Gran parte del agua habría sido llevada por asteroides que impactaron contra nuestro satélite hace unos 4.500 millones de años, poco después de que la Tierra haya aparecido.
La Luna contiene cantidades pequeñas, pero potencialmente significativas de agua. Los estudios de las muestras de roca recolectadas por los astronautas de las misiones Apolo sugieren que en el interior de nuestro satélite natural hay de 10 a 300 partes por millón (ppm) de líquido elemento. Aunque también ha sido detectada en la superficie lunar, en forma de partículas o granos minerales, buena parte de ese agua se encuentra helada en el fondo de los oscuros y fríos cráteres selenitas o en diminutas moléculas como ingrediente de sus minerales. Los científicos llevan tiempo intrigados por su origen. ¿Cuál es su fuente? ¿Cómo llegó hasta allí? Hay unas cuantas teorías al respecto y algunas se contradicen. La última hipótesis, lanzada por un equipo internacional de investigadores y publicada este martes en la revista Nature Communications, identifica al culpable principal.
Según el estudio, dirigido por Jessica J. Barnes, de la británica The Open University, la mayor parte del agua en el interior de la Luna fue entregada por asteroides, no por cometas, durante la evolución temprana de nuestro satélite natural, hace aproximadamente unos 4.500-4.300 millones de años, prácticamente poco después de su formación, cuando un objeto del tamaño de Marte chocó contra la Tierra.
El equipo comparó la química y la composición isotópica de los volátiles lunares (incluida el agua) con los de materiales volátiles en cometas y muestras de meteoritos. Entonces calcularon la proporción de agua que podría haber sido entregada por esas dos poblaciones de objetos. Sus resultados indican que la mayor parte (más del 80%) del agua en el interior lunar llegó a bordo de asteroides que son similares a los meteoritos condríticos carbonosos. Ese agua fue entregada cuando la Luna todavía estaba rodeada por un océano de magma y antes de que una corteza masiva (ahora vista como las tierras altas de color blanco brillante de la Luna) impidiera que los cuerpos que impactaban contra la superficie entregaran cantidades significativas de material al interior del satélite.
Los científicos creen que un suministro de agua similar ocurrió en la Tierra en el mismo período de tiempo, lo que sugiere una fuente común de agua en nuestro planeta y la Luna.
Otras investigaciones publicadas anteriormente describen diferentes escenarios para la llegada del agua a la Luna. Algunas dicen que el agua estuvo en la Luna todo el tiempo, ya que se encontraba en la proto-Tierra proveniente de meteoritos en el momento del impacto que dio lugar a su formación, aunque no consiguen explicar cómo el agua sobrevivió al calor del violento choque. Otros dicen, sin embargo, que fueron cometas los que apedrearon nuestro satélite, ya que el agua tiene las mismas propiedades químicas que las de tres cometas conocidos.
El estudio ha sido publicado en la revista Nature.
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