Un equipo de científicos han creado en un laboratorio una nueva y extraña fase de la materia que parece ocupar dos dimensiones del tiempo.
El alucinante descubrimiento podría allanar el camino a los ordenadores cuánticos, potentes máquinas que utilizan las propiedades de la física cuántica para almacenar datos y realizar cálculos complejos.
También representa “una forma completamente diferente de pensar en las fases de la materia”, según el físico cuántico computacional Philipp Dumitrescu, del Flatiron Institute.
La materia suele existir en estado sólido, líquido o gaseoso, aunque también hay muchas fases menos conocidas, como los “cristales de tiempo“.
En los experimentos de laboratorio, los físicos hicieron brillar un láser pulsante a los átomos dentro de un ordenador cuántico. El patrón de pulsos se inspiró en la secuencia de Fibonacci, en la que cada número es la suma de los dos anteriores.
Durante este proceso, los investigadores crearon una fase de la materia extraordinaria y nunca vista. El nuevo estado presentaba dos dimensiones temporales, a pesar de que sólo existía un flujo de tiempo singular.
Los investigadores afirman que cualquier información almacenada en esta nueva fase de la materia estaría mucho mejor protegida contra los errores que con cualquiera de las configuraciones utilizadas actualmente en los ordenadores cuánticos.
Esto significa que la información podría mantenerse durante mucho más tiempo, lo que a su vez haría que la computación cuántica fuera mucho más factible.
Computación cuántica
La computación cuántica se basa en los qubits, que son el equivalente cuántico de los bits informáticos.
Mientras que los bits procesan la información en uno de los dos estados (1 o 0), los qubits pueden estar en ambos simultáneamente.
Esta densidad de información adicional permite a los ordenadores cuánticos examinar todos los posibles resultados de un proceso de decisión.
Para ello, colocan los qubits en una “superposición” cuántica, una especie de limbo en el que se dan simultáneamente diferentes estados potenciales.
Sólo cuando el sistema es observado o perturbado “colapsa” en un estado u otro.
Este pilar fundamental de la mecánica cuántica se ilustró con el famoso experimento mental del “gato de Schroedinger”, en el que un gato no está ni vivo ni muerto, sino en una “superposición” de ambos estados.
También dio lugar a la hipótesis de los “muchos mundos”, es decir, la idea de que una miríada de universos coexisten en paralelo en los que se juegan diferentes destinos.
La superposición puede ser increíblemente poderosa desde el punto de vista computacional, ya que facilita la resolución de problemas en las circunstancias adecuadas.
Esta tecnología podría cambiar el mundo al permitir cálculos que antes habrían sido prácticamente imposibles.
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