Tras una investigación realizada mediante un satélite de mapeo de gravedad, un tesoro enterrado fue descubierto y aporta una visión inédita de restos de continentes perdidos ocultos bajo la gruesa capa de hielo de la Antártida.
Bajo las capas de hielo de la Antártida, un equipo de satélites detectores de gravedad han descubierto los restos de continentes desaparecidos hace mucho tiempo. Este descubrimiento arroja nuevas luces sobre la misteriosa historia de la Antártida.
Investigadores de la Kiel University y la British Antarctic Survey descubrieron los antiguos continentes en 2018 utilizando datos satelitales de mapeo gravitacional (de la misma manera que mapeamos el fondo marino) y cubos de información sismológica, que recogieron un mosaico de antiguas características geológicas clave en la litósfera de la Tierra, la dura capa exterior del planeta que consiste en la corteza y el manto superior.
Fausto Ferraccioli, coautor del estudio y director científico de geología y geofísica del British Antarctic Survey, dijo en un comunicado:
“Estas imágenes gravimétricas están revolucionando nuestra capacidad para estudiar el continente menos conocido de la Tierra, la Antártida”.
Observando bajo el hielo de la Antártida
Gran parte de los datos proceden del satélite Gravity field and Ocean Circulation Explorer (GOCE) de la Agencia Espacial Europea (ESA), que recorrió el planeta entre 2009 y 2013, en una misión para medir la atracción del campo gravitatorio de la Tierra con un detalle sin precedentes.
Cinco años antes del descubrimiento, GOCE realizó una reentrada incontrolada en la atmósfera terrestre antes de desintegrarse cerca de las Islas Malvinas, en el Océano Atlántico Sur. Afortunadamente, todos sus valiosos datos habían regresado sanos y salvos a casa antes de esa fecha.
Escribiendo en la revista Scientific Reports en 2018, el equipo explicó cómo utilizaron los datos de GOCE sobre la rapidez con que cambia la aceleración de la gravedad, conocidos como gradientes de gravedad localizados, así como información sobre las diferencias en los componentes horizontales y verticales del campo gravitatorio. Junto con los datos sismológicos del planeta, pudieron construir imágenes tridimensionales de la tectónica de placas de la Tierra, incluso en zonas de difícil acceso enterradas bajo kilómetros de hielo, como la Antártida.
También reveló cómo la Antártida Occidental tiene una corteza y una litósfera notablemente más delgadas en comparación con la Antártida Oriental, compuestas por desmoronamientos montañosos de placas plegadas (conocidos como orógenos) y antiguas zonas rocosas estables de la corteza terrestre (llamadas cratones).
Dentro de estas zonas rocosas ricas en cratones, es posible ver los restos de antiguos continentes que han quedado aplastados en las profundidades de las placas continentales modernas.
Ferraccioli agrega:
“En la Antártida Oriental, observamos un apasionante mosaico de rasgos geológicos que revelan similitudes y diferencias fundamentales entre la corteza que subyace bajo la Antártida y otros continentes a los que estuvo unida hasta hace 160 millones de años”.
Además, los cratones son especialmente interesantes porque constituyen los núcleos más antiguos de la litosfera terrestre, por lo que pueden estudiarse para desenterrar datos sobre la historia primitiva del planeta.
Roger Haagmans, científico de la misión GOCE de la ESA, dijo en un comunicado:
“También proporciona un contexto de cómo los continentes estuvieron posiblemente conectados en el pasado antes de separarse debido al movimiento de las placas”.
Los hallazgos de la investigación han sido publicados en Scientific Reports.
[H/T: ESA]
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