La ciencia está cada vez más cerca de modificar nuestros recuerdos. ¿Estarías dispuesto a borrar cosas de tu mente?
¿Qué pasaría si tuvieras acceso a una tecnología con el poder de «cortocircuitar» los recuerdos negativos antes de que se formaran? ¿Lo harías?
Como habíamos tratado anteriormente en CodigoOculto.com, la tecnología para acceder a la mente está en constante desarrollo, e incluso los sueños podrían llegar a ser modificados a nuestro antojo.
Puede que no estemos muy lejos de que este concepto de ciencia ficción se convierta en realidad, porque la tecnología ya está aquí: se llama transcranial magnetic stimulation (TMS) o «estimulación magnética transcraneal», y un nuevo estudio acaba de mostrar cómo se puede usar para interrumpir la formación de la memoria y potencialmente ayudar a tratar afecciones relacionadas con recuerdos negativos, como el trastorno de estrés postraumático (TEPT).
Estimulación magnética transcraneal
TMS ya tiene una larga lista de estudios que lo respaldan como un tratamiento para la depresión, generalmente cuando nada más funciona. No es invasivo (no se necesitan electrodos en el tejido cerebral) y utiliza campos magnéticos para estimular las células nerviosas específicas en el cerebro para activar una respuesta.
En el último estudio, TMS se usó para interferir con la consolidación de la memoria en la corteza prefrontal, sede de las funciones ejecutivas de nuestro cerebro.
Sara Borgomaneri, investigadora de la University of Bologna y primera autora del estudio, dijo en un comunicado:
“Este protocolo experimental que combina la estimulación transcraneal y la reconsolidación de la memoria nos permitió modificar una memoria aversiva que los participantes habían aprendido el día anterior”.
«Borrando» recuerdos negativos
El estudio incluyó a menos de 100 adultos sanos, cada uno de los cuales «aprendió» un recuerdo negativo y al día siguiente se sometió a una sesión de TMS dirigida a la corteza prefrontal de sus cerebros.
Borgomaneri dijo:
“Primero, creamos la memoria aversiva combinando una estimulación desagradable con algunas imágenes. Al día siguiente, presentamos a un grupo de participantes con el mismo estímulo, que, en su memoria, se registró como aversivo. Usando TMS inmediatamente después, interferimos con su actividad de corteza prefrontal”.
A modo de comparación, otros grupos de participantes se sometieron a TMS sin memoria aversiva, y otros fueron estimulados con TMS en áreas del cerebro que no participan en la reconsolidación de la memoria.
Simone Battaglia, coautor del estudio, dijo en un comunicado:
“Cada vez que se recuerda un evento en nuestra memoria, hay un período de tiempo limitado en el que se puede alterar. El protocolo que desarrollamos explota esta breve ventana de tiempo y puede, por lo tanto, interferir con el proceso de reconsolidación de los recuerdos aversivos aprendidos”.
Para averiguar si funcionó, el equipo de investigación esperó otro día y luego probó cómo reaccionaron los participantes cuando se recuerdo se vino a la mente. Los participantes que se sometieron a la orientación TMS de su corteza prefrontal mostraron «una respuesta psicofisiológica reducida al estímulo desagradable». Todavía podían recordar el evento pero no tuvieron la misma respuesta negativa.
Teniendo en cuenta lo que la ciencia ha descubierto sobre afecciones como la depresión, los trastornos de pánico y el TEPT, estos resultados son significativos.
La investigación sugiere que las respuestas psicofisiológicas vinculadas a los recuerdos negativos, lo que sucede en nuestros cuerpos cuando se recuerda explícitamente la memoria negativa, se encuentran en el centro de estas condiciones.
Borgomaneri agregó:
“Con TMS, podríamos alterar el funcionamiento de la corteza prefrontal, que resultó ser fundamental en el proceso de reconsolidación de recuerdos aversivos. Gracias a este procedimiento, obtuvimos resultados que, hasta ahora, solo eran posibles al administrar medicamentos a los pacientes”.
Este es más un estudio de «prueba de concepto» que cualquier otra cosa y la investigación futura seguirá. Sin embargo, lo que es seguro es que estamos a punto de abrir nuevas puertas a formas de manipular de manera no invasiva los procesos cerebrales. Una gran parte de esto sin duda será para bien, como sugiere este estudio, pero haríamos bien en considerar otras implicaciones que vendrán junto con los beneficios.
El estudio ha sido publicado en la revista Cell Biology.
Fuente: eurekalert
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