Lamentablemente para el planeta y para todos nosotros, Japón ha anunciado que lanzará agua radiactiva al océano, debido a que no se puede dar a basto para contenerla.
El primer ministro japonés, Yoshihide Suga, dice que el gobierno ha pospuesto averiguar qué hacer con toda el agua contaminada que se acumula en la planta de energía nuclear destruida de Fukushima Daiichi durante el tiempo suficiente, y es hora de comenzar a arrojarla al océano.
Suga dijo que se ve obligado a hacerlo dado que la planta pronto se quedará sin espacio para almacenar el agua subterránea contaminada que se filtra en la instalación, según informa The Japan Times, y está enmarcando el controvertido plan para liberar el agua en el Océano Pacífico como «inevitable».
Hora de la verdad
Los funcionarios japoneses han estado debatiendo cómo contener mejor el agua radiactiva en la planta de Fukushima durante años, pero el plan que parece haberse estancado es purificar el agua lo mejor posible, diluir el tritio radiactivo que persiste incluso después del proceso de limpieza y deshacerse de él en el transcurso de 30 años.
Hiroshi Kajiyama, Ministro de Comercio japonés, dijo en un comunicado de prensa:
“Qué hacer con el agua [tratada] es una tarea que el gobierno ya no puede posponer sin establecer una política”.
Pero fuera de los pasillos del gobierno, el plan sigue siendo considerablemente impopular, especialmente entre los pescadores que están preocupados de que nadie quiera comprar pescado capturado en aguas radiactivas. También es razonable, ya que 15 países y regiones aún restringen las importaciones de la prefectura de Fukushima, según informa el Japan Times.
Garantías públicas
Se espera que Suga tome una decisión formal sobre la liberación el próximo martes, según el periódico. Si el gobierno procede, el plan será diluir el tritio a solo el 2.5 por ciento de la concentración máxima permitida por los estándares nacionales antes de deshacerse de él.
Eso significa, dicen los funcionarios japoneses, que el agua no será peligrosa para las personas, aunque solo el tiempo dirá cuánta gente confía en ella.
Aunque las autoridades japonesas traten de calmar los ánimos al decir que su acción no generará un riesgo alto a la humanidad, por lógica sabemos lo que causa la radiación en la vida marina y posteriormente a los humanos al consumir el pescado.
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