¿Existe el alma? Es una gran pregunta que viene considerándose desde hace siglos aunque es un concepto que varía dependiendo de la corriente de pensamiento o incluso de la religión y que incluso ha ido cambiando de definición a lo largo de la historia, por lo que tal vez fuera interesante plantear el concepto de otra manera… atendiendo a ese sentido de identificación individual ¿cuál sería nuestra esencia?
Esencia
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En filosofía se considera que esencia es lo que hace a cada elemento ser lo que es. Así, y a grandes rasgos, tendríamos dos pensamientos diferenciados:
- Aquel que refiere que lo que produce nuestra individualidad, nuestra consciencia de ser y nuestra diferenciación del resto de individuos es producto de la mente y del resultado de recuerdos y vivencias sumados a rasgos de personalidad.
- Aquel que indica que hay algo más, una esencia inmaterial además de lo anteriormente expuesto.
Eterna pregunta
¿Somos el resultado de una serie de memorias y rasgos de personalidad almacenados en nuestro cerebro o hay algo más que hace que cada uno sea lo que es? ¿Somos actividad cerebral o tal vez otro elemento nos constituyera? Adentrémonos entonces un poco más en esta segunda vertiente de pensamiento.
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En muchas culturas, y sobre todo en lo que pertenece al ámbito religioso, e incluso desde la antigüedad se han utilizado diferentes nombres para definir un concepto similar.
En algunos puntos del globo, como en la antigua Grecia, el origen de esta idea se limitaba a interpretar que el ánima era aquello que daba vida a los seres vivos, una suerte de motor vital.
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Pero por ejemplo, en la antigüedad, las tradiciones orientales la idea tenía otra definición, que ha sobrevivido hasta nuestros días y que incluso aparece en el cristianismo, un punto en común que es el de asignarle a esta esencia un carácter eterno, que pervive incluso tras la muerte del individuo.
En cuerpo
Distintas variantes surgen entonces en lo concerniente a la posibilidad de que esta esencia esté y dependa del cuerpo de cada uno mientras haya vida en él o si tal vez fuera algo que se situara completamente ajeno a toda materialidad y por tanto, estos dos elementos, alma y cuerpo, no se relacionaran o lo hicieran mínimamente.
Por ejemplo, algunas corrientes cristianas refieren que cuerpo, espíritu y alma, son aquello que constituye al individuo así como otros conjuntos de creencias realizan distintas «disecciones» sobre las partes que ellos creen componen la esencia del ser.
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En algunas se piensa que esta esencia reside dentro del cuerpo pero en otras, se considera que, dado que es un «elemento» que transciende todo lo físico, y siendo algo intangible, no se materializa por decirlo de algún modo como algo situado en el interior de nuestro organismo aunque participe de él, estando ambos en constante conexión.
Dimensiones
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Por supuesto, no hay nada demostrado y tal vez la ciencia alcance algún día a demostrar la existencia o no existencia del alma o esencia siendo que por el momento, cada uno deba de adherirse a sus propias creencias basadas en sus propias elecciones pero, este último concepto resulta interesante para que uno se aventure a realizar interesantes preguntas, aunque sólo sea por el placer de imaginar.
Veamos, si esta esencia eterna e intangible se hallara fuera del cuerpo, en otro «lugar» (a falta de un término más apropiado pues si no participara de la materia podríamos entender que allá donde estuviera no podría ser un «lugar físico< tal y como lo entendemos), y fuera el cuerpo el que «sintonizará» con ella constantemente, por expresarlo de alguna forma… entonces, ¿podríamos desligarla del cuerpo? ¿Se podría llegar a romper esa conexión? ¿Qué sucedería en ese caso?
Nuestra compañera Sonia Gupta del canal AEnigma se adentra en estas y otras cuestiones en el siguiente video:
Artículo escrito por Sonia Gupta, colaboradora de CodigoOculto.com
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