Mediante la realización de exposiciones más prolongadas y el uso de sofisticadas técnicas de procesamiento, un equipo de científicos han logrado capturar imágenes de altísima fidelidad de la atmósfera exterior del Sol, o conocida como corona, descubriendo pequeños detalles que nunca antes habían sido detectados.
La corona solar fue nombrada por primera vez durante un eclipse ocurrido en el año 1806 y presenciado por el astrónomo José Joaquín de Ferrer. Es el segmento más extremo de la atmósfera del Sol, pero es a la vez tan poco notorio que solo podemos apreciarla cuando la Luna bloquea la mayoría de la luz del Sol.
A pesar de que no podamos verla fácilmente, se extiende por millones de kilómetros en el espacio, y con una y temperatura de varios millones de grados, incluso mucho más caliente que la superficie del Sol.
Durante una misión de observación solar, un equipo de científicos del Southwest Research Institute (SwRI) dirigió la nave Solar and Terrestrial Relations Observatory-A (STEREO-A) de NASA para obtener exposiciones más largas del Sol. Para esto el equipo utilizó el instrumento COR-2 ubicado en el STEREO-A, con el que estudiaron detalles de la atmósfera exterior del Sol.
Además, el equipo tuvo que sortear las dificultades que nuestra estrella les puso en el camino, como filtrar el ruido adicional y otras interferencias electromagnéticas. También debieron tener en cuenta los rápidos movimientos del viento solar para asegurar que las imágenes individuales coincidieran.
El trabajo tuvo sus frutos, los científicos lograron grabar unas finas estructuras en la corona solar, que han sido descritas como los «autos» de la corona, comparándolas con el «tráfico de la autopista» del viento solar.
Las capturas logradas muestran que la corona no es una estructura lisa y laminar. La corona posee estructuras que anteriormente no habíamos visto debido a que no contábamos con un instrumento que otorgue una resolución de imagen lo suficientemente alta como para verlas.
Craig DeForest, físico solar del SwRI, dijo en un comunicado:
En el espacio profundo, el viento solar es turbulento y racheado. Utilizando nuevas técnicas para mejorar la fidelidad de la imagen, nos dimos cuenta de que la corona no es suave, sino estructurada y dinámica. Cada estructura que creímos que entendíamos resultó ser más dinámicas de lo que pensábamos.”
Para poder capturar estas imágenes, los científicos realizaron una observación prolongada, que duró tres días, en la que el instrumento obtuvo imágenes más frecuentes y de mayor exposición de lo normal, lo hizo que el coronógrafo pueda detectar por más tiempo la luz que proviene de fuentes débiles. Pero eso no fue todo lo que los científicos tuvieron que realizar para obtener estas imágenes.
Otra labor que contribuyó a este hallazgo fue la implementación de nuevos algoritmos de filtrado para separar la corona del ruido y ajustar el brillo. Estos algoritmos también corrigieron la falta de nitidez causada por el movimiento del viento solar. Esto permitió descubrir que los bucles coronales conocidos como streamers, que pueden estallar en las eyecciones de masa coronal que envían plasma y partículas que salen disparadas al espacio, no son una sola estructura.
Las observaciones también permitieron descubrir que no existe la superficie de Alfvén, un límite teórico, en forma de lámina, donde el viento solar comienza a avanzar más rápido de lo que las ondas pueden viajar hacia atrás a través de él, y se desconecta del Sol, moviéndose más allá de su influencia. En cambio los científicos creen que existe algo aún más misterioso.
DeForest agregó:
Hay una amplia ‘tierra de nadie’ o ‘zona de Alfvén’ donde el viento solar se desconecta gradualmente del Sol, en lugar de un único límite claro”.
Además del hallazgo que involucra a la corona solar, el equipo también encontró un nuevo misterio. A una distancia de aproximadamente 10 radios solares, el viento solar cambia repentinamente de carácter. Pero vuelve a la normalidad más lejos del Sol, lo que indica que hay una física interesante que ocurre en 10 radios solares.
Según los científicos, este hallazgo es solo la primera ola de toda una oleada de descubrimientos que están por venir. Más adelante, nuevos equipos y nuevas naves espaciales seguirán observando la corona solar, intentando descubrir los enigmas que ella encierra.
La nave espacial Parker Solar Probe será lanzada en agosto, y «tocará el Sol». Este nuevo instrumento revelará muchos más detalles que nuestra estrella aún nos oculta.
El estudio científico ha sido publicado en The Astrophysical Journal.
Una publicación de CodigoOculto.com – Autor: Fernando T. – Todos los derechos reservados.
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