Unas extrañas y hermosas nubes -conocidas como nubes nacaradas porque se asemejan al interior de una concha de ostra perlada- han sido captadas por la cámara en lo alto del cielo de Noruega.
Estas nubes estratosféricas polares fueron fotografiadas por el fotógrafo noruego Fredrik Broms desde Kvaløya.
Broms dijo a spaceweather.com:
“Llevo todo el invierno buscando nubes estratosféricas polares. Esta mañana, capté una fracción de segundo de unas PSC realmente coloridas, y al cabo de una hora otra brecha en las nubes de tormenta reveló un despliegue mayor”.
Las nubes estratosféricas polares son muy raras, ya que se producen entre los 14.000 y los 24.000 metros de altura, en la capa estratosférica de la atmósfera sobre los polos de la Tierra, donde suelen formarse muy pocas nubes debido a la falta de humedad.
Se forman a temperaturas extremadamente frías, por debajo de los 108 grados bajo cero, debido a que las trazas de humedad del aire se convierten en diminutos cristales de hielo.
Estos cristales derivan en finas nubes que aparecen como manchas blancas iridiscentes desde abajo, difractando la luz. Durante las dos horas posteriores a la puesta de sol o antes del amanecer, la luz más rojiza del sol puede hacer que las nubes brillen intensamente.
Extrañas y raras nubes
Estas extrañas nubes son tan raras que sólo suelen verse dos o tres veces al año como máximo, y únicamente durante los meses de invierno.
Nubes nacaradas. Cortesía: astromia.com
Sin embargo, estas raras y bellas colecciones de cristales de hielo pueden contribuir a la destrucción de la capa de ozono de la Tierra, según la Agencia de Protección del Medio Ambiente de Estados Unidos (EPA).
En la superficie de los cristales de hielo, el cloro estratosférico se cataliza para reaccionar y formar compuestos destructores de la capa de ozono, como el monóxido de cloro.
Estos compuestos reaccionan después con el ozono bajo la influencia de la luz ultravioleta del sol, destruyendo la capa de ozono. Según la EPA, un átomo de cloro en la estratósfera puede destruir más de 100.000 moléculas de ozono.
La capa de ozono proporciona una protección crítica a la Tierra frente a los peligrosos rayos ultravioleta, que pueden causar cáncer de piel.
Además, cuando las nubes están presentes, suelen contener algunos óxidos nitrosos, presentes en su forma de ácido nítrico. Los óxidos nitrosos en la estratósfera impiden las reacciones no deseadas con el ozono, por lo que cuando se encuentran en las nubes, su efecto amortiguador sobre esta reacción no es posible.
Si las nubes crecen lo suficiente como para hundirse en la tropósfera -la parte más baja y densa de la atmósfera terrestre- esto puede eliminar permanentemente los óxidos nitrosos de la estratósfera, empeorando aún más los efectos sobre la capa de ozono.
Por suerte, la capa de ozono se ha ido recuperando paulatinamente gracias al Protocolo de Montreal de 1987, que eliminó el uso de clorofluorocarbonos (CFC), que también reaccionan con el ozono bajo la influencia de la luz ultravioleta.
El Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), dijo en un comunicado:
“Se calcula, por ejemplo, que el Protocolo de Montreal está salvando de padecer cáncer de piel a unos dos millones de personas al año de aquí a 2030”.
Sin embargo, según el Foro Económico Mundial, es posible que el agujero en la capa de ozono no esté totalmente reparado hasta 2050.
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