Sabemos que los túneles de París pueden ser lugares muy lúgubres, pero el hecho de que existan allí aproximadamente seis millones de esqueletos incrustados lo vuelve mucho más tenebrosos. La pregunta que surge es: ¿por qué fueron colocados allí esos cráneos y huesos?

Puede que París sea la ciudad de las luces y el amor, pero bajo sus elegantes calles se esconde un oscuro laberinto lleno de los huesos de 6 millones de parisinos.

Al igual que muchas otras ciudades florecientes de principios de la era industrial, París sufría problemas, concretamente la muerte y las enfermedades. La promesa de la vida en la gran ciudad atrajo a bandadas de personas procedentes del campo. A finales del siglo XVIII, después de que la naturaleza siguiera su curso, esta situación acabó por abarrotar los cementerios.

Cementerio subterráneo

Les Innocents, uno de los cementerios más grandes de París en el siglo XVIII, rezumaba el hedor de los cadáveres en descomposición, ya que sus terrenos eran incapaces de hacer frente a la demanda provocada por la superpoblación de la ciudad. El olor era tan desagradable que los perfumistas locales tenían dificultades para vender sus productos. En mayo de 1780, el cementerio estaba literalmente a reventar. Una pared del sótano de una propiedad colindante con Les Innocents se abrió bajo la presión del exceso de entierros y las lluvias primaverales, provocando una avalancha de cadáveres medio descompuestos y enfermedades que inundaron el sótano.

Al cabo de unos meses, las autoridades ordenaron el cierre de Les Innocents y de los demás cementerios de la ciudad. Ya no se podían enterrar más cadáveres en la ciudad. Ante la amenaza que se cernía sobre la salud pública, la ciudad también decidió retirar el contenido de los cementerios existentes.

Catacumbas de París en Francia. Crédito de imagen: Diego Delso / Wikimedia Commons

Puerta del infierno

Afortunadamente, había un plan. París albergaba una serie de antiguas minas y canteras, perfectas para un osario subterráneo donde almacenar a los muertos de la ciudad. Principalmente entre 1787 y 1814, los huesos fueron trasladados a las profundidades de las minas. La entrada se construyó justo al lado de la antigua puerta de la ciudad, la Barrière d’Enfer, que significa “Puerta del Infierno“. Al principio, los esqueletos se apilaban en las canteras de forma desordenada, pero con el tiempo se organizaron en el lugar que vemos hoy.

Entre los 6 millones de restos óseos del osario se encuentran decenas de personajes de la historia de Francia, entre ellos numerosas figuras decapitadas de la Revolución Francesa, como Georges Danton y Maximilien de Robespierre, así como célebres artistas, como Charles Perrault, conocido por escribir cuentos de hadas como Caperucita Roja, Cenicienta y La Bella Durmiente.

Otra imagen de las catacumbas de París. Crédito de imagen: El Primer Paso Blog / Flickr

En la actualidad, las Catacumbas de París serpentean 20 metros bajo las calles y aún se pueden visitar alrededor de 1.5 kilómetros del osario como turista.

Aventurarse en estas galerías prohibidas es ilegal desde 1955, pero se sabe que algunos buscadores de emociones fuertes se adentran en el laberinto a través de entradas ocultas. Sin embargo, no es recomendable. En 2017, tres adolescentes fueron rescatados de las profundidades de las catacumbas tras perderse en su laberinto durante tres días.

Fuente: IFLSci

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Crédito imagen de portada: depositphotos.com