Una tormenta solar golpeó la Tierra el último sábado, provocando brillantes auroras sobre Canadá y sorprendiendo a los científicos que vigilan la meteorología espacial.
En la noche del 25 de junio, el Space Weather Prediction Center (SWPC) de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA, por sus siglas en inglés) emitió una alerta en su página web indicando que se esperaba una tormenta geomagnética de clase G1 durante la noche y la mañana siguiente.
Las tormentas geomagnéticas son grandes perturbaciones del campo magnético de la Tierra que se producen cuando la energía del Sol choca con nuestro planeta. Estas tormentas pueden crear cargas eléctricas que interfieren en el funcionamiento de las redes eléctricas y también afectan a los sistemas de comunicación y navegación. El trabajo de los expertos en meteorología espacial consiste en vigilar la actividad del Sol para predecir cuándo pueden producirse estas tormentas.
Aunque la tormenta G1 del sábado fue la clase más baja de tormenta solar -puede llegar hasta G5-, el SWPC dijo que aún podría causar débiles fluctuaciones en la red eléctrica, tener un impacto menor en las operaciones de los satélites e incluso causar auroras en partes del norte de Estados Unidos como Michigan y Maine.
No está claro si las luces brillantes se produjeron tan al sur, pero un astrofotógrafo dijo que se sorprendió cuando vio auroras a simple vista en Calgary, Alberta, el domingo. Esa tarde, la tormenta cesó.
Al principio no se sabía con certeza el motivo de la tormenta. Live Science informó de que los científicos sospecharon inicialmente que una eyección de masa coronal (CME) había causado la tormenta. Las CME son vastas nubes de partículas cargadas y campos magnéticos que brotan del Sol con regularidad y son las culpables habituales de las tormentas geomagnéticas.
Sin embargo, los científicos llegaron a una conclusión diferente: la tormenta fue causada por un fenómeno más raro y difícil de detectar, conocido como región de interacción coronal del Sol.
SpaceWeather.com informó:
“Al principio [la tormenta] fue una sorpresa; ahora la razón parece clara. Una región de interacción corrotante (CIR) golpeó el campo magnético de la Tierra, abriendo una grieta en la magnetosfera de nuestro planeta. El viento solar entró para provocar un raro despliegue de auroras en el solsticio”.
Un CIR se refiere a la transición entre las corrientes rápidas y lentas de los vientos solares cuando viajan por el espacio alejándose del Sol. Cuando los campos magnéticos transportados por estas dos corrientes se encuentran, pueden producir regiones intensas de magnetismo que causan tormentas solares como las CME.
Mientras que las CME pueden ser vistas saliendo del Sol días antes de que lleguen a la Tierra para causar algún efecto, las CIR son más difíciles de detectar, informó Live Science. De hecho, el domingo se observó una CME saliendo del Sol, pero los científicos no estaban muy seguros de hacia dónde estaba orientada cuando lo hizo.
Es posible, pero incierto, que la CME pueda estar viajando hacia la Tierra. De ser así, podría ser un “casi-desastre” y causar una leve tormenta geomagnética el jueves, según informa SpaceWeather.com.
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