Un grupo de astrónomos daneses pudieron observar por primera vez en la historia la formación de una estrella que dará inicio a un nuevo sistema solar en el espacio. El fenómeno ocurrió a 450 años luz de distancia y fue presenciado por un grupo de científicos del Instituto Niels Bohr, quienes pudieron realizar este logro gracias al telescopio ALMA de Chile.
Para describir a grandes rasgos lo que vieron, una estrella se forma cuando una nube de gas y polvo estelar se condensan en un punto de la galaxia, generando un cierto nivel de gravedad. En este punto la masa de ambos elementos comienza a colapsar, calentando el núcleo central de esta mezcla y dando vida al nuevo cuerpo celeste.
El nacimiento pudo ser observado gracias a una nube que fue expulsada de la estrella recién nacida, presenciando así la formación del nuevo sistema solar.
Respecto a este tremendo logro, el astrónomo del instituto antes mencionado, Per Bjerkeli, dijo que “vimos cómo el viento, como si fuese un tornado, levanta materia y gas del disco giratorio, lo cual es el proceso de formación del nuevo sistema solar”.
De cualquier manera, gracias a esto y contrario a lo que pensaban hasta ahora, descubrieron que la nube que eventualmente formará cuerpos rocosos que girarán entorno a esta estrella no fue producida desde el exterior del cuerpo caliente, sino que a través de él, lo que ahora deja dudas sobre si realmente este polvo estelar es o no capaz de producir planetas. Lamentablemente, para confirmar esta teoría, se necesitan bastantes años más por lo que quizá nuestros hijos o nietos den con la respuesta definitiva a esta incógnita.
El estudio ha sido publicado en Nature.
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