Aunque la historia oficial, la corriente principal, en su mayoría, llama “ignorante” e “incompetente” a todos aquellos que dudan de la veracidad de los mitos expuestos en los libros de texto, poca gente sabe que existen muchas fuentes históricas que contradicen esta misma “versión oficial”.

El griego Heródoto de Heraclio, el llamado “padre de la historia”, relata sus conversaciones con sacerdotes egipcios durante su visita a Egipto: después de que Egipto se convirtiera en un reino, “cuatro veces durante este tiempo, según me dijeron, el Sol salía al contrario de lo habitual; dos veces salía por donde ahora se sienta, y dos veces se sentaba por donde ahora sale”.

Además de Heródoto, el geógrafo romano Pomponio Mela escribió lo mismo:

“Los egipcios se enorgullecen de ser el pueblo más antiguo del mundo. En sus crónicas originales se puede leer que desde el principio de su existencia, el curso de las estrellas ha cambiado su dirección cuatro veces y que el Sol se ha puesto dos veces en la parte del cielo por donde ahora sale”

Es decir, ¿todo cambió 4 veces? ¿Cómo puede explicarse esto?

Los datos históricos de Egipto son inequívocos: el “Papiro Mágico Harris” habla del desplazamiento cósmico del fuego y el agua, cuando “el sur se convirtió en el norte y la Tierra se dio la vuelta”. El Papiro de Ipuur afirma que “la Tierra giró como un torno de alfarero”. En el Papiro Hermitage también se menciona una catástrofe que puso la Tierra “patas arriba”.

Recordemos que la gente no conocía la rotación diaria de la Tierra y creía que el firmamento, con sus luminarias, giraba alrededor de la Tierra. “Ocurrió algo que nunca ocurrió”.

En el antiguo Egipto, incluso existía un nombre para la salida del Sol occidental: “Garukhuti, sale por el Oeste”).

En la ciudad siria de Ugarit (Ras Shamra) se encontró un texto dedicado a la diosa Anat, que “destruyó la población del Levante e invirtió los dos amaneceres y el movimiento de las estrellas”.

Platón escribió:

“Me refiero a los cambios en la salida y puesta del sol y otros cuerpos celestes, cuando en la antigüedad solían ponerse donde ahora salen, y ascendían donde ahora se ponen. En ciertos períodos el universo tiene su revolución actual, y en otros períodos gira en sentido contrario. De todos los demás cambios que tienen lugar en los cielos, este movimiento inverso es el más significativo y completo. En ese momento se produjo la destrucción de todos los animales, y sólo unos pocos quedaron con vida” (El “Político”)”.

¿Cuál es la explicación de la rotación del universo en sentido inverso?

Platón no es el único griego que escribió sobre el movimiento inverso del Sol. Hay muchos autores griegos de este tipo. En el drama histórico “Atreo”, del dramaturgo ateniense Sófocles, se indica que el Sol sale por el este sólo desde que cambió su movimiento.

“Zeus cambió el curso del Sol, haciendo que saliera por el este en lugar de por el oeste”.

El antiguo dramaturgo griego Eurípides escribió en “Electra”:

“Entonces Zeus se levantó en su ira, volviendo las estrellas a su camino de fuego, e incluso el deslumbrante carro ardiente del sol, y el aspecto brumoso de una mañana nublada. Y el destello de su carro volador iluminó con una luz escarlata el rostro del día que se desvanecía, el sol volvió atrás, llevando el castigo de los mortales con el látigo de su ira”.

Crédito: WikiImages (Public domain)

En otro ensayo, Eurípides escribe:

“Y el carro alado del sol retrocedió presuroso de una terrible contienda, cambiando su camino a través de los cielos hacia el oeste, en la dirección en la que la aurora ardía con rubor: la gente, presa del miedo, preguntó: ‘¿Sólo nosotros, entre toda la humanidad, merecemos que este cielo de polos invertidos nos asuste? ¿Ha llegado realmente nuestro último día?'”.

¿Cómo es posible que el cielo con los polos invertidos aterrorizara a la gente de entonces, incitándola a esperar un escenario de fin de fechas?

Entre los indígenas americanos, el Sol, que se mueve hacia el este (es decir, en dirección opuesta a la actual), tiene incluso un nombre propio: Teotl Lixo. Los mexicanos comparan simbólicamente el cambio de dirección del movimiento solar con un juego de pelota celeste, acompañado de colisiones y terremotos en la Tierra.

Datos históricos judíos: Hai Gaon, en sus “Respuestas” menciona cambios cósmicos, como resultado de los cuales el sol salía por el oeste y se ponía por el este.

En el tratado “Sanhedrin”, que forma parte del Talmud, se dice:

“Siete días antes del diluvio, el Santo cambió el orden original, y el sol salió por el oeste y se puso por el este.”

El Corán árabe habla de la Deidad de “dos orientes y dos occidentes” (sura LV). Cita del Corán:

“La Hora no llegará hasta que el sol salga por el Oeste, y cuando salga y la gente lo vea, todos creerán, pero entonces una persona no será buena en la fe si no creyó antes, no mereció el bien (haciendo obras justas) por su fe”.

Crédito: Fotocitizen (Public domain)

El filósofo árabe occidental Averroes, escribió sobre las direcciones oriental y occidental del sol.

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En las crónicas rusas de los siglos XIII-XIV (aunque todas son de listas posteriores), se habla de enrojecimiento del cielo, terremotos, incendios forestales, oscuridad de dos meses, inundaciones sin precedentes, etc. En la crónica de Vólogda está escrito:

“El sol murió”.

El misionero jesuita Martinius escribió el libro “Historia de China” según las crónicas antiguas. Dejando entre paréntesis la falsificación de Catai (China), pero el libro dice directamente sobre el desplazamiento del eje de la Tierra:

“El soporte del cielo se derrumbó. La Tierra fue sacudida hasta sus cimientos. El cielo comenzó a caer hacia el norte. El Sol, la Luna y las estrellas cambiaron la trayectoria de su movimiento. Todo el sistema del Universo se vino El Sol estaba en eclipse y los planetas cambiaron sus trayectorias”.

¿De qué hablan todas estas fuentes? Obviamente, de esas mismas catástrofes globales del pasado, cuya presencia la ciencia oficial ignora por completo, que nos hablan del desarrollo progresivo de las civilizaciones desde las culturas más primitivas hasta la moderna. Pero si tales catástrofes ocurrieron en el pasado, significa que como resultado de ellas, la humanidad ha sido arrojada más de una vez a la “Edad de Piedra” en su desarrollo. Y, en consecuencia, en nuestro pasado pudieron existir civilizaciones muy desarrolladas, cuyo recuerdo sólo se conservó en la mitología de diversas culturas.

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