Un peculiar caso de abducción de un hombre que deseaba permanecer en el anonimato fue descrito por el ufólogo Albert Rosales en su libro. Según la víctima, fue secuestrado en el dormitorio de su casa, situada en los suburbios de Los Ángeles, en enero de 2008.

El primer recuerdo del secuestrado era que estaba “volando en aire líquido” sobre los tejados de las casas de su pueblo de Granada Hills, y no tenía nada de miedo, sólo mucho frío. Parece que esto no es sorprendente, ya que muchas personas, al menos una vez en su vida vuelan en sueños. Pero hay algo más en la historia, o se trataba de un recuerdo de un sueño, o de una pesadilla real.

Experiencia de abducción

Mientras “nadaba” fuera de la ciudad, cayó en manos de dos humanoides, con los que se elevó hacia arriba, en dirección a un grupo de brillantes luces multicolores. Más tarde resultó que se trataba de una nave alienígena. Cabe señalar que sus recuerdos eran de naturaleza fragmentaria, por lo que toda su historia consistía como en capítulos separados de una novela fantástica. Lo siguiente que pudo recordar fue que se dio cuenta de que su cuerpo estaba dentro de cierto recipiente de cristal, lleno hasta el borde de un líquido desconocido para él.

Para su gran sorpresa, el secuestrado se dio cuenta muy pronto de que llevaba ya algún tiempo respirando aquella sustancia, que al parecer llenaba todo el volumen de sus pulmones. Se tranquilizó en la medida de lo posible dadas las circunstancias y miró a su alrededor con más atención. Estaba completamente inmerso en un líquido de color verdoso y todo el recipiente estaba iluminado desde abajo. De repente, una oleada de pánico se apoderó de él y, apoyando la cabeza y las manos en la parte superior del contenedor, intentó escapar de su “baño”.

Debido a que al principio su cuerpo no le obedecía bien, no fue posible mover inmediatamente la tapa del contenedor. Pero, aunque su energía ya se estaba agotando, aún así consiguió hacerlo. En cuanto cayó fuera del tanque sobre la superficie gris del suelo, tuvo espasmos con vómitos aparentemente interminables. Y sólo después de eso, se daba cuenta de que podía volver a respirar aire, y no el líquido verde. Nos preguntamos qué le ocurriría si la atmósfera de la nave de los secuestradores alienígenas resultara no ser apta para los humanos.

Antes de mirar a su alrededor, el abducido echó un rápido vistazo a su cuerpo. Estaba desnudo y todo su cuerpo estaba cubierto de coágulos de mucosidad gelatinosa de color verde. Sólo entonces tuvo fuerzas para mirar a su alrededor. Y lo que vio le horrorizó. La enorme sala en la que se encontraba estaba llena de hileras de contenedores transparentes, idénticos a aquel del que él mismo había escapado recientemente. El aire de la habitación era cálido, húmedo y, al mismo tiempo, desprendía un olor extremadamente desagradable.

Contenedores de cristal llenos de humanoides

En aquel momento estaba a punto de sufrir un ataque de nervios, se desplazó justo delante a través de varias salas adyacentes, que también estaban llenas de recipientes con líquidos de distintos colores. En algunos de estos recipientes flotaban cadáveres, y no todos estos cuerpos pertenecían a humanos o humanoides. Como resultado y mientras corría hacia la siguiente sala, casi choca con dos criaturas de estatura media de tipo humanoide. Una de estas criaturas le tocó el hombro con la mano, y el hombre perdió el conocimiento al instante.

El abducido se despertó tumbado sobre una mesa, sin darse cuenta inmediatamente de que los alienígenas estaban haciendo algo con su ojo. Al mismo tiempo, se dio cuenta con horror de que no controlaba su cuerpo. Habiendo terminado con la manipulación de sus órganos de visión, los humanoides, utilizando algunas herramientas, comenzaron a estudiar la nariz de su víctima. Como resultado, estudiando su cuerpo de arriba abajo, llegaron a sus órganos reproductores y como los procedimientos eran extremadamente dolorosos, el sujeto mentalmente comenzó a rogar que lo dejaran en paz.

Sorprendentemente, sus plegarias mentales fueron atendidas por una criatura mucho más alta que el resto de los humanoides. Como el narrador pudo comprobar, fue esta criatura la que dirigió el estudio de su cuerpo. El humanoide aseguró mentalmente a su sujeto de pruebas que el experimento terminaría muy pronto y que sólo tenía que tener un poco de paciencia. E hizo esta afirmación mental en el más puro español, que era nativo del secuestrado.

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Las pruebas no se limitaron a un examen físico. Más tarde, le llevaron a una habitación determinada y le pusieron un casco en la cabeza. Después, vio en su cabeza unas imágenes mentales que cambiaban a una velocidad inimaginable. Intentó transmitir a sus captores la idea de que la velocidad de reproducción era demasiado alta, pero también le aseguraron mentalmente que había sido seleccionado para la velocidad de transmisión óptima para su especie.

Cuando terminó la sesión, se dio cuenta de que algo se había grabado directamente en su cerebro, pero qué exactamente, aparte de imágenes fragmentarias de algunas catástrofes naturales y provocadas por el hombre, no podía recordar.

Algún tiempo después, le llevaron a una habitación donde, según le dijeron, había niños híbridos. Le llevaron ante un niño muy pálido y de aspecto enfermizo. Todo su cuerpo era como translúcido y estaba atravesado por finas venas subcutáneas azuladas. No está claro cómo, pero el abducido sintió que se trataba de su hijo, creado con biomaterial incautado durante un examen médico. Inesperadamente, el abducido sintió una fuerte conexión emocional con esta criatura, tan fuerte que cuando lo sacaron de aquella habitación, las lágrimas corrían por sus mejillas.

Al cabo de un tiempo, el hombre se despertó tumbado en su cama, en su propia casa. Durante mucho tiempo no se atrevió a contarle a nadie lo de su abducción, y sólo se decidió a hacerlo después de leer un artículo sobre el trabajo de Albert Rosales con víctimas de abducciones. De hecho, quería saber si alguien más había contado historias similares sobre niños híbridos.

Esta es, sin duda, una historia sorprendente. Y aunque para algunas personas, pueda formar parte de un guion de película de ciencia ficción, hay que recalcar que no es la única. Existen otras personas que no se relacionan y que han contado experiencias de abducción similares. Incluso existen reportes en organizaciones como MUFON en que las víctimas contaron lo que les ocurrió, los exámenes que les realizaron extrañas criaturas y cómo eso los afectó de por vida. Por tal motivo no se puede descartar o desechar este tipo de incidentes, más bien hay que investigarlos.

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