Un pingüino Adelia apareció en una playa rocosa de Nueva Zelanda, a casi 3.218 kilómetros de su hogar en la Antártida, la semana pasada. Ahora ha sido devuelto a la naturaleza, dicen los expertos.
Apodado “Pingu” por los lugareños, el animal desorientado fue encontrado nadando alrededor de la playa en Birdling Flat el 10 de noviembre y rápidamente fue llevado a la Christchurch Penguin Rehabilitation para recibir tratamiento, según informa NBC News.
El Kaikoura Wildlife Hospital de Nueva Zelanda indicó en una publicación de Facebook que Pingu tenía “bajo peso y deshidratación”, pero que el pingüino joven, que los rehabilitadores determinaron que tenía entre 1 y 2 años, estaba recuperando fuerzas con una dieta de “líquidos y batidos de pescado”.
Al día siguiente, el pingüino regresó a salvo al agua con la panza llena de peces para el largo viaje a casa, dijo el New Zealand Department of Conservation.
El tercer pingüino Adelia en llegar a Nueva Zelanda
Pingu es solo el tercer individuo de su especie visto en Nueva Zelanda. El primero fue un espécimen muerto que llegó a la costa en 1962, según informó CBS News. El segundo, un pingüino vivo, llegó a la región de Kaikoura en 1993, según New Zealand Birds Online.
Los pingüinos Adelia son una de las cinco especies de pingüinos que viven exclusivamente en la Antártida y las islas circundantes. Por lo general, miden alrededor de 70 centímetros de altura y pesan entre 3.8 y 5.4 kilogramos. Al igual que otros pingüinos, viven con una dieta de pescado, calamares y krill, y se sabe que viajan hasta 297.7 km, no 3.218 km, para asegurarse una comida, según informa World Atlas.
La larga aventura del pingüino podría revelar algo grave
Los científicos no están seguros de por qué Pingu viajó hasta Nueva Zelanda. Pero creen que el suministro de alimentos y el cambio climático pueden haber influido. Los pingüinos a veces se desvían de su curso “cuando las aguas se calientan porque los peces suelen ir a aguas más profundas y frías. Por lo tanto, no hay peces alrededor”, dijo a The Guardian Thomas Stracke de Christchurch Penguin Rehabilitation y que ayudó a trasladar a Pingu.
Además de hacer que los peces escaseen, el aumento de las temperaturas pueden causar estragos en el hielo marino que los pingüinos antárticos necesitan para criar a sus crías. Una investigación de la NASA y la University of Delaware, publicada en 2016 en la revista Scientific Reports, indica que bajo las tendencias actuales del cambio climático, el 60% de las poblaciones de pingüinos Adelia puede estar en grave declive para fines de siglo.
Philip Seddon, zoólogo de la Otago University en Nueva Zelanda, dijo a The Guardian:
“Todas las especies de pingüinos son como centinelas marinos. Cuando les va mal, nos están dando una señal temprana, una señal temprana de que las cosas no van bien”.
Afortunadamente el pingüino fue rescatado y devuelto a su hábitat; sin embargo su aventura puede denotar que algo muy grave está ocurriendo en su entorno, lo que lo llevó a ir a otro lugar muy lejano.
Gracias por leernos. Te invitamos a seguirnos en nuestra Página de Facebook, para estar al tanto de todas las noticias que publicamos a diario. También puedes unirte a nuestro Grupo de Facebook.
Entonces hay que hacer un investigación relacionada con el evento, en su hábitat natural. Por otra parte, y ya no es muy en serio, si el muchacho quería emigrar por qué no le dan visa