La detección de una serie de masas orgánicas flotando y moviéndose en la superficie de Titán (la luna de Saturno) ha desconcertado a los científicos. Estos cuerpos orgánicos se desplazan en los vastos océanos de hidrocarburos líquidos del satélite de Saturno.
Según una reciente investigación, los puntos brillantes que aparecen y desaparecen en Titán, la luna de Saturno, tienen una explicación aparentemente simple: son fragmentos flotantes de material orgánico congelado.
Islas mágicas
Titán, la luna de Saturno, puede ser conocida por sus lagos de metano, pero también tiene unos misteriosos puntos brillantes (también llamadas islas “mágicas”) sobre los lagos que van y vienen, sin explicación conocida. Sin embargo, un nuevo estudio, publicado el 4 de enero en la revista Geophysical Research Letters, propone una explicación sorprendentemente simple para las islas mágicas: son trozos flotantes de material orgánico congelado.
Xinting Yu, científico planetario de la University of Texas en San Antonio, dijo en un comunicado:
“Quería investigar si las islas mágicas podrían ser en realidad materia orgánica flotando en la superficie, como piedra pómez que puede flotar en el agua aquí en la Tierra antes de hundirse finalmente”.
Titán es un lugar particularmente extraño en el sistema solar, con un “ciclo del metano” algo análogo al ciclo del agua en la Tierra. En lugar de océanos de agua líquida, tiene plácidos lagos de metano líquido, cuyas olas miden sólo unos pocos milímetros. En lugar de tener una atmósfera de oxígeno, Titán está lleno de nubes nebulosas de moléculas orgánicas.
Explicación a las “islas mágicas”
Yu se preguntó qué pasaría si grupos de esa neblina atmosférica cayeran en los lagos. ¿Flotarían o se hundirían, o tal vez incluso flotarían por un tiempo antes de sucumbir finalmente al líquido, como las islas mágicas?
Yu dijo:
“Para que podamos ver las islas mágicas, no pueden simplemente flotar por un segundo y luego hundirse. Tienen que flotar durante algún tiempo, pero tampoco para siempre”.
Los investigadores utilizaron cálculos de física y química para determinar qué les sucede a las partículas cuando golpean el lago y, si no se hunden, cuánto tiempo permanecerían a flote. Descubrieron que los grupos de sólidos no se disolvían en los lagos. Pero también serían demasiado pesadas para flotar, es decir, a menos que fueran extremadamente porosas, llenas de agujeros como las piedras pómez que Yu imaginaba.
Los investigadores descubrieron que si los grupos fueran lo suficientemente grandes y tuvieran suficientes agujeros, flotarían hasta que el metano se filtrara lentamente y los arrastrara hacia abajo. Estas condiciones replicaron el comportamiento de las islas mágicas. Para alcanzar la masa crítica necesaria para mantenerse a flote, primero podrían formarse grupos en la costa, con pedazos que se desprenden y flotan hacia el “mar” como los glaciares de la Tierra, sugirió el equipo.
Parece que las islas no son tan mágicas después de todo: solo una versión desconocida de los mismos fenómenos planetarios que conocemos en nuestro mundo natal.
Los hallazgos de la investigación han sido publicados en Geophysical Research Letters.
Fuente: wired
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