Como si no hubieran suficientes razones para preocuparse por el cambio climático, ahora se puede agregar otra a la lista: filtraciones nucleares tóxicas.
En la guerra fría, mucha de la estrategia de defensa de Estados Unidos consistió en colocar armas nucleares a cortas distancias de las ciudades soviéticas y sus bases. Eso condujo al ejército a considerar algunos lugares extraños para colocar sus silos – incluyendo, por ejemplo, la luna.
Pero un proyecto (más factible) exploró la posibilidad de incorporar misiles balísticos dentro del hielo de Groenlandia.
En 1959, el cuerpo de ingenieros del ejército estableció el «Camp Century» (Campamento Siglo) – una red de túneles por debajo de la superficie helada de Groenlandia. Antes de 1962, el sitio era un centro a tiempo completo para el proyecto Iceworm, un plan para establecer un ferrocarril en el subsuelo para brindar mantenimiento a 600 misiles balísticos enterrados.
En algún momento, entre 85 y 200 soldados vivieron y trabajaron en la base ártica. Un reactor nuclear había alimentado de energía el sitio.
Cuando el ejército abandonó Camp Century en 1967, dejó un montón de basura, algunas de ellas radiactiva, bajo el hielo. Suponiendo que el árido noroeste Groenlandia estaría congelado para siempre, ya que a su parecer no valía la pena el esfuerzo y los gastos para transportar todo este desecho tóxico.
Un nuevo artículo en la revista Geophysical Research Letters muestra que no fue la decisión más sabia.
El ritmo del cambio climático en el Ártico ha superado al del resto del mundo. Los investigadores encontraron que aguanieve alrededor de Camp Century supera el congelamiento anual, lo que significa que eventualmente todos que residuos quedarán expuestos. Según estimaciones realizadas, este desastre podría ocurrir en tan solo 88 años, si continúa el deshielo en su tasa actual.
Según James White, un científico climático de la Universidad de Colorado que no participó en el estudio, dijo en un comunicado de prensa lo siguiente:
«Estas cosas iban a salir de todos modos, pero el cambio climático ha acelerado el proceso, y ahora va a salir mucho más rápido de lo pensado».
Un inventario de los residuos en la base encontró que además de los materiales nucleares en el sitio, materiales de construcción, petróleo y el valor de años de «aguas grises» – es decir, las aguas residuales – representan un riesgo ambiental significativo.
Y no está todavía claro si los Estados Unidos o Dinamarca, países que controlan Groenlandia, tomarán responsabilidad del manejo del problema.
Irónicamente, Camp Century fue uno de los primeros sitios donde los investigadores iniciaron la ciencia del clima en la era moderna.
En 1964, Willi Dansgaard examinó los núcleos de hielo taladrados en el sitio y lo utilizó para demostrar que estas muestras llamadas «corazones de hielo» capturan recuerdos de la historia del clima de nuestro planeta.
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