El ancestral Secreto de «Ablandar» las rocas en construcciones preíncas e Incas
Publicado el 15 Mar 2021
© Imagen: flickr / uah.es / Fernando T.

En 2013 durante una de mis visitas a Bolivia, me acerqué a Tiahuanaco, ruinas distantes a una hora de La Paz, donde me topé con un nuevo misterio. Cada nuevo acercamiento, hacia la ciudadela antigua más famosa de los Andes, representaba un nuevo desafío.

Y, sin embargo, la interrogante que estaba a punto de observar, iba a tener un gran impacto en mis estudios, debido a sus implicancias. Se trataba de una roca especial, que parecía reblandecida, como si hubiera sido amasada por manos humanas. No daba crédito.

En mi recorrido por Sacsayhuamán, Cuzco, Perú, había observado huellas de dedos humanos en algunas de esas rocas. Lo imposible, a la vuelta de la esquina. Estas anomalías despertaban entre los estudiosos, furiosos contrapuntos, donde la historia conocida era alterada de forma radical. Los entredichos más combativos, se hacían eco de una antigua tecnología ancestral, hasta el momento no aceptada.

Entre las hipótesis enumeradas en busca de una explicación plausible ante tanto enigma, la existencia de un antiguo preparado secreto, tan solo conocido por una élite entrenada en su uso, circulaba como leyenda persistente. Ahondemos en su historia.

El enigma de las piedras reblandecidas

“Las gentes del país, refieren las historias más extraordinarias a este respecto: según ellos, los antiguos tenían el secreto de reblandecer la piedra por medio de ciertas yerbas”. Conde Francis de Castelnau, naturalista francés, comentando sus impresiones acerca de Tiahuanaco, 1845.

Los primeros cronistas que documentaron sus observaciones en Sudamérica, quedaron absortos ante la magnitud de antiguas edificaciones, que parecían desafiar las leyes físicas conocidos.

Muro en Sacsayhuaman con rocas perfectamente colocadas

Muro en Sacsayhuaman con rocas perfectamente colocadas. (Public domain)

Muchos rumores circulaban entre los locales, sobre como estas construcciones fueron llevadas a cabo, resaltando la existencia de una hierba milagrosa, capaz de derretir la roca, y lograr ablandarla. Aunque no fuera la única técnica.

En su trabajo de 1609, Comentarios Reales de los Incas, el cronista peruano Garcilaso de la Vega, revela, «los incas daban forma a los enormes bloques de piedra, azotándolos con unas piedras negras». Algunos suponen estas rocas oscuras, no serían otras que andesita volcánica. Pero sigamos.

Otro cronista, el jesuita y sacerdote español Bernabé Cobo, al escribir el capítulo «Del Templo y Edificios de Tiahuanaco», publicado en su Historia del Nuevo Mundo, 1653, refiere:

“Yo confieso que no entiendo ni alcanzo, con que fuerzas se pudieron traer, ni que instrumentos y herramientas bastaron a labrarlas, donde no se conocía el hierro; y habremos de confesar que antes que la labrasen y pusiesen en perfección, eran mucho mayores, para venir a quedar después de labradas con la forma y tamaños que las vemos. Son todas estas piedras de dos o tres especies, unas amoldadoras (areniscas), rojas y blandas de labrar, y otras pardas y muy duras, las labores que tienen son varias, y todas muy diferentes de las nuestras. En lo que más se muestra el primor de la obra, es en estar tan lisas y llanas, que no lo pueden ser más”.

Y aquí Cobo da cuenta una leyenda impactante, que señala:

“Las piedras grandes que aquí vemos fueron traídas por el aire al sonido de una trompeta, que tocaba un hombre”.

En 2013 visité Tiahuanaco. Aquí observando una de las misteriosas piedras moldeadas. Archivo Personal / Débora Goldstern

Cobo también enuncia en forma categórica, que creía el desgaste de las rocas de Tiahuanaco, no se debían al paso del tiempo o la acción del agua, sino que claramente las mismas fueron moldeadas por obra humana.

Una semblanza interesante, es la legada por el naturalista francés Alcide Charles Víctor Marie Dessalines d’Orbigny, autor del monumental trabajo, Viaje a la América Meridional, publicado en 1839, donde en uno de sus pasajes, d’Orbigny se interroga sobre lo siguiente:

“En cuanto a la pregunta sobre los medios de que se valieron los indígenas para tallar sus piedras sin el auxilio del hierro, he podido obtener algunos datos. Los peruanos conocían perfectamente las proporciones en que había que mezclar el estaño con el cobre para darle mayor dureza. Utilizaban, pues, instrumentos de bronce para desprender la piedra y extraerla de la cantera. Servíanse también de tales instrumentos solos para terminar pacientemente la talla de los bloques de gres. En cuanto a las traquitas, la casualidad me hizo descubrir otro de sus procedimientos. Ya había notado en las piedras no terminadas de Tiahuanaco que las habían desbastado por capas sin que quedasen huellas de instrumentos. Estando examinándolas, recordé que en Potosí había visto a los indios desbastar piedras semejantes por medio del fuego: calientan mucho la parte que quieren sacar, le echan en seguida agua y una capa se desprende así en cada vez. Me enteré, además, por los indios de Tiahuanaco que todavía se emplean métodos idénticos para desbastar. El acabado de la talla se efectuaba con instrumentos de bronce”.

Retrato del sacerdote peruano Jorge Lira, que en 1967 aseveró conocer el secreto del líquido prodigioso. Cortesía: saw-as-iray.com

Dos exploradores de prestigio, sin embargo, legarían curiosas narraciones acerca del secreto perdido. Veamos.

En búsqueda del líquido prodigioso

“Si se aceptara que en el mundo antiguo existió una técnica capaz de licuar las piedras, y transportarlas como de cemento se tratara, al lugar de la obra, se despejarían los enormes problemas que plantean construcciones imposibles, como los muros incas de Sacsayhuamán, el Machu Pichu o las Pirámides de Egipto. Una técnica que arraigó en América, África y Europa, y que, como tantas otras cosas, hemos perdido por completo”. Javier Sierra. En busca de la Edad de Oro, 2018.

Estela de Famine, Egipto, que se cree describe una antigua fórmula para realizar el antiguo cemento artificial. Cortesía: franciscojaviertostado.com

En 1911 Hiram Bingham revolucionó la arqueología peruana, cuando Machu Pichu vio la luz. Fue en aquellos tiempos cuando el célebre explorador norteamericano, tuvo conocimientos de una planta maravillosa, según le revelaron los locales, y cuyas propiedades, se rumoreaba, ayudaría a moldear las piedras, tal como lo relata Richard Nisbet.

“A Hiram Bingham le contaron sobre la existencia de una planta con cuyos jugos los incas ablandaron las piedras para que pudieran encajar perfectamente. Hay registros oficiales sobre esta planta, que incluye a los primeros Cronistas españoles. Después comprobaría tal versión: Un día, mientras acampaba por un río rocoso, él observó un pájaro parado sobre una roca que tenía una hoja en su pico, vio como el ave depositó la hoja sobre la piedra y la picoteó. El pájaro volvió al día siguiente. Para entonces se había formado una concavidad donde antes estaba la hoja. Con este método, el ave creó una “taza” para coger y beber las aguas que salpicaban del río. Teniendo en cuenta el hecho de que el liquen ablanda la piedra para atar sus raíces bajo tierra, y quizás considerando la extinción continuada de especies de esta planta, esta noción no es más que improbable”.

Colaptes rupícola o carpintero andino, pájaro de América del Sur

Colaptes rupícola o carpintero andino, pájaro de América del Sur. Cortesía: Smithsonian Institution (Washington) 1999.

Casi una década después, otro no menos afamado explorador, el coronel británico Percival Harrison Fawcett, legaría sus experiencias, con la enigmática fórmula mágica, memorias más tarde recogidas, por su sobrino Brian Fawcett en Exploración Fawcett, 1954.

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Al parecer el intrépido cartógrafo, tenía la convicción de la existencia de un antiguo líquido desconocido, que hacía posible esas ruinas tan asombrosas fueran edificadas.

“Los Incas, heredaron las fortalezas y ciudades construidas por una raza anterior, y las restauraron, sin mucha dificultad –escribe convencido Fawcett, al recordar sus viajes por el Perú—. Ellos construyeron con piedra, en las regiones dónde éste era el material más conveniente; en cambio, para el cinturón costero, ellos usaron generalmente el adobe. Los viejos constructores, adoptaron las mismas e increíbles junturas, que son características de los edificios megalíticos más viejos, pero los incas no hicieron ningún esfuerzo para usar la piedra grande, previamente amasada por sus predecesores. Yo escuché que los incas heredaron esta técnica, y encajaron sus piedras, gracias a un líquido que ablandó las superficies a ser unidas, a la consistencia de arcilla”.

Machu Picchu, lugar donde se podría haber usado el secreto de ablandar las rocas

Machu Picchu, lugar donde se podría haber usado el secreto de ablandar las rocas.

En otros pasajes, Fawcett, se despacha con más pistas. Menciona su conversación con un saqueador de tumbas peruanas, que le expresa el hallazgo una vasija conteniendo un líquido extraño, y tras un descuido accidental, donde la pieza fuera mancillada, reveló lo increíble.

“Aproximadamente diez minutos después, yo me agaché sobre la piedra plana y por accidente examiné el charco del líquido derramado. Parecía que había más líquido derramado que antes; ¡Pero no era eso, la vasija entera dónde había estado el líquido, y la piedra bajo ella, eran tan suaves como el cemento fresco! Era como si la piedra se hubiera fundido, como la cera bajo la influencia del calor”.

Fawcett habla sobre un pájaro carpintero, oriundo de los Andes, con asiento en Bolivia y Perú, que parece jugar un papel central en esta historia.

Así lo expresa, en un diálogo con un montañés.

“¿Quiere decir usted que el pico del pájaro puede penetrar la piedra sólida? ¿El pico de un pájaro ‘Pito’ penetra en la madera sólida, ¿no? –pregunté sorprendido-. No, yo no pienso que el pájaro puede consumir la piedra sólida –respondió el hombre—. Yo creo, como todos los que los hemos visto, creo que esos pájaros conocen una hoja, que tiene un jugo, que puede ablandar la piedra, hasta que queda como la arcilla mojada”.

Como último dato, Fawcett señala existencia de un bosque misterioso, en el norte del Perú, donde una enorme planta cubierta de hojas rojizas obscuras, destilería un líquido desintegrador.

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El Secreto del Padre Lira

“Las leyendas de muchos pueblos precolombinos peruanos, aseguran que los dioses les habían hecho dos regalos a los nativos, para que pudiesen levantar colosales obras arquitectónicas como, Sacsayhuamán, o Machu Picchu. Dichos regalos, según el padre Lira, habrían sido, en primer lugar, la hoja de la coca, un poderoso anestésico que permitía a los obreros resistir el dolor, y el agotamiento físico –es de imaginar el esfuerzo que debió haber requerido la construcción de semejantes monumentos— y el segundo, habría sido otra planta, de increíbles propiedades que, mezclada con diversos componentes, convertía las rocas más duras en una sustancia pastosa y moldeable”. Juanjo Pérez. Los Ablandadores de Piedra.

Muros perfectos en el Templo de Coricancha

Muros perfectos en el Templo de Coricancha.

Nadie creía posible existiera un líquido capaz de derretir la roca, y todas las historias hasta aquí citadas, se tenían como meras leyendas.

Sin embargo, en 1983, se produjo un giro inesperado, cuando el popular presentador español, Fernando Jiménez del Oso, irrumpió en escena.

El evento tuvo lugar, mientras se rodaba El Otro Perú, documental que retrataba, las andanzas de Jiménez del Oso en tierras peruanas, y donde una entrevista, realizada a un sacerdote católico residente en Cuzco, padre Jorge Lira, iba a enmudecer a toda España.

Aquel sabio anciano, reputado estudioso de plantas medicinales, así como una autoridad en el campo de la literatura y lexicografía, afirmó estar en posesión del secreto buscado:

“Una sustancia de origen vegetal, capaz de ablandar las piedras”.

Aunque el programa convirtió a Jorge Lira en una celebridad, sus primeras denuncias acerca del «secreto» buscado, tuvieron lugar en 1967, como bien relata Javier Sierra en su libro, En busca de la Edad Dorada. Pero nadie pareció demasiado interesado en investigar, tan sorprendentes reclamaciones.

Ephedra andina en su ambiente natural

Ephedra andina en su ambiente natural. Cortesía: Hanfmediem

Según Sierra, el padre Lira sostenía, el descubrimiento de una fórmula inca para ablandar las piedras, «tras obtener una solución acuosa, a partir de una planta que nunca develó. Macerando en esa solución pequeñas piedras, el padre Lira, fue capaz de moldear algunas de ellas a voluntad».

Juanjo Pérez, periodista español, en su trabajo Los Ablandadores de Piedra, agrega más datos sobre el caso.

“Durante catorce años –escribe Juanjo Pérez— el padre Lira estudió la leyenda de los antiguos andinos y, finalmente, consiguió identificar el arbusto de la jotcha como la planta que, tras ser mezclada y tratada con otros vegetales y sustancias, era capaz de convertir la piedra en barro. Los antiguos indios dominaban la técnica de la masificación –afirma el padre Lira en uno de sus artículos—, reblandeciendo la piedra que reducían a una masa blanda que podían moldear con facilidad. El sacerdote –prosigue Pérez— realizó varios experimentos con el arbusto de la jotcha y llegó a conseguir que una sólida roca se ablande hasta casi licuarse. Sin embargo, no logró volver a endurecerla, por lo que consideró su experimento como un fracaso. Pero a pesar de ese parcial fracaso, el padre Lira sí logró demostrar que la técnica del ablandamiento es posible. Así se explicarían los sorprendentes ensamblajes de algunas de las colosales rocas que componen las murallas de Sacsayhuamán u otras fortalezas precolombinas”.

Joseph Davidovits quién en 1974 presentó su hipótesis sobre hormigón artificial, empleado en la construcción de las pirámides egipcias. Cortesía: davidovits.info

Joseph Davidovits. El Hereje de la Pirámide

Davidovits sostiene, que cuando Imhotep es acreditado como ‘el inventor del arte de la construcción con piedras cortadas’, esto es realmente una traducción errónea del griego ‘xeston lithon‘, que no se traduce como ‘piedra de corte’ sino que más bien significa ‘la acción para pulir la piedra’. Para Davidovits, Imhotep, es realmente el inventor del trabajo con aglomerados, o geopolímeros”.  Philip Coppens. El Hereje de la Pirámide, 2008.

En 1974 se conoció una hipótesis revolucionaria, y de alta controversia, lanzada por un reputado ingeniero químico francés, Joseph Davidovits.

Según escribiera el desaparecido estudioso escocés, Philip Coppens, la tesis enunciada propone:

“Las piedras de la Gran Pirámide no fueron talladas de las canteras, y luego transportadas; en vez de ello, en realidad fue extraída piedra en bruto, pero luego fue colocada en un contenedor (¿de madera?), al cual se le agregaron otros materiales, provocando un proceso químico que hizo lo que en términos simples algunos podrían llamar ‘cemento’, pero que de hecho es un tipo de piedra que, hasta los expertos en dicho campo, tienen dificultades para distinguirla de la ‘roca natural'”.

Davidovits acuñó el término geopolímero, para definir este inusual cemento de hormigón. El químico francés también estaba convencido, los egipcios hicieron uso de la Alquimia, como método inventivo, para su concreto misterioso.

Arbusto de la Jotcha

Arbusto de la Jotcha.

Mi colega y estudioso amigo, Renato Longato, en su libro Dioses del Pasado. Enigmas de la Arquitectura Inca, 2006, remite Davidovits en 1997 presentó un documento para un Simposio en Arqueometría, celebrado en New York.

Con el título Haciendo Cemento con Extractos de Plantas, allí se propone la Cultura Huanca, del Perú logró, producir «un líquido fito-químico, basado en el extracto de plantas, capaz de disolver material de piedra», utilizado en la producción de cemento químico.

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El Efecto Hutchinson

El excéntrico canadiense John Hutchinson, que durante sus experimentos se habría topado con extrañas fuerzas, capaz de alterar la materia

El excéntrico canadiense John Hutchinson, que durante sus experimentos se habría topado con extrañas fuerzas, capaz de alterar la materia.

En 1979 un estudioso autodidacta canadiense, John Hutchinson, seguidor de las tesis de Nikola Tesla, según se cree, de forma accidental, descubrió como manipular los campos electromagnéticos.

Sin embargo, luego no pudo seguir replicando su experimento original. No obstante, subsisten varias filmaciones, mostrando su trabajo. Uno de esos videos muestra, como un bloque de piedra se vuelve líquido sin aplicar calor. ¿Poder del sonido? Hasta aquí.

Conclusión

En los últimos años, noticias sobre la existencia de un concreto artificial, surge como una de las hipótesis más comentadas, tras las construcciones andinas. La ruta del secreto igualmente, exige un largo sendero. Continuará.

Bibliografía

Artículos

  • Carballal, Manuel. Los Ablandadores de Piedra. En: Revista Más Allá, 1996.

Libros

  • Fawcett, Brian. Exploración Fawcett. Santiago de Chile: Zig-Zag, 1954.
  • Jiménez del Oso, Fernando. El Imperio del Sol. España: Espacio y Tiempo, 1991.
  • Loma Lange, Guillermo. El Mensaje del Sol. Cochabamba: Kipus, 2014.
  • Longato, Renato. Dioses del Pasado. Lima, 2006.
  • Sierra, Javier. En busca de la Edad de Oro. Barcelona: Planeta, 2018.
  • Tarade, Guy. Tras las huellas del saber perdido. París: Robert Laffont, 1972.
  • TIHUANACU. Buenos Aires: Emecé, 1941
  • Waisbard, Simone. Tiahuanaco. Santiago de Chile, 1987.

Sitios

  • Arqueología del Perú
    Briceno, Jaime. Las Piedras de Plastilina.
    https://www.google.com/amp/s/arqueologiadelperu.com/las-piedras-de-plastilina/amp/
  • Boleto Machu Pichu
    ¿Cómo los incas moldearon las piedras en Machu Picchu?
    https://www.boletomachupicchu.com/moldeo-piedras-machu-picchu/
  • El Libertario
    Piedras Artificiales de la Antigüedad.
    http://m.el-libertario.webnode.es/piedras-artificiales-en-la-an
  • Los Archivos del Bardo
    ¿Una fórmula para ablandar las piedras?
    http://losarchivosdelbardo.blogspot.com/2013/12/una-formula-para-ablandar-las-piedras.html?m=1
  • Old World Misteries
    Nisbet, Richard. Las Murallas Antiguas.
    https://old.world-mysteries.com/gw_rnincas.htm
  • Philip Coppens
    El Hereje de la Pirámide.
    https://web.archive.org/web/20180102113900/http://www.philipcoppens.com/
  • Saberes Ancestrales
    Chasqui. ¿Se pueden ablandar las piedras?
    https://ancestrales.info/saberes/se-pueden-ablandar-las-piedras/
  • Universidad del Alma
    Tursarkisian, Darío. Ablandadores de Piedra.
    https://universidadalma.wordpress.com/2015/12/28/adp/

Artículo escrito por Débora Goldstern, escritora y colaboradora para CodigoOculto.com

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Débora Goldstern

Débora Goldstern

Autor

Bibliotecaria de Profesión, natural de Buenos Aires, Argentina. Presta servicios en la Universidad Abierta Interamericana desde hace 16 años. Además es escritora e investigadora, dedicándose al estudio de las civilizaciones andinas desaparecidas por más de 20 años. Ha participado como consultora de la revista Ufo Brasil, ha sido expositora en diversos congresos y es regularmente convocada por programas de radio, tv, documentales, films y canales de Internet. Ha publicado dos libros: «Secretos subterráneos de los mundos olvidados - Cueva de los Tayos» y «Tierra Hueca». Débora es colabora permanente en CodigoOculto.com desde Diciembre de 2018.

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