En un hallazgo totalmente inusual, un equipo de investigadores han descubierto que antiguas civilizaciones utilizaron una cueva de España durante sorprendentes 50.000 años.
Los asentamientos humanos van y vienen. Podemos permanecer en regiones específicas, pero el revestimiento de esa región cambia, el pasado a menudo queda enterrado en ruinas ocultas bajo nuestros pies. Pero un lugar parece haber sido tan especial que los humanos lo utilizaron, aunque de forma algo esporádica, durante 50.000 años.
Se trata de la Cueva de Ardales, en el sur de España, famosa por la gran cantidad de arte prehistórico pintado e inscrito en sus paredes. Se han catalogado más de 1.000 obras de este tipo, algunas de las cuales demostraron de forma famosa y controvertida que los neandertales podían crear arte.
Ahora se han realizado las primeras excavaciones en la cueva, lo que ha permitido a los científicos hacerse una idea más clara del uso que los antiguos neandertales y los humanos modernos hacían de la cueva y del tiempo que la utilizaron.
Una cueva utilizada por 50.000 años
A lo largo de 50.000 años, desde que los neandertales comenzaron a utilizar la cueva hace 65.000 años, los neandertales y los humanos modernos utilizaron la Cueva de Ardales para hacer arte y enterrar a sus muertos, y muy poco más.
El equipo de investigadores, dirigido por el arqueólogo José Ramos-Muñoz, de la Universidad de Cádiz (España), dijeron en un comunicado:
“Nuestra investigación presenta una serie bien estratificada de más de 50 fechas radiométricas en la Cueva de Ardales que confirman la antigüedad del arte paleolítico desde hace más de 58.000 años. También confirma que la cueva fue un lugar de actividades especiales vinculadas al arte, ya que se descubrieron numerosos fragmentos de ocre en los niveles del Paleolítico Medio”.
Las excavaciones se realizaron entre 2011 y 2018, centrándose en la entrada de la cueva. Esta es probablemente la región más transitada de la cueva, y contiene la mayor concentración de pinturas abstractas no figurativas.
Examinando la cueva
Desde aquí, los investigadores excavaron para acceder a las diferentes capas, enterradas a lo largo del tiempo, que contienen rastros de presencia humana.
Estas capas revelaron la irregularidad de la historia de la ocupación de la cueva, comenzando por la capa más baja y antigua. Ésta se fechó hace más de 58.000 años mediante datación por radiocarbono, lo que concuerda con las fechas obtenidas anteriormente para las pinturas más antiguas de la cueva, obras abstractas compuestas por puntos, manchas de dedos y manos. Se trata de la ocupación neandertal de la cueva, que cesó hace unos 43.000 años.
Los humanos modernos parecen haber llegado a la región hace unos 35.000 años, lo que sugiere que la cueva estuvo sin usar durante bastante tiempo, unos 7.000 años. Desde la llegada de los humanos modernos, la cueva se utilizó de forma intermitente hasta aproximadamente el inicio del Calcolítico, o Edad del Cobre, hacia el final del Neolítico.
Curiosamente, aunque llegaron mucho más tarde, los humanos modernos parecen haber utilizado la cueva con fines similares a los de los neandertales. Ninguno de los artefactos recuperados de ningún periodo estaba relacionado con tareas domésticas, lo que sugiere que la cueva no se utilizaba como espacio vital.
En cambio, el equipo encontró trozos de ocre, utilizado para pintar y a veces como material ritual a lo largo de la prehistoria, así como conchas y dientes de animales que habían sido perforados, quizá para ser utilizados como joyas.
También encontraron restos humanos, lo que sugiere que la cueva fue utilizada por los humanos modernos para enterrar a los muertos durante el Neolítico temprano.
Los investigadores escribieron en su artículo:
“Los rastros de actividad humana son efímeros y apuntan a actividades muy específicas relacionadas con el uso simbólico de la cueva. Durante el Paleolítico, la cueva se utilizó sin duda para la producción de arte rupestre, lo que queda atestiguado por la presencia de más de 1.000 motivos y la presencia de varios posibles trozos de ocre en el contexto excavado. Este uso no doméstico de la cueva continúa posteriormente en el Neolítico y el Calcolítico, cuando la cueva se utilizó como lugar de enterramiento”.
Los resultados parecen confirmar que la cueva tuvo una gran importancia simbólica durante un largo periodo de la prehistoria, lo que la convierte en un yacimiento arqueológico importante y valioso para el estudio de la historia humana en Europa.
Los hallazgos de la investigación han sido publicados en PLOS ONE.
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