Las civilizaciones antiguas tenían mucho más conocimiento de lo que hemos pensado todo este tiempo. Una evidencia de ello es un mapa estelar que fue hallado en un hueso de mamut, de 30.000 años de antigüedad.
No hace mucho tiempo, se supo de un intrigante descubrimiento realizado en 1928 por el profesor de historia soviético Anatoly Stolbunov. En una de las cuevas cercanas a Simferopol, descubrió los huesos de un mamut.
Como resultado de la investigación, resultó que habían permanecido en las profundidades de la cueva durante 30.000 años. Pero lo más llamativo es que el hueso de la escápula estaba pulido y se le había aplicado un patrón formado por símbolos y puntos.
Un mapa estelar en el hueso de un mamut
Los científicos se han preguntado durante mucho tiempo qué podría significar esto. Pero entonces el astrofísico Chernov vio el dibujo y dijo que se trataba de un mapa del cielo estrellado o un mapa estelar: 16 constelaciones del hemisferio norte y 102 estrellas, algunas de ellas descubiertas recientemente.
Anatoly Stolbunov hizo varios bocetos de imágenes y los envió a sus amigos. Realmente quería intentar, como él mismo dijo, “resolver el enigma planteado por los cromañones“.
Bosquejo del mapa.
No hace mucho, los científicos introdujeron una copia del boceto en un ordenador y observaron cómo había cambiado el patrón del cielo estrellado a lo largo de tantos años, gracias a lo cual los astrofísicos pudieron confirmar que hace exactamente 30.000 años el cielo tenía este aspecto.
Casi todas las estrellas de la imagen siguen existiendo, pero sólo pueden verse con telescopios. Entonces, ¿cómo pudieron los antiguos tallar un mapa así en los huesos de los mamuts?
Además, en la cueva de Khersones (así se llama la cueva donde se encontraron los huesos), Stolbunov descubrió una docena de pinturas rupestres que representaban a dos tipos de personas: Los cromañones y los neandertales, que, en contra de las hipótesis científicas, confirmaban que estos dos tipos de personas podían existir simultáneamente.
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Más avanzados de lo que se creía
Basándonos en estas pinturas, podemos concluir que los cromañones pescaban, desarrollaban la agricultura y la ganadería, mientras que los neandertales cazaban y recolectaban. Ellos cohabitaban entre si.
Bosquejo de una cueva antigua y cromañones en pleno trabajo.
Anatoly Stolbunov, organizador de la expedición, señala que los neandertales tardíos y los primeros cromañones se comunicaban con un lenguaje de signos similar. Gracias a ello, se realizaba el intercambio de productos y objetos domésticos. Y los niños de ambas naciones jugaban juntos.
Esta afirmación cambia por completo la imagen de la percepción del mundo antiguo. Sin embargo, el descubrimiento de 1928 fue recibido con frialdad por los académicos.
Y durante los años de la guerra, la mayoría de las cuevas fueron voladas durante los combates. Así, los afines a Stolbunov no pudieron ni siquiera encontrar rastros del descubrimiento de su expedición.
Pero en 1928, la ciencia oficial desconfiaba de los artefactos encontrados por el llamado despectivamente “simple maestro”. Tratando de proteger sus hallazgos, Stolbunov quiso publicarlos en los medios de comunicación, pero las autoridades, junto con la comunidad científica, se opusieron y enviaron la “sensación arqueológica” supuestamente para su estudio a Novosibirsk.
En esto, los rastros de artefactos antiguos se han perdido. Nadie sabe dónde se encuentra hoy este artefacto “incómodo” para todos. Se sugiere que fue escondido en los archivos del museo o simplemente destruido… Una parte importante de la historia se archivó o se perdió para siempre.
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