Lo han definido como el “Huracán Katrina del calor extremo”. Expertos prevén olas de calor tan intensas que podrían acabar con la vida de decenas de miles de personas en Norteamérica.
Las ciudades estadounidenses no están preparadas para el calor. El asfalto y el hormigón que dominan nuestras infraestructuras lo intensifican sin piedad, elevando las temperaturas exteriores en las zonas urbanas hasta 20 grados Fahrenheit más en una tarde calurosa. Sin embargo, a menudo podemos ignorar el hecho de que nos hemos quedado atrapados en sartenes a escala de metrópolis, gracias al aire acondicionado de nuestros coches y casas.
Pero el aumento de los fenómenos meteorológicos extremos atribuidos al cambio climático, incluido el calor, ha puesto en peligro continuamente las redes energéticas de muchas ciudades. ¿Qué ocurre cuando todos esos aparatos de aire acondicionado se quedan sin electricidad?
El calor te matará primero
Si se produce un apagón durante una ola de calor abrasador: una catástrofe absoluta, según los expertos en un artículo de opinión para The New York Times escrito por Jeff Goodell, autor de “The Heat Will Kill You First” (“El calor te matará primero”, en español). En un escenario extremo que se abatiera sobre una ciudad estadounidense, más de diez mil personas podrían morir como consecuencia de una sola ola de calor, enviando a cientos de miles más al hospital.
Goodell dijo que Mikhail Chester, director del Metis Center for Infrastructure and Sustainable Engineering de la Arizona State University, comparó en una ocasión ese escenario con “el huracán Katrina del calor extremo“, subrayando la vulnerabilidad de las infraestructuras estadounidenses ante el aumento de las temperaturas.
Destrucción generalizada
Estas asombrosas cifras proceden de un estudio publicado el año pasado en la revista Environmental Science & Technology, en el que se analizaba lo que ocurriría si se produjera un gran apagón de dos días durante una ola de calor en Phoenix, Detroit y Atlanta.
Según el estudio, el 99% de los edificios de Phoenix tienen aire acondicionado, lo que hace que su red eléctrica sea la más propensa a fallar. Atlanta le sigue de cerca, con un 94%, y Detroit, la ciudad más fría, con un 53%.
En Phoenix, donde el año pasado se registraron temperaturas de 110 grados Fahrenheit o más durante todo un mes, el número de víctimas podría ser monumental. Según el estudio, la enorme cifra de 800.000 personas -la mitad de la población de la capital de Arizona- necesitarían atención médica de urgencia, y más de 13.000 morirían.
Estas cifras eran considerablemente inferiores para Atlanta y Detroit, que son ciudades más frías, pero no por ello menos preocupantes: seis personas morirían en Atlanta, estimaba el estudio, y 221 en Detroit.
Según los investigadores, el número de grandes apagones en Estados Unidos se duplicó con creces entre 2015-16 y 2020-21, aunque no todos se debieron al clima.
Brian Stone, director del Urban Climate Lab en Georgia Tech y autor principal del estudio, dijo al NYT:
“Realmente no importa si el apagón es el resultado de un ciberataque o un huracán. A efectos de nuestra investigación, el efecto es el mismo”.
En cualquier caso, las altas temperaturas provocan fallos en las redes eléctricas, por lo que tendremos que hacer algunas revisiones serias de las infraestructuras -y tal vez cambios en nuestros hábitos de consumo de energía- para garantizar que las ciudades puedan soportar el calor.
[FT: NYT]
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Crédito imagen de portada: depositphotos.com
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