.
Las investigaciones realizadas solo han ocurrido en los últimos años, y fueron posibles gracias a intensos años de trabajo por parte de los científicos.
Sin embargo, los trabajos teóricos que tanto nos emocionan y nos hacen vislumbrar grandes posibilidades, podrían no describir algo que realmente sea posible.
Un reciente artículo publicado, y aún no revisado por pares, ha sugerido que las ondas gravitacionales al interactuar podrían formar un agujero negro. Pero, calma, no se trata de las ondas que hemos descubierto anteriormente.
Si dos objetos cósmicos, como estrellas de neutrones, chocarán, generarían ondas esféricas que podríamos detectar. Sin embargo, las que han sido planteadas en el estudio se trata de ondas gravitacionales planas.
Este tipo de ondas avanzan como lo harían un maremoto y son generadas por un objeto que se mueve a la velocidad de la luz. Los científicos Frans Pretorius y William East, de la Princeton University y del Perimeter Institute for Theoretical Physics respectivamente, se propusieron saber que ocurriría si dos de estas ondas chocarán entre sí.
El resultado mostró que con baja energía, solo se cruzarían como si nada hubiera pasado; pero a energías altas, las cosas se ponen realmente interesantes (y un tanto trágicas para los terrícolas).
Pretorius dijo a New Scientist:
Estas partículas tienen mucha energía y producen una curvatura en el espacio-tiempo, y cuando las ondas chocan, esa curvatura se envuelve en sí misma. El espacio-tiempo es una especie de aspiración en un agujero negro”.
Según la simulación realizada, el 85 por ciento de la energía original en las ondas se convertiría en un agujero negro, y el 15 por ciento restante sería emitido como ondas gravitacionales esféricas (más débiles). Cabe resaltar que la creación del agujero negro necesitaría ondas con un poder impresionante, que no se compara a nada de lo que hayamos visto.
Las ondas capaces de crear agujeros negros tendrían que ser tan poderosas para poder exprimir el espacio-tiempo por kilómetros. Sin embargo, no debemos preocuparnos de que puedan crear un agujero negro, pero sí podrían estirar la Tierra por miles de kilómetros.
Pero si lo que quieres es crear una super onda, necesitarías un acelerador de partículas mucho más grande que todo el Sistema Solar, es decir algo poco probable que exista, pero como nos demuestra el Universo a diario, nada imposible.
Así que amantes de las conspiraciones del «fin del mundo», ya pueden agregar a su lista una nueva forma de que el mundo sea destruido: por ondas gravitacionales extremadamente poderosas.
El estudio científico ha sido publicado en el sitio de pre-impresión arXiv.org. (Aún no ha sido revisado por pares).
Una publicación de CodigoOculto.com – Autor: Fernando T. – Todos los derechos reservados.
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