Se trata de una espada vikinga conocida como Ulfberht y estaba compuesta de un metal tan puro que ni siquiera los arqueólogos podían explicarlo. La tecnología utilizada no se inventó hasta luego de 800 años, en plena Revolución Industrial. Entonces, ¿cómo lo hicieron?

Las espadas Ulfberht son un grupo de espadas medievales encontradas en Europa, datadas entre los siglos IX y XI, con hojas incrustadas con la inscripción + VLFBERHT + (y variantes). Esa palabra es un nombre personal franco que se convirtió en la base de una especie de marca registrada, utilizada por varios herreros durante varios siglos. Se conocen aproximadamente entre 100 a 170 espadas Ulfberht.

Un arma con un rendimiento superior a las de su época, como fue el caso de la Ulfberht, le brindaba una ventaja superior a los guerreros vikingos. La guerra moderna también depende en gran medida de la tecnología. Por ejemplo, cuando un bando cuenta con un arma eficaz con increíbles capacidades tecnológicas, invariablemente gana.

Tener algo que pudiera elevar a tu ejército o a tu guerrero por encima del combate cuerpo a cuerpo era comprensiblemente deseable, ya fuera confiar en la visión estratégica de un general o en la destrucción de una nueva arma de asedio. Y sin duda, un arma que mejoraría la suerte del portador era la espada Ulfberht.

Espada vikinga Ulfberht. Crédito: Ohio Viking Festival / Facebook

No se puede decir que las armas Ulfberht revolucionaron el juego de la espada, ya que apenas estaban disponibles y pasaron siglos antes de que se produjeran espadas comparables. Sin embargo, ciertamente tuvieron un impacto entre los siglos IX y XI, con alrededor de 170 de estas espadas conocidas por los historiadores.

Vikingos y Ulfberht

Los vikingos que empuñaban las espadas Ulfberht tenían una ventaja sustancial sobre sus enemigos. Las espadas Ulfberht eran mejores en todos los aspectos que las espadas más comunes. Al darle al usuario más astucia y poder, la marca también se destacó por ser resistente a los golpes en una época en la que la mayoría de las espadas rara vez duraban.

La marca es exactamente la palabra correcta para la espada Ulfberht; las armas llevaban el nombre de Ulfberht en la hoja, y ese nombre se convirtió en sinónimo de calidad de un nivel casi mítico.

Este prestigio aseguró que las espadas Ulfberht fueran propiedad exclusiva de los nobles vikingos bendecidos con una gran riqueza. Al igual que con las marcas modernas, se hicieron imitaciones de Ulfberhts que eran indistinguibles de las espadas reales.

Espada Ulfberht y hoja. (Wikimedia Commons)

Los vikingos se volvieron temidos en toda Europa por su fuerza como guerreros, y el poder de las espadas Ulfberht fue un factor contribuyente.

En particular, los vikingos eran famosos por su aptitud como fuerza invasora, desplegando tácticas de «conmoción y pavor» que negaban a las fuerzas nacionales la oportunidad de reunirse y prepararse. Los ejércitos de Europa respondieron mejorando su organización, poniendo así fin al reinado de dominio de los vikingos.

Espada con «tecnología del futuro»

Las espadas eran caras de producir, especialmente la espada Ulfberht. Es impresionante que los vikingos lograran producir tantas como lo hicieron, con la tecnología necesaria para la producción en masa que no estaba disponible hasta la Revolución Industrial.

Espada Ulfberht moderna. (Wikimedia Commons)

Este es el misterio de la espada Ulfberht: ¿cómo idearon y produjeron los vikingos del siglo IX una espada que era significativamente mejor que la competencia?

La respuesta puede estar en enlaces con antiguos herreros de Oriente Medio que crearon el legendario Acero de Damasco, con rutas comerciales que permiten a los herreros francos adquirir los metales más puros posibles.

El herrero moderno Richard Furrer intentó forjar una espada con la calidad de una espada Ulfberht, declarando que era la tarea de herrería más compleja posible a pesar de tener métodos modernos a su disposición.

Aquellos que fabricaban espadas Ulfberht en la época medieval habrían parecido capaces de realizar hazañas mágicas. Probablemente no hubo magia real en el trabajo, pero ciertamente hubo sucesos misteriosos en algunos talleres de herreros talentosos.

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