El oro como metal desde siempre jugó un papel esencial en el mundo antiguo, reverenciado como elemento de poder.
Tal adhesión sin embargo constituye un misterio, teniendo en cuanto su poca utilidad en otras de áreas de importancia para estos pueblos, si consideramos su utilidad en la guerra o agricultura, áreas donde el oro parece no ocupar ningún sitio.
Y sin embargo la fascinación por el oro está lejos de mermar, así como recientes estudios que parecen demostrar sus propiedades ocultas, apenas empiezan a despuntar.
Ajusten sus cinturones, se avecina un viaje movido.
Enigmáticos orígenes del oro
¿Por qué encontramos pepitas de oro en la superficie de la Tierra? La respuesta a eso es que han llegado del espacio en forma de meteoritos. Reflexión del científico y escritor John Emsley.
Existe cierta controversia, sobre cómo habría surgido el oro en nuestro planeta. Algunas tesis postulan el metal dorado, cuyo nombre remonta al término latino Aurum (aura resplandeciente), es originario de la Tierra. Para sustentar esta primera opinión el mundo científico postula, hace 4.500 años el oro se fundió con el hierro migrando ambos hacia el núcleo terrestre, más conocido como manto terrestre.
Una parte de ésta aleación, calculada en un 0.2%, «se disolvió en el océano de magna, a 700 kilómetros de profundidad en el manto externo». Luego de este proceso, el oro volvió a emerger a la superficie terrestre a través de la actividad volcánica. Un interrogante en cuanto a esta primera hipótesis, es que evitaría que oro se funda dentro del poderoso magma terrestre.
Y la respuesta es que se sospecha el oro es un elemento soluble, más de lo creído, permitiendo su perdurabilidad aún en condiciones difíciles. Pero la hipótesis local se ve entredicha al considerarse una propuesta más radical, que en los últimos años viene ganando terreno. Según esta nueva visión, una antigua lluvia de meteoritos bañados en oro, explicaría su existencia en la Tierra.
Al parecer como explica el geólogo del Imperial College de Londres, Mathias Wilbord:
“Después que se formó el núcleo terrestre hubo una lluvia de meteoritos que impactó contra la Tierra. Esos meteoritos contenían una cierta cantidad de oro, que rellenó el manto y la corteza continental de la Tierra con oro”.
Un dato también interesante, es que los meteoritos pudieron quizás provenir del enigmático cinturón de asteroides, erigido entre las órbitas de Marte y Júpiter, y sospechado como restos de un antiguo planeta desaparecido (¿Maldek o Faetón?). Actualmente una pista, parece vincular ambos temas.
Se trata del asteroide Psyche 16 descubierto en 1852, y que tiene la particularidad de estar compuesto por riquísimos metales, como hierro, níquel, platino, y hasta oro. Algunos estudios refieren Psyche 16, bautizado como «el asteroide dorado», pudiera ser parte del núcleo de ese planeta fallido, causando esta admisión, una verdadera revolución en el mundo científico.
Tal es su importancia, que la NASA prepara el envío de una sonda, SpaceX, diseñada para estudiar la gigantesca roca metálica, programada la increíble misión para 2022.
Quiénes también impulsan esta panspermia cósmica, en un intento por explicar la existencia del oro en la Tierra, son los físicos nucleares, que encuentra imposible este metal pueda ser natural del planeta. Basan estas conclusiones, que como el oro se forma a través de la fusión del hierro y uranio, se necesita para su composición una gran cantidad de energía nuclear, imposible de obtenerse en la Tierra.
El poder del oro, y su adhesión en los pueblos antiguos
¡Ojalá fuese posible erradicar de nuestra vida para siempre, esta maldita hambre de oro! Como han dicho los más célebres autores, despreciado con todos los reproches por los mejores hombres, sólo fue descubierto para la ruina de la vida. Plinio El Viejo. Historia natural.
Uno de los grandes interrogantes acerca del oro, es porque el mismo alcanzó tanta relevancia en los pueblos antiguos. Según establece la tabla periódica, el oro, identificado en la lista con la sigla AU, es uno de los pocos metales pesados, cualidad que comparte con la plata y el platino.
Es también un material cien por ciento puro, «dúctil y maleable», reconocido, además, como gran conductor del calor y la electricidad. No se corroe ni oxida, y es un metal que suele tolerar mejor el paso del tiempo. A diferencia de otros metales, el oro goza de un dorado brillante, y es dueño de una belleza cegadora.
Tal perdurabilidad hace empecemos a comprender mejor sus vínculos con antiguos pueblos, que desde siempre reconocieron estas características. La élite gobernante fue la primera en adoptar al oro, empleado para remarcar status y jerarquía. También fue utilizado como adorno corporal. Y sirvió como medio de valor para sellar acuerdos.
Esto hace se pase por alto su debilidad en el campo de la guerra y agricultura, que lo vuelven inservible en estas actividades. Pero estas deficiencias poco parecieron importar, en su ascensión como elemento de poder.
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Uno de las primeras civilizaciones en reverenciarlo fue Egipto, donde el oro era visto como «carne del mismo Ra», considerado por su cosmovisión religiosa, «dios del sol, y rey de los dioses».
El Oro, y el Secreto de Quetzacoalt
A diferencia de Europa y Oriente, donde la fiebre de oro se iba extendiendo, las civilizaciones de Mesoamérica honraron al oro como parte de sus divinidades. Los aztecas lo llamaron el excremento de los dioses, así como lágrimas divinas.
Los mayas también lo reverenciaron como legado del astro solar. Ambos lo utilizaron en orfebrería, aunque su uso estuvo reservado a las clases dominantes. Generalmente el oro se obtenía, a través del pago de tributo exigido a los pueblos conquistados, transacciones comerciales, y el trabajo de minería, que por entonces ya hacía uso de técnicas muy avanzadas.
Es interesante observar que mayas y aztecas mencionan a los antiguos toltecas, como sus instructores en la extracción del oro, aseverando aquel pueblo conocía cómo explotarlo, y los lugares ocultos donde este se escondía. Los toltecas también les narraron a estos pueblos, fue el misterioso maestro naga serpiente, Quetzacoatl, quién les transmitiera estos conocimientos secretos acerca del oro. Se cree los toltecas, fueron los constructores de Teotihuacan.
La Leyenda del Dorado
“Era como un fantasma que parecía huir ante los españoles, y que al mismo tiempo los llamaba incesantemente. En la naturaleza de los hombres errantes, está el imaginarse su felicidad más allá de lo que tienen ante sí y conocen. El Dorado, comparable al jardín dorado de las Hespéridas, fue apartándose del terreno de lo geográfico, y se convirtió en el país de las ficciones mitológicas”. Alexander Von Humboldt. Relación Histórica de un viaje a las regiones equinocciales del Nuevo Continente, 1814, pág. 697.
La primera mención acerca del Dorado tiene lugar en 1535, cuando un oficial español llamado Luis Dazar, durante su estancia en Quito escuchó rumores a través de un informante indígena originario de Nueva Granada, «que fuera enviado por un cacique de Tunja (Colombia) para solicitar ayuda para Manco, el inca rebelde de Perú».
Pero hubo un dato que hizo sonar las alarmas de Dazar y sus hombres, cuando el mensajero colombiano, «empezó a ensalzar las riquezas de su país como era su costumbre», y agregando como cuota fantástica, «la historia de un soberano que ascendió a un lago en mitad de las montañas, con el cuerpo cubierto de polvo de oro». Cuando estas noticias se expandieron el interés español se centró en Colombia, y a un sitio en particular, La Laguna de Guatavitá, donde fueron enviadas varias expediciones para explorar la región. Localizada a 3.000 metros de altitud en el noroeste de Bogotá, aquel lago redondo era objeto de una importante veneración por parte de sus pobladores.
Hay quiénes afirmaban en el pasado un meteorito, «cayó del cielo con gran violencia y horadó el suelo en ese lugar». ¿Podría ser este suceso causa de cierta fijación metálica, si consideramos el origen del oro comentado en el inicio de éste artículo?, pero prosigamos.
El segundo punto de importancia tiene a la tradición Muisca como su generadora, tribu que habita en las inmediaciones de Guatavitá. Según ellos mismos describen, existe un rito en su comunidad que vincula con la proclamación de sus gobernantes.
Al parecer en aquellas imborrables ceremonias, el monarca elegido para dirigir sus destinos, era desnudado y frotado con resina. Después se su cuerpo recibía una capa de polvo de oro, utilizando cerbatanas. Luego se lo colocaba en una balsa de cañas, acompañado por un séquito de cuatro acompañantes, y llevando abundante oro y esmeralda.
Una vez alcanzado el centro de la laguna, y bajo el son de una música hipnótica, el soberano arrojaba el brillante tributo de piedras preciosas con el fin de apaciguar “el dragón demoníaco que se creía habitaba aquellas profundidades”. Con este acto solemne el soberano lograba legitimar su cargo ante la tribu.
Se iniciaba la leyenda del Dorado.
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Oro y Alquimia. En busca de la inmortalidad
Una de las cuestiones que más interrogantes generaba entre los conquistadores europeos, era porque el continente americano era una tierra donde el metal dorado parecía abundar en exceso.
Aunque culturas como mayas, aztecas e incas se desenvolvían en la explotación minera, el asunto no conformaba a los colonizadores que seguían preguntándose sobre su real origen. Y es que el oro tenía reputación de ser un metal escaso, y difícil de trabajar.
En los tristes interrogatorios protagonizados por Atahualpa y Moctezuma a manos de Francisco Pizarro y Hernán Cortés, ciertos testimonios paralelos parecían desconcertar a sus captores, al declarar ambos monarcas, la verdadera naturaleza del oro residía en la herencia de sus divinidades celestes.
Y aquí se inserta la ciencia alquímica, puesto el oro parece jugar en América un rol imprevisible, como elemento iniciador. Uno de esos ejemplos lo tenemos a través de un ritual literal y sangriento practicado por los aztecas, aunque se afirma no es más que una alegoría para ocultar ciertos misterios.
La consagración de éste cruel rito refería al dios Uitzlopochtli, a quién se tributaba, «corazón y cabeza de los sacrificados reducidos a cenizas en el fuego sagrado», con el fin de perpetuar los triunfos y realzar la abundancia. La ceremonia se llevaba a cabo al amanecer. Bajo esta imagen evocadora se erigiría un secreto inmortal, que es la producción de oro potable, o, mejor dicho, elixir de larga vida.
En su trabajo de 1962 Cien Mil Años de Historia Desconocida, el estudioso francés Robert Charroux brinda algunas pistas sobre el llamado oro inca, presentando escritos desconocidos atribuidos al Inca Garcilaso de la Vega, revelados por un descendiente del historiador y escritor peruano llamado, García Beltrán, asilado por entonces en Francia. En ese manuscrito inédito el Inca Garcilaso de la Vega, parece referirse a un oro ligero, manipulado por sus antiguos ancestros.
Narra Charroux:
“En el siglo XVI los orfebres de Lima tuvieron en sus manos lingotes de oro inca (de oro puro), semejantes por completo al oro puro corriente, pero con la particularidad de que su densidad era dos veces menor que la normal de 19.3. Estos orfebres fundieron joyas incas a la temperatura de 1.100 grados aproximadamente, lo cual es lógico y obtuvieron lingotes densidad 8 a 9. Jamás se aclarado este misterio, si bien parece ser está ligado a un fenómeno de anti- gravedad realizados por medios científicos”.
En otro pasaje de su interesante ensayo acerca del oro inca, Charroux recoge una leyenda sobre platos volantes. Al parecer estos discos habrían sido confeccionados por los incas, empleando el oro ligero.
Debido a la naturaleza de su masa y gravedad permanecían en el suelo, pero si eran batidos (golpeados), a través de un diapasón, «volaban con su carga, y se mantenían en el aire mientras duraba la vibración del metal». Tal es la leyenda recogida. Hasta aquí.
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Conclusión
Actualmente el área médica, industria informática, tecnológica, y aeroespacial, utilizan al oro como componente fundamental en el desarrollo de sus productos. No obstante, estos impresionantes avances, el oro sigue constituyendo un rompecabezas que espera su real decodificación, y donde la Alquimia, aquella antigua ciencia sagrada, parece jugar un papel insospechado. Continuará.
Bibliografía:
Libros:
- Bessiére, Richard. El enigma de los Tesoros Malditos. Buenos Aires: Robin Book, 2007.
- Charroux, Robert. Cien Mil Años de Historia Desconocida. Barcelona: Plaza & Janés, 1982.
- Kirchner, Gottfried. La Quimera del Dorado. Madrid: Tikal, 1996.
- Michel Granger, Jacques Carles. La Alquimia ¿superciencia extraterrestre? Barcelona: Plaza & Janes, 1977
Sitios web:
- Adriana Georgieff
El secreto ancestral del oro: ¿el elixir de la inmortalidad?. Parte 2.
https://adrianageorgieff.wordpress.com/2018/08/04/el-secreto-ancestral-del-oro-el-elixir-de-la-inmortalidad-parte-2/ - BBC News
Kremer, William. El oro, ¿vino del espacio?
https://www.bbc.com/mundo/noticias/2013/09/130919_ciencia_oro_viene_espacio_finde_lav - BBC News
Psyche 16, el asteroide que vale más que la economía global de nuestro planeta, y que está en la mira de la NASA.
https://www.bbc.com/mundo/noticias-54734137 - Fina García
García, Fina. Historia del Oro.
https://www.finagarcia.com/blog/historia-del-oro/ - Joyería Plaor
El Oro. Historia, origen, extracción y yacimientos.
https://www.joyeriaplaor.com/blog/el-oro-historia-origen-extraccion-y-yacimientos/
Escrito por: Débora Goldstern, autora destacada en CodigoOculto.com
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el dia q deje de usar la muletilla de ajuste sus cinturones voy a pensar en leer uno de sus libros.