Una criatura que habitó los océanos en el remoto pasado ha sido descubierto en Chile. Los titulares lo han llamado “monstruo marino” debido a que era un voraz depredador acuático, y curiosamente muy parecido de los actuales delfines. Existe una particularidad, este animal se encontraba preñada cuando su vida terminó.
A la sombra de un enorme glaciar patagónico, un equipo de paleontólogos han desenterrado un raro hallazgo fósil: un antiguo reptil marino que murió mientras estaba embarazada. Esta criatura parecida a un delfín, llamada ictiosaurio, es la primera de su tipo que se descubre en Chile, donde fue recuperada de un sitio de excavación cerca del glaciar Tyndall en el Campo de Hielo Patagónico Sur.
Erin Maxwell, especialista en ictiosaurios y curadora de reptiles marinos en el Museo Estatal de Historia Natural en Stuttgart, Alemania, dijo en un comunicado:
“Este sitio es realmente único, porque está capturando un período de tiempo en la historia de la Tierra en el que no tenemos un registro fósil muy bueno de reptiles marinos”.
Los ictiosaurios (que se traduce como “peces lagarto”) dominaron los mares a principios del período Triásico, hace unos 251 millones de años, y vivieron al mismo tiempo que los dinosaurios hasta hace unos 95 millones de años, según la Universidad de California en Berkeley. Estos formidables reptiles marinos se alimentaban principalmente de antiguos parientes de calamares de caparazón duro, así como de algunos tipos de peces e ictiosaurios más pequeños. La especie de ictiosaurio más pequeña creció hasta medir alrededor de 0.4 metros de largo, mientras que la más grande alcanzó casi 21 metros desde el hocico hasta la cola, según informa National Geographic.
Con 13 pies (4 metros) de largo, el ictiosaurio Tyndall es un espécimen de tamaño mediano que data de hace alrededor de 129 a 139 millones de años, en la primera parte del período Cretácico (hace alrededor de 145 millones a 66 millones de años).
El fósil llamó la atención de Maxwell cuando lo encontró por primera vez en 2009. La pelontóloga Judith Pardo-Pérez, se unió al grupo de investigación de Maxwell en Stuttgart poco después del descubrimiento del fósil. Pardo-Pérez y sus colegas que encontraron el espécimen de ictiosaurio lo apodaron “Fiona” en honor al personaje ogro en la película ” Shrek” (Dreamworks, 2001), porque la capa de óxido conservante del fósil lo volvió verde, como su valiente homónimo ogro.
Pero los científicos tardaron 13 años en finalmente excavar y estudiar los restos de Fiona, lo que, según Maxwell, no es raro.
Maxwell explicó:
“A menudo hay un retraso muy grande entre el descubrimiento del fósil y el estudio del fósil. En este caso, el retraso se debió en parte a la ubicación: el glaciar Tyndall es extremadamente remoto, por lo que todos los fósiles del sitio, incluidos Otros 23 ictiosaurios que fueron descubiertos junto a Fiona tuvieron que ser cuidadosamente transportados en helicóptero después de la excavación. Lamentablemente, muchos más fósiles quedaron atrás. Tenemos casi un centenar de ictiosaurios en el yacimiento fósil del glaciar Tyndall y muchos de ellos, lamentablemente, nunca serán excavados, por la dificultad de acceso, por estar en zonas de riesgo (borde de acantilados) y por falta de fondos”.
Especímenes como Fiona, que se fosilizó durante el embarazo, son especialmente útiles para los paleontólogos porque ofrecen una visión de múltiples etapas en el ciclo de vida de esa especie.
Maxwell dijo:
“Podemos decir, por ejemplo, cuántos embriones podrían haber tenido esas especies y qué tan grandes eran al nacer”.
El primer fósil de ictiosaurio preñado conocido, descubierto en 1749 y descrito científicamente en 1842, confirmó que los ictiosaurios producen crías vivas en lugar de poner huevos como lo hacen la mayoría de los reptiles modernos, agregó.
Maxwell espera que el hallazgo ayude a aumentar el entusiasmo por la paleontología sudamericana, que históricamente se ha pasado por alto en favor de los sitios de América del Norte, Rusia, China y Europa occidental.
Maxwell dijo:
“Realmente solo tenemos una imagen de lo que está sucediendo en la mitad del mundo para el Mesozoico [hace 252 millones a 66 millones de años]. Entonces, estos hallazgos son muy, muy importantes para ayudar a brindar una perspectiva global a nuestra comprensión de los océanos del Cretácico”.
Los hallazgos de la investigación han sido publicados en PLOS One.
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