La ciencia confirma algo que era obvio. Y es que con tan solo ver los miles de kilogramos de combustible quemándose en la atmósfera es suficiente para darse cuenta el terrible daño que se causa al medioambiente. Ahora, un informe lo confirma.
La carrera espacial multimillonaria está en camino, preparando el escenario para una floreciente industria del turismo espacial. Más turistas espaciales civiles están llegando al espacio que nunca, una tendencia que probablemente crecerá sustancialmente a medida que avanza el sector.
Al mismo tiempo, los lanzamientos de cohetes generalizados también parecen tener un costo considerable para el medio ambiente, informa The Guardian.
Los cohetes queman cantidades monstruosas de combustible para escapar de la gravedad de la Tierra, un alto precio a pagar para que el director ejecutivo de Virgin, Richard Branson, experimente cuatro minutos fugaces de ingravidez.
Más personas que nunca están comenzando a responsabilizar a los multimillonarios de realizar viajes de un día al espacio en lugar de utilizar sus considerables recursos para luchar contra las numerosas crisis ambientales de la Tierra.
Toneladas de CO2
Las emisiones liberadas por los cohetes son considerables.
Eloise Marais, profesora asociada de geografía física en el University College London, dijo a The Guardian:
“Para un vuelo de avión de larga distancia es de una a tres toneladas de dióxido de carbono [por pasajero]. Un lanzamiento de cohete, por el contrario, produce alrededor de 200-300 toneladas para un vuelo de alrededor de cuatro pasajeros.
Para empeorar las cosas, las emisiones terminan siendo inyectadas directamente en la atmósfera superior, donde pueden permanecer durante años.
Los cohetes también producen otros gases nocivos al quemar queroseno y metano, que pueden terminar dañando la capa de ozono.
Afortunadamente, los lanzamientos de cohetes siguen siendo bastante bajos en la lista de contaminadores a escala mundial. Mientras que 100.000 aviones despegan en un día promedio, solo 114 cohetes intentaron alcanzar la órbita el año pasado, según informa NASA.
Pero con los costos de los lanzamientos espaciales cayendo año tras año, es solo cuestión de tiempo hasta que el turismo espacial alcance su ritmo. Y eso es especialmente preocupante dado el vacío regulatorio en el que operan las empresas de turismo espacial.
Marais dijo a The Guardian:
“Actualmente no tenemos regulaciones sobre las emisiones de cohetes. El momento de actuar es ahora, mientras los multimillonarios todavía están comprando sus boletos”.
No cabe duda que la quema de toneladas de combustible terminan afectando a la atmósfera del planeta, y es algo que ha venido siendo anunciado desde hace décadas. Es muy posible que en los próximos años los lanzamientos al espacio se incrementen en número, y enfrentarán a dos ramas de la ciencia en el proceso.
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