No ha existido nadie como él. Una brillante estrella del renacimiento italiano cuyas pinturas, inventos, descubrimientos científicos y proyectos de ingeniería aún siguen asombrándonos.
El gran artista del Renacimiento, Leonardo da Vinci, además de su obra pictórica tan exquisita como escasa, fue también un genio científico dedicado a la observación rigurosa y a la formulación exacta a partir de la experiencia empírica. Las numerosas anotaciones en sus cuadernos de notas han empezado a ser estudiados a fondo en las últimas décadas, para comprobar su anticipación de muchas innovaciones posteriores de la ciencia moderna. Leonardo tenía en mente publicar numerosos tratados científicos, que abarcaban desde las matemáticas a la anatomía. El genio las clasificó con títulos provisionales como: “Libro sobre perspectiva”, “Tratado sobre la cantidad continua” y “La geometría como juego”, “Tratado sobre los nervios, los músculos, los tendones, las membranas y los ligamentos”, y “Libro especial sobre los músculos y los movimientos de los miembros”. En estos tratados también incluyen algunos descubrimientos científicos relativos a materias como la óptica, la acústica, la mecánica, la dinámica de fluidos, la geología, la botánica y la fisiología; pero pese a su enorme dedicación, nunca consiguió concretar su propósito.
Los Primeros años del Genio
Leonardo nació en la villa toscana de Vinci en 1452. Su madre fue una campesina de nombre Caterina, y de Ser Piero, un rico notario florentino. Desde temprana edad demostró su enorme curiosidad y dibujaba animales mitológicos de su propia invención, inspirados en su gran capacidad de observación del entorno natural en el que creció.
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Consciente del talento de su hijo, su padre le permitió ingresar como aprendiz en el taller de Andrea del Verrocchio. Durante su permanencia Leonardo aprendió pintura, escultura y técnicas y mecánicas de la creación artística. Su primer trabajo fue la construcción de la esfera de cobre para coronar la iglesia de Santa Maria dei Fiori, proyectada por Brunelleschi. El taller de Antonio Pollaiuolo que se encontraba cerca permitió a Leonardo realizar sus primeros estudios de anatomía y, posiblemente del latín y el griego.
El joven Leonardo utilizó allí por vez primera la novedosa técnica de la pintura al óleo recién llegada de los Países Bajos, que permitía una mayor suavidad en el trazo y mayor penetración en el lienzo. Tuvo una virtuosa participación en algunos cuadros de su maestro, pero sus grandes obras de este período son un San Jerónimo y el gran panel La adoración de los Magos (ambos inconclusos).
El periplo Milanés
En 1482, Leonardo se presentó ante el hombre fuerte de Milán, Ludovico Sforza. Se quedaría en su corte por un período de diecisiete años como pintor e ingeniero. Aunque su ocupación principal era la de ingeniero militar, sus proyectos (casi todos irrealizados) abarcaron la hidráulica, la mecánica y la arquitectura, además de la pintura y la escultura. Esta etapa fue de pleno desarrollo para Leonardo; enriqueciendo con sus apuntes para la formulación de una ciencia de la pintura, mientras paralelamente se ejercitaba en la ejecución y fabricación de laúdes.
Leonardo fue consciente que la dramática peste que asoló Milán fue producto del hacinamiento y suciedad de la ciudad. Esta situación lo motivó a proyectar espaciosas villas, hizo planos para la canalización de ríos e ingeniosos sistemas de defensa ante la artillería enemiga. Recibió el encargo de Ludovico para crear una monumental estatua ecuestre en honor de Francesco, el fundador de la dinastía Sforza. Durante dieciséis años Leonardo trabajó en el proyecto que sólo quedaría en un modelo en barro que fue destruido poco después durante una batalla.
Una mente multifacética
Leonardo sintió fascinación por diversos temas y la dedicación que ponía en cada especialidad le permitió adelantarse a su época. Por ejemplo, más de cuatrocientos años antes de que sus obras fueran redescubiertas por los estudiosos, el autor estableció los principios básicos de la dendrocronología, especialidad que estudia los anillos de crecimiento de los árboles para determinar su edad y las variaciones climáticas que han experimentado durante su existencia. En su famoso Tratado de la pintura, único texto de Leonardo en circulación antes del siglo XIX, dejó constancia de este descubrimiento sosteniendo que los círculos de los troncos de los árboles cortados muestran el número de sus años y si han sido más húmedos o más secos, dependiendo de su grosor. También enfocó correctamente la forma en que las plantas se desarrollan como reacción a la gravedad terrestre (geotropismo), así como de qué modo cambian su orientación en función de la luz del sol (fototropismo). Las disecciones de cadáveres le permitieron realizar dibujos del interior del cuerpo humano con una precisión que no se igualaría hasta siglos después.
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Los fósiles no escaparon del interés de Leonardo. En su época, los fósiles marinos que eran encontrados en las altas montañas eran comúnmente considerados vestigios del diluvio universal. Por ejemplo, Leonardo detectó que algunos fósiles de moluscos bivalvos mantenían unidas las dos mitades de su caparazón. Debido a que ambas mitades se encontraban unidas por un tejido elástico cuando el molusco estaba con vida, la unión se descompondría tras la muerte. Concluyó correctamente que los moluscos no fueron arrastrados a lo alto de las montañas por el diluvio, pues sus mitades se encontrarían separadas, sino que habían quedado sepultados en el mismo lugar donde vivían, que luego emergería como montaña tras un fuerte cataclismo.
El Ingeniero Militar
Cuando los franceses entraron a Milán a fines de 1499, Leonardo tuvo que abandonar la ciudad y se asentó en Venecia que se encontraba acosada por los turcos, que ya dominaban la costa dálmata y amenazaban con tomar el Friuli. La Signoria de Venecia contrató a Leonardo como ingeniero militar.
En pocas semanas diseñó una cantidad de artefactos cuya construcción no se concretaría en la mayoría de los casos hasta los siglos XIX o XX. Sus invenciones iban desde una especie de minisubmarino, con un tubo de cuero como respirador destinado a unos soldados que, armados con taladro, perforarían a las embarcaciones por debajo del agua; hasta grandes piezas de artillería con proyectiles de explosión retardada y barcos con doble cubierta para soportar las embestidas de las embarcaciones enemigas. El excesivo presupuesto, la urgencia del tiempo y, posiblemente las altas pretensiones de Leonardo motivaron que las geniales ideas se quedaran en bocetos. Tras casi veinte años de ausencia, Leonardo regresó a Florencia en abril de 1500.
En esa época la ciudad estaba dominada por César Borgia, hijo del papa Alejandro VI. Reconocido como un político intrigante y déspota, este ambicioso y temido personaje se estaba preparando su proyecto expansionista para la conquista de nuevos territorios. Leonardo, nuevamente como ingeniero militar, recorrió los territorios del norte, trazando mapas, proyectando puentes y nuevas armas de artillería. Pero poco después Borgia cayó en desgracia cuando sus capitanes se sublevaron, su padre fue envenenado y él mismo cayó gravemente enfermo. Leonardo volvió a Florencia, que se encontraba en guerra con Pisa, y desarrolló su proyecto de desviar el río Arno por detrás de la ciudad enemiga para acorralarla, además la construcción de un canal navegable para conectar Florencia con el mar. El proyecto nuevamente quedó en los mapas de su autor.
Sin embargo, Leonardo ya era reconocido como uno de los mayores maestros de Italia. El boceto de su Santa Ana, la Virgen y el Niño, lo trasladó al lienzo a finales de la década. La obra cumbre de esta etapa florentina y una de las pocas concluidas por Leonardo fue el retrato de Mona Lisa Gherardini, esposa de Francesco del Giocondo, razón por la que el cuadro es conocido como La Gioconda. La obra se convirtió en modelo de retrato y la mítica Gioconda ha inspirado infinidad de libros y leyendas, y hasta una ópera. Leonardo logró plasmar la «enigmática sonrisa» de la Gioconda como uno de los capítulos más admirados en la historia del arte. Es poco lo que se conoce sobre el cuadro y ni siquiera se sabe quién lo encargó, porque Leonardo finalmente lo vendió al rey Francisco I por cuatro mil piezas de oro.
De Regreso a Milán (1506-1513)
Leonardo asistía a disecciones de cadáveres, sobre los que confeccionaba dibujos para describir la estructura y funcionamiento del cuerpo humano. También analizaba el vuelo de los pájaros (sobre los que planeaba escribir un tratado), con la convicción de que también el hombre podría volar si llegaba a conocer las leyes de la resistencia del aire.
En 1506 Charles d’Amboise, gobernador francés de Milán, le ofreció el cargo de arquitecto y pintor de la corte. Honrado por su nuevo patrón, Leonardo deja nuevamente Florencia. Proyectó para él un castillo y ejecutó bocetos para el oratorio de Santa Maria dalla Fontana. Su estadía se interrumpió en invierno de 1507, cuando colaboró en Florencia con el escultor Giovanni Francesco Rustici en la ejecución de los bronces del baptisterio de la ciudad.
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Los Últimos Años
Leonardo vivió una etapa de tranquilidad en el Vaticano. Dibujó mapas, estudió antiguos monumentos romanos, proyectó una gran residencia para los Médicis en Florencia; pero en 1516, muerto su protector Giuliano de Médicis, Leonardo dejó Italia para pasar los tres últimos años de su vida en el palacio de Cloux como primer pintor, arquitecto y mecánico del rey.
El gran respeto que le tenía Francisco I de Francia hizo que Leonardo se convirtiera más bien como un miembro de la nobleza que como un empleado de la casa real. A partir de 1517 su salud, hasta entonces inquebrantable, comenzó a deteriorarse. Su brazo derecho quedó paralizado, pero no impidió plasmar sus ideas con la otra mano. Leonardo aún pudo hacer bocetos de proyectos urbanísticos, de drenajes de ríos y hasta decorados para las fiestas palaciegas. Su casa de Amboise se había convertido en una especie de museo al estar repleta de papeles y apuntes que contenían sus revolucionarias.
Leonardo da Vinci murió en Cloux el 2 de mayo de 1519. Su testamento legaba a su asistente Melzi todos sus libros, manuscritos y dibujos, que el discípulo se encargó de retornar a Italia. Se han tejido algunas leyendas en torno a su muerte; una de ellas, sugiere que Leonardo se confesó largamente, arrepentido por llevar una vida alejada de las leyes de la iglesia. Se dice que con sus últimas fuerzas, se incorporó para recibir los sacramentos antes de expirar.
Bibliografía
Sitios web:
- Leonardo da vinci, un visionario de la ciencia
‘https://historia.nationalgeographic.com.es/a/leonardo-da-vinci-hombre-adelantado-a-su-tiempo_7277 - Leonardo da Vinci
‘https://www.biografiasyvidas.com/monografia/leonardo/ - Leonardo da Vinci
‘https://www.biografiasyvidas.com/biografia/l/leonardo.htm - Leonardo Da Vinci
‘https://canalhistoria.es/perfiles/leonardo-da-vinci/ - Leonardo da Vinci: Arquitecto, inventor y artista italiano
‘https://www.buscabiografias.com/biografia/verDetalle/65/Leonardo%20da%20Vinci - Leonardo da Vinci, Biografía y Obra
‘https://www.arteespana.com/leonardodavinci.htm - Leonardo da Vinci – vida y obras
‘https://theartwolf.com/es/leonardo/ - MISTERIOS Y SECRETOS DE LEONARDO DA VINCI
‘https://www.youtube.com/watch?v=l63u_fobi7o
Artículo escrito por Pedro Noguchi, colaborador de CodigoOculto.com
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