Hace un siglo existían aproximadamente 200.000 leones en la naturaleza. Ahora, algunos expertos creen que podrían existir tan solo 20.000 individuos en libertad, y es muy probable que ese número vaya disminuyendo cada día.

Lo más preocupante, es que el público en general no es consciente de su precario estado de conservación. A pesar de las iniciativas existentes para su protección, parece que hemos realizado un mal trabajo al mostrar el peligroso estado de estos grandes felinos.

Bajo la amenaza constante de hienas merodeadoras y leones machos que matan cachorros, las madres leonas tienen que luchar por sus vidas para asegurar que sus hijos tengan la oportunidad de llegar a la edad adulta.

El reino del león asediado

Los leones se enfrentan al ataque humano en muchos frentes. Panthera, una organización de conservación de gatos salvajes, cree que las causas más graves de su decadencia incluyen la pérdida de hábitat, los seres humanos que los matan para proteger a su ganado, el agotamiento de presas salvajes, la captura accidental de animales, la caza de trofeos mal administrada y el comercio ilegal de vida silvestre.

Dado que sus amenazas son tan variadas, no existe una solución única para proteger a los leones, y superar estas amenazas no será nada fácil.

Requerirá soluciones adaptadas localmente que se ajusten a cada contexto específico.

Leonas con cachorros en el Parque Nacional de Etosha.

Por ejemplo, para los leones que residen junto a personas en áreas fuera de los parques nacionales, la investigación ha demostrado que es absolutamente vital reducir los costos percibidos de los leones para la población local, como la depredación de ganado, al tiempo que aumenta sus beneficios, como los ingresos del turismo fotográfico o caza de trofeos

Para los leones que se encuentran dentro de áreas protegidas, algunos expertos argumentan que se debe cercar a los leones para evitar que causen problemas con las personas. Sin embargo, esto ha recibido críticas de otros, que creen que las cercas incurren en costos ecológicos y económicos significativos al interrumpir la migración de herbívoros.

La cuestión de «cercar o no cercar» se ha convertido en una pelea de gatos y muestra los matices políticos y las complejidades ecológicas de conservar una especie tan carismática.

En un audaz intento de reunir conservacionistas, Pride, la Alianza para la Conservación del León, ha reunido a cinco ONG de protección de leones para aunar sus esfuerzos y compartir fondos.

Puede que no sorprenda que, al igual que las especies que luchan por conservar, se hayan dado cuenta de los beneficios de unirse y trabajar en equipo en lugar de competir.

Las áreas donde se sabe que los leones vivieron en el pasado (rojo) versus donde sobreviven hoy (azul).

«Un león siempre paga sus deudas»

Centrándose en las poblaciones de leones en Kenia, Mozambique, Tanzania y Zambia, sus esfuerzos de conservación comunitaria permiten a los locales ser administradores de la vida silvestre.

Al convertir a los cazadores furtivos de leones en guardianes, sus iniciativas han reducido la matanza de leones hasta en un 99 por ciento en algunas de las áreas en las que trabajan.

Al basarse en el significado cultural de la caza de leones, los jóvenes guerreros que normalmente demostrarían su valentía matando a los leones ahora son empleados para rastrear a los leones y monitorear sus actividades.

También informan a su comunidad si los leones se acercan para que los agricultores puedan cuidar su ganado.

Conservar a los leones es un negocio costoso: un documento reciente mostró que para administrar de manera efectiva las áreas protegidas donde los leones residen actualmente se necesitaría una enorme suma de US $ 0.9 a US $ 2.1 mil millones en ingresos adicionales por año, además del dinero que ya se ha recaudado.

Una familia de leones

De dónde viene este dinero en efectivo sigue siendo un misterio. Tenemos que ir más allá de financiar la conservación de los escasos ingresos del turismo fotográfico en los parques nacionales.

Las soluciones podrían incluir más asociaciones corporativas y vincular financieramente a los amantes de los leones en el oeste con los africanos que viven con leones.

Una idea del propio Sir David Attenborough sostiene que las compañías que utilizan leones en su comercialización deberían pagar por la conservación del león.

Lo que está bastante claro es que si queremos que los leones tengan un futuro, debemos comenzar a acumular dinero para su conservación.

Después de todo, somos nosotros los que más aterrorizamos a los leones. Pero también somos nosotros quienes tenemos el poder de garantizar su supervivencia.