Hoy vamos a reseñar una de las figuras más controversiales de la cosmogonía andina, el mítico Tunupa. Su nombre se pierde en la noche de los tiempos, tornando difícil reconstruir sus andanzas. Para muchos estudiosos Tunupa representa tan solo una manifestación de la naturaleza, más tarde corporizada como personaje legendario. Otros historiadores, sin embargo, reclaman Tunupa realmente existió, aunque los hechos fantásticos que parecen rodear su vida, dificulten tomar en serio estas aseveraciones. Y es que las hazañas atribuidas a Tunupa, como ahora vamos a narrar, desafían la simple lógica humana, ya que el tenor de sus poderes eleva su categoría al de un semidiós. Ajusten sus cinturones tripulantes se avecina un viaje movido.
Tras las pistas de Tunupa. Reconstrucción de una biografía imposible
“Pachacuti Yamqui Salcamayhua, cronista que se enorgullecía de ser colla e indio por los cuatro costados, nos dice que Tonopa llegó a las provincias y reinos del Tahuantinsuyo, con el aspecto de un hombre barbado, de talla mediana que parecía maduro más que joven, con canas y delgado. Caminaba con un bastón, y hacía muchos milagros fáciles de ver. Curaba las enfermedades y hablaba todas las lenguas mejor que los naturales, que le llamaban Tonopa o Tarapaca. Pero los hombres no hicieron caso de ese hablador”. Tonopa el Profeta. Simone Waisbard.
La confusión sobre el misterio llamado Tunupa tiene un primer inicio al estudiar su nombre, donde la ciencia etimológica parece dividida en cuanto a su real designación, haciendo imposible aunar concesos. Así tenemos Tunupa se conoce también como Tuñupa, Taguapaca, Taguapica, Tonopa, Tunapa, Tarapacá, Ekako, Keko, Kiko o Ekeko, e incluso, llegando el atrevimiento a sugerir Tunupa, es en realidad el mismísimo Wiracocha. Estamos ante un primer reto sospechado para quién escribe instalado adrede, con la intención de despistar al no iniciado. Un desvío por lo tanto no casual.
Estas anomalías son bien retratadas por la autora francesa Simone Waisbard, que en Tiahuanaco. Diez mil años de enigmas incas, se interroga sobre su verdadera identidad.
“Rigoberto Paredes como todos sus colegas y otros investigadores de las tradiciones andinas, se muestra especialmente intrigado por uno de los personajes, el mencionado con más frecuencia y cuyo nombre varía, aunque generalmente aparece como el de Tonopa. ¿Es anterior, posterior o contemporáneo a Viracocha? Muchos americanistas los confunden atribuyendo ciertos hechos tanto a uno como al otro. Si opto por dos identidades diferentes y su contemporaneidad, es porque todos los aptos de Tonopa tienden a hacer de él el colaborador o el fiel servidor de la divinidad suprema de los collas, desde la creación legendaria del Titicaca. Finalmente, Tonopa tiene un papel decisivo en la reconstitución de los hechos que yo intento. Pero ¿quién es?”.
La atenta Waisbard agrega un dato no menos revelador cuando refiere, Tonapa, “es quién porta el bastón”. Y agregamos también, Tunupa (en su versión más popular), tuvo como misión “acomodar el mundo”, sentencia que nos conduce hacia la secreta tradición primordial. Más adelante retomaremos este concepto.
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El sacerdote jesuita Giovanni Anello Oliva, S. J., uno de los cronistas quizás más audaces de su tiempo, en su Historia del Perú reclama al escribir sobre Tunupa, nuestro personaje llegó por mar predicando se adore tan solo a Pachacamac (traducido como alma de la Tierra), a quién sus fieles describen, como una deidad sin piel ni huesos ¿Tal vez uno de los divinos transparentes?
A Pachacamac se le acredita también función, como creador del mundo. Es así mismo dios del fuego, y señor del sol. Su culto derivaría luego en la creación de un oráculo sanador. Miles de fieles acudian a sus recintos, siendo uno de los más célebres el esplendoroso Koricancha.
Se rumorea ningún mortal podía contemplar Pachacamac a los ojos, para el cuál se debía atravesar un largo ayuno purificador, cuya duración podía demandar hasta un año. Tal su leyenda. Tunupa dentro de este contexto es situado como un fiel servidor de Pachacamac, aunque para otros observadores sus atributos parecen casi igualarlo.
De echo Tunupa en idioma aimará, es designado como Padre de la Raza. Esta deidad también es reconocida como controlador de los elementos naturales, siendo sus potestades el fuego celeste, o sea el trueno, el terrestre generado en los volcanes, y hasta las aguas divinas, encarnadas a través de lluvias.
Culto a Tunupa, y el misterio de sus poderes sobrehumanos
“Son varias las leyendas y relatos de Tunupa que se encuentran recopilados por diversos cronistas, entre los que se puede mencionar el relato recopilado por Fray Alonso Gavilán, este cronista cuenta que la leyenda de Tunupa apareció en el Paraguay, en donde se encargó de recorrer toda la selva hasta Chachapoyas, posteriormente éste llega al altiplano, en donde se encarga de eliminar al dios que allí se veneraba lanzando rayos y fuego celeste, posteriormente se ve a Tunupa en el Cusco, en donde a orillas del lago Titicaca fue herido con una vara de chonta, a éste lo echaron en una balsa al lago, en donde consigue su muerte al ser empujado por un fuerte viento que lo dirigió hacia el Aullagas, en donde se hundió en las entrañas de la tierra”. La leyenda de Tunupa.
Tunupa no sólo fue venerado en el altiplano como deidad de importancia, sino que su culto se extendió incluso, hasta Paraguay, Chile, Brasil y Colombia. No obstante Bolivia y Perú, parecen contar con registros más precisos en cuanto a sus andanzas por esas tierras.
Y aquí un nuevo misterio en cuanto a Tunupa, y de alta importancia. Sucede cada sitio donde su paso es recordado, parece marcado por evidencias de ruinas inexplicables, como, por ejemplo, los bloques pétreos de Ollantaytambo en el Cuzco peruano, hasta la fecha sin resolución. Curiosamente Tunupa es considerado el guardián de esta increíble fortaleza. Incluso se rumorea su rostro corona la colina de Pinkuylluna.
Otro sitio sagrado donde Tunupa alcanza gran estima, es nada menos que Tiahuanaco, Bolivia. Y es que se cree la enigmática puerta del sol llevaría su firma, aunque el espinoso asunto aún devela a los expertos. Para entender estas aparentes paradojas, es necesario remarcar a Tunupa se le atribuye la capacidad de manipular la materia, siendo capaz de terraformar cualquier paisaje.
Tunupa en este caso, habría sido uno de los legendarios gigantes, que algunas historias remontan posterior al mítico Diluvio, o incluso hasta anterior al mismo. Tal es la tradición que lo sustenta. Tunupa también es retratado como un mago regenerador, siendo también un sanador milagroso, predicando a su paso la hermandadhumana.
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El Retorno de Illa de Ekeko
“La ‘Illa Tunupa’, amuleto sagrado con fuerza cósmica es la deidad y divinidad andina, adorada en el altiplano boliviano y peruano, además es considera Dios del volcán y del rayo, en honor a ella se realiza grandes fiestas y fue venerada como Virgen protectora de los habitantes del Ayllu; asimismo la Illa tiene la característica de llamar a la lluvia, por lo cual se conecta con la Madre Tierra (Pachamama)”. La Illa del Ekeko. Dios de la Abundancia. Félix Choquehuanca Cahuaya, 2020.
En 2014 el gobierno boliviano logró la devolución de un objeto emblemático, nada menos que Illa de Ekeko. El objeto estuvo 156 años en poder de un museo suizo, luego de ser sustraído por un célebre naturalista de ese país, Johann Jakob von Tschudi, luego de burlar a sus custodios, mientras visitaba Tiahuanaco, a quiénes emborrachó. El infame acto fue reflejado en uno de sus libros, Viajes por la América del Sur.
Desde su desaparición, las catástrofes parecieron enseñarse con la región de Tiahuanaco, asolada por todo tipo de contratiempos. Los estudiosos más entrenados hablan de una ruptura del ecosistema, abruptamente alterado. Tal es la creencia. Y aquí otra cuestión, porque Tunupa abandona la categoría de gigante, para transformarse en el Ekeko (jorobado sagrado), cuyo misterio travestido, augura el retorno del Pachacuti. Habrá que esperar.
Conclusión
Tunupa, sin dudas, es una de las deidades más emblemáticas del altiplano andino, que aún sigue bajo su influjo. Su aura resplandece como el mensajero celeste, que incluso sedujo a los celosos evangelizadores, quiénes hicieron intentos por revertir su real misión, a la cuál temían.
Estamos nuevamente ante la figura de un iniciado, ordenador de mundos, como fue llamado, que alentó practicar la unidad. Es también, símbolo de equilibrio y abundancia. Un guardián de secretos futuros, aguardando su divulgación. Continuará.
Bibliografía
Libros:
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Sitios web:
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https://dialnet.unirioja.es/descarga/articulo/4862269.pdf. - Hablemos de Mitología
¿Quieres saber todo sobre Tunupa? Apréndelo aquí.
https://hablemosdemitologias.com/c-otras-mitologias/tunupa/ - Imágenes y Textos Selectos
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http://imagenesytextosselectos.blogspot.com/2012/06/blog-post_45.html - Infobae
Serra, Alfredo. El misterio de un dios con dos nombres: uno es famoso y el otro, un gigante de 120 metros casi ignorado.
https://www.infobae.com/america/historia-america/2018/08/18/el-misterio-de-un-dios-con-dos-nombres-uno-es-famoso-y-el-otro-un-gigante-de-120-metros-casi-ignorado/ - Libros Peruanos
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González Díaz, Soledad. Genealogía de un origen: Túbal, el falsario y la Atlántida en la Historia de los Incas de Pedro Sarmiento de Gamboa.
https://revistadeindias.revistas.csic.es/index.php/revistadeindias/article/view/901/974
Artículo escrito por Débora Goldstern, colaboradora de CodigoOculto.com
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