¿Se trata de una sonda extraterrestre o de un meteorito interestelar? Un físico de Harvard está preparando una expedición para recuperar un objeto que cayó en el océano Pacífico en 2014. Encontrarlo no será fácil.
Rumbo al mar
El físico de Harvard Avi Loeb -sí, el tipo de Oumuamua- no ha cejado en su empeño de recuperar lo que cree que podría ser un artefacto extraterrestre en el fondo del Pacífico. Según una reciente actualización, él y su equipo están más cerca que nunca de poner en marcha la expedición del Proyecto Galileo, con un presupuesto de 1.5 millones de dólares.
Loeb escribió en un post en Medium:
“Tenemos un barco. Tenemos un equipo de ensueño, incluidos algunos de los profesionales más experimentados y cualificados en expediciones oceánicas. Tenemos planos completos de diseño y fabricación del trineo, los imanes, las redes de recogida y el espectrómetro de masas necesarios.
Y lo más importante, hoy hemos recibido luz verde para seguir adelante”.
Visitante interestelar
Puede que sea un auténtico tiro en la oscuridad, pero lo que busca la expedición de Loeb es probablemente real, aunque algunos colegas académicos podrían considerar que sus esperanzas de encontrar algo alienígena son un poco exageradas.
Su objetivo: un meteorito, designado CNEOS1 2014-01-08, que parece ser uno de los pocos objetos interestelares jamás observados en nuestro Sistema Solar, y el mejor candidato para ser uno que se estrelló contra la Tierra.
Es un hueso duro de roer, literalmente. Un análisis de Loeb y su equipo sugiere que el meteoro es más duro y resistente que todos los casi 300 meteoritos del catálogo del Centro de Estudios de Objetos Cercanos a la Tierra de la NASA. Fiel a su reputación, Loeb sostiene que estos indicios podrían significar que no nos enfrentamos a desechos espaciales aleatorios, sino a una sonda alienígena.
Pajar oceánico
Tras años de esfuerzo, Loeb y sus colaboradores han determinado con precisión dónde creen que impactó el meteorito: en algún lugar dentro de un área de aproximadamente cuatro millas cuadradas frente a la costa de la isla de Manus, en Papúa Nueva Guinea, y sumergido bajo unas 0,65 millas de océano.
Reducir tanto el área de impacto es una hazaña impresionante, pero los aventureros de Loeb todavía tienen mucho trabajo por delante. El meteorito interestelar se desintegró en diminutos fragmentos al entrar en nuestra atmósfera, lo que significa que bien podrían estar buscando un brillante grano de arena en el fondo del océano. De hecho, eso es más o menos lo que están haciendo.
Aun así, han ideado el método más práctico que se puede imaginar ante una situación tan abrumadora. Unos trineos equipados con imanes, cámaras y luces explorarán el fondo marino remolcados por un barco. En teoría, los imanes deberían recoger cualquier fragmento meteorítico, ya sean fragmentos de hierro de un objeto natural o astillas de acero inoxidable de una nave extraterrestre.
Loeb declaró a The Daily Beast:
“Existe la posibilidad de que falle”. Las afirmaciones extraordinarias requieren pruebas extraordinarias”.
Loeb no teme exponerse para lograr encontrar el objeto caído. Además de estudiar extraños objetos interestelares como ‘Oumuamua, Loeb, a través de su Proyecto Galileo, está construyendo minuciosamente la primera red global de pequeños telescopios de la humanidad cuyo objetivo principal es escanear el cielo en busca de naves extraterrestres, o al menos los restos de naves extraterrestres.
Para reducir la zona de impacto de CNEOS1 2014-01-08, Loeb necesitaba datos de dos conjuntos de instrumentos. El primer conjunto fue de los satélites militares de advertencia de misiles de EE. UU. que, gracias a sus sensibles sensores infrarrojos, también tienden a detectar meteoritos mientras buscan lanzamientos de misiles.
Los hallazgos de la investigación (aún no revisada por pares) ha sido publicada en arXiv.org.
Ojo al piojo:
Como informamos en un artículo anterior, la recuperación del objeto interestelar ha tratado de ser ocultada por extraños intereses. El Laboratorio Nacional de Los Álamos se vio acosado por retrasos en sus intentos de localizar registros que puedan estar relacionados con la supresión de información sobre el visitante extrasolar. ¿Por qué? … ¿Acaso no quieren que “eso” que se encuentra bajo las aguas del océano sea descubierto?
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