Astrónomos han descubierto una inexplicable onda gravitacional que explotó en la parte del hombro de la constelación de Orión.
Los investigadores se encuentran ahora tratando de determinar cuál es la fuente de la explosión de ondas gravitacionales que no se parecen a nada visto antes.
Se ha priorizado esta investigación ante otras, debido al interés de la comunidad científica por resolver la incógnita.
Se ha especulado que podría tratarse de Betelgeuse explotando; sin embargo no se trata de eso, han confirmado los investigadores.
Desde la construcción de la red de detectores de ondas gravitacionales LIGO / VIGO, los investigadores han detectado una serie de «chirridos» que han coincidido con estas búsquedas.
Ondas gravitacionales únicas
Este 14 de enero (2020), LIGO registró una serie de ondas gravitacionales que no se parecen a nada que se haya visto antes o que se haya podido esperar.
Afortunadamente, en esta ocasión los tres detectores principales se encontraban en línea, permitiendo identificar la parte del cielo donde se produjo la explosión.
Como comentó al astrónoma y comunicadora científica Dra. Jessie Christiansen:
Ahora, todos los telescopios del mundo están siendo utilizados para encontrar la misteriosa fuente. Hasta ahora se han encontrado algunos candidatos, pero nada confirmado.
Pero, ¿por qué utilizar todos los telescopios del mundo, habiendo tantas otras investigaciones importantes?
Como indica Christiansen, primeramente se necesita observar muchas longitudes de ondas diferentes, con muchas posibles causas. Este fenómeno podría liberar mucha luz visible, ondas de radio y hasta rayos X; lo que requiere el uso de muchos instrumentos que estudien tantas partes del espectro como sea posible.
In case your local astronomer seems agitated, the big dog gravitational wave detector @LIGO just detected an ‘unknown or unanticipated’ burst of gravitational waves somewhere deep in space. 👀
— Dr. Jessie Christiansen (@aussiastronomer) January 14, 2020
También hay que considerar que aunque los detectores de ondas gravitacionales podrían reducir mucho la ubicación, aún existe una gran área en la que se debe buscar.
Hay una gran probabilidad del 90 por ciento de que el evento se haya producido en un área de 400 grados cuadrados, y una probabilidad de 50 por ciento que haya ocurrido en una área pequeña de 37 grados cuadrados, incluso el área más pequeña es casi 200 veces el tamaño de la Luna llena.
Buscando una aguja en un pajar
Como dice Christiansen: estamos buscando una aguja en un pajar bastante grande cuando ni siquiera sabemos cómo son las agujas.
Algunos investigadores han planteado que podría tratarse de la explosión de una supernova. El área de búsqueda se ha centrado en Canis Minor, muy cerca del hombro de Orión.
El lugar está bastante cerca de Betelgeuse, por lo que algunas personas creen que la luz de su posible explosión podría haber llegado a la Tierra, en vista de su anterior desvanecimiento y que llevó a muchos científicos a indicar una futura explosión.
Otros investigadores han sugerido que esta explosión podría ser la evidencia de un nuevo tipo de evento cósmico nunca antes detectado; ¡brindándole mucha más emoción!
Pueden encontrar mayor detalle del evento detectado en el siguiente enlace.
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