Una enorme tormenta solar golpeó la Tierra hace 14.000 años, y fue tan extrema que deja al Evento Carrington como un “bebé”.

El evento Carrington supuso un duro golpe para una humanidad en rápida industrialización. En septiembre de 1859, el Sol desencadenó una erupción tan poderosa que envió corrientes eléctricas por toda la superficie de la Tierra, aniquilando los sistemas telegráficos de todo el mundo, con incendios y caos.

Anillos de árboles antiguos revelan una monstruosa tormenta solar

Desde entonces no hemos vuelto a ver nada parecido, pero las pruebas más antiguas sugieren que nuestro Sol es capaz de mucho más. En los anillos de árboles antiguos parcialmente fosilizados, los científicos han encontrado pruebas de una tormenta solar al menos un orden de magnitud más potente que el Evento Carrington.

Tuvo lugar, dicen, hace unos 14.300 años, mucho antes de que existiera una red tecnológica que la perturbara. Este tipo de eventos, más potentes que Carrington, aparecen periódicamente en el registro fósil. Pero éste es el más potente nunca antes visto.

Árboles subfosilizados en el río Drouzet. Crédito de imagen: Cécile Miramont

Las tormentas solares, o geomagnéticas, son comunes aquí en la Tierra. Se producen cuando el Sol entra en erupción en una llamarada colosal o eyección de masa coronal. Si la erupción se produce en dirección a la Tierra, un enorme flujo de partículas cargadas golpeará nuestra magnetósfera.

En la mayoría de los casos, los efectos son bastante leves. La interacción entre las partículas y las moléculas atmosféricas da lugar a auroras espectaculares. Puede perturbar las comunicaciones por satélite y radio en determinadas bandas.

Durante las tormentas solares especialmente potentes (y, afortunadamente, relativamente raras), la alteración del campo electromagnético de la Tierra puede producir corrientes que pueden afectar a las redes eléctricas.

Otra peculiaridad de las tormentas solares es el efecto que tienen sobre el carbono-14 radiactivo que llueve constantemente sobre la Tierra. Este radiocarbono se produce en la atmósfera superior cuando las partículas cósmicas interactúan con las partículas atmosféricas.

El carbono 14 se incorpora a los organismos, como árboles y animales, y como decae a un ritmo conocido, los científicos pueden utilizarlo para determinar cuándo vivieron estos organismos.

Y también puede revelar erupciones solares históricas, ocultas en los anillos anuales de árboles viejos.

Fenómenos solares extremos

El geólogo Edouard Bard del Collège de France and European Centre for Research and Teaching in Environmental Geosciences (CEREGE), dijo en un comunicado:

“El radiocarbono se produce constantemente en la atmósfera superior a través de una cadena de reacciones iniciadas por los rayos cósmicos.

Recientemente, los científicos han descubierto que los fenómenos solares extremos, incluidas las erupciones solares y las eyecciones de masa coronal, también pueden crear ráfagas de partículas energéticas de corta duración que se conservan como enormes picos en la producción de radiocarbono que se producen en el transcurso de un solo año.”

Representación artística de una tormenta solar que golpea directamente la Tierra. Crédito de imagen: NASA

La tormenta solar que tuvo lugar hace 14.300 años se encontró en árboles subfósiles dentro de las erosionadas riberas del río Drouzet, en el sur de los Alpes franceses. Un subfósil es aquel que aún no ha completado el proceso de fosilización.

Los investigadores realizaron cortes de estos árboles y hallaron un anillo con un enorme pico de radiocarbono, datado en unos 14.300 años.

Tenemos otros registros de esta época, en núcleos de hielo extraídos de Groenlandia. Hace unos 14.300 años, los investigadores hallaron en estos núcleos de hielo una mayor concentración de un isótopo del berilio que también está relacionado con una tormenta de radiación.

Las concentraciones de ambas firmas coinciden con lo que llamamos fenómenos Miyake. Se trata de tormentas geomagnéticas increíblemente potentes, mucho más que el fenómeno Carrington.

Incluyendo este nuevo descubrimiento, se han identificado nueve eventos Miyake en los últimos 15.000 años, siendo el más reciente en torno al año 774 de nuestra era.

No se sabe a ciencia cierta cuál es su causa; se cree que las tormentas solares son las más probables, pero las supernovas cercanas también podrían ser las responsables. En cualquier caso, los efectos serían probablemente los mismos aquí en la Tierra: devastadores.

Tim Heaton, estadístico de la University of Leeds (Reino Unido), dijo en un comunicado:

“Las tormentas solares extremas podrían tener enormes repercusiones en la Tierra. Estas supertormentas podrían dañar permanentemente los transformadores de nuestras redes eléctricas, provocando apagones enormes y generalizados que durarían meses.

Una comprensión precisa de nuestro pasado es esencial si queremos predecir con exactitud nuestro futuro y mitigar los riesgos potenciales. Aún nos queda mucho por aprender. Cada nuevo descubrimiento no sólo ayuda a responder preguntas clave ya existentes, sino que también puede generar otras nuevas.”

Los hallazgos de la investigación han sido publicados en Philosophical Transactions of the Royal Society A.

[H/T: college-de-france]

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Crédito imagen de portada: depositphotos.com