Aunque tradicionalmente se dice que la civilización china se originó en el centro de lo que hoy es China, junto al río Amarillo, cuando la primera dinastía Xia gobernó la región hace unos 4.000 años. Sin embargo, una sociedad separada y compleja puede haberse originado unos 2.400 años antes en el noreste del país y puede haberse extendido gradualmente hacia el sur, según sugiere un estudio.
Hasta ahora, la cultura Hongshan no había sido acreditada como la fuente de la civilización china porque se entendía que había sido una cultura pequeña, remota e independiente a kilómetros de distancia del río.
La primera evidencia de la cultura Hongshan, incluida la cerámica y el jade, se encontró en la región de Chifeng Shi, al norte de Beijing.
Descubrimiento del origen de una antigua civilización de China
Un equipo de investigadores del Institute of Geochemistry Chinese Academy of Sciences querían ver si la cultura se extendía más ampliamente.
En un intento por descubrir más sobre este pueblo poco conocido, el equipo estudió sedimentos y tierras desérticas en Hunshandake, en Mongolia Interior.
El área se encuentra aproximadamente a 300 km de donde se hicieron los primeros descubrimientos de Hongshan y es parte del cinturón desértico de China, una región de paisajes áridos y arenosos.
Durante la excavación, los arqueólogos encontraron evidencia de cerámica y artefactos de piedra de Hongshan que sugieren que la región alguna vez albergó a una gran población del pueblo Hongshan.
Esto sugiere que la cultura tenía un alcance mucho más amplio de lo que se pensaba al principio, y puede haber sido más complejo.
Los investigadores también descubrieron que el área alguna vez estuvo cubierta de ríos y lagos, hace entre 5.000 y 9.000 años, y abedules y abetos habrían bordeado estas vías fluviales.
Esto lo habría convertido en un entorno ideal para que viviera la gente de Hongshan.
Sin embargo, esta agua se secó y la zona se volvió más árida hace unos 4.200 años.
Los expertos especulan que esto podría haber obligado a la gente de Hongshan a abandonar el área y migrar al sur hacia el río, lo que significa que pueden haber jugado un papel formativo en el establecimiento de la civilización china.
Sorprendentes reliquias encontradas
Se cree que los habitantes de la cultura de Hongshan fueron los primeros en empezar a procesar el jade, tallar figuras en él y hacer decoraciones de una perfección asombrosa.
Al parecer, la consideraban una piedra sagrada, ya que a menudo se encuentran productos de jade en tumbas pertenecientes a esta cultura. Se cree que fue durante la era Hongshan cuando se originó el culto al dragón en China.
La imagen más antigua que se conserva de un dragón, también tallada en jade, data de este periodo. El motivo del dragón (dragón chino) suele estar presente en las obras de los antiguos maestros de la cultura Hongshan, que incluyen no sólo objetos tallados en jade, sino también cerámicas pintadas.
También construyeron pirámides
Se sabe que el pueblo de Hongshan también construyó pirámides. Una de ellas fue descubierta por arqueólogos chinos en 2001 en el norte de China, en la región de Mongolia Interior. Según el arqueólogo Guo Dashun, una pirámide de tres escalones pertenece al periodo de la cultura Hongshan de hace 5.000 a 6.000 años, durante la Edad de Piedra.
En la cima de la pirámide encontraron las ruinas de un altar, una estatua de piedra de una diosa tan alta como un hombre y siete enterramientos. En los enterramientos, así como en las proximidades del altar, se hallaron numerosos adornos y figurillas de jade.
Algunas de las figuras representan criaturas completamente distintas de cualquier otro habitante moderno de nuestro planeta. A los científicos les resulta muy difícil explicar su simbolismo.
Algunos creen que se trata de imágenes de demonios o espíritus asociados al chamanismo, mientras que otros creen que sólo son personas con máscaras.
También existe la opinión de que las figurillas de jade de la cultura Hongshan representan seres extraterrestres, y puede justificarse al observar las extrañas figurillas.
En el año 1983 también se descubrieron estatuas de misteriosas deidades en el templo subterráneo de Nyuheliang, el monumento más impresionante de la antigua civilización de Hongshan.
Los arqueólogos también hallaron un fragmento de escultura de arcilla que representaba la cabeza de una mujer con ojos incrustados de jade, así como figuras macizas de deidades y figurillas de arcilla del tamaño de tres humanos.
Según Liu Guoxiang, investigador del Institute of Archaeology, el templo subterráneo estaba dedicado a la diosa de la fertilidad, pero sigue sin estar claro qué pretendían representar esos enormes ídolos de arcilla.
¿Qué representaban las extrañas figurillas de jade de aspecto no humano? ¿Observaron seres venidos de otros mundos o solo eran representaciones de lo que ellos consideraban “demonios”? Aunque sea complicado responder a esta pregunta, es claro que Hongshan no ha sido la única civilización antigua en crear estatuillas de seres de aspecto diferente a todo lo conocido. Es posible que los ancestros hayan sido testigos de algo que hoy solo conjeturamos.
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Las estatuilla tienen unos ojos inquietantes que reconocemos como los de los alien.