Todavía hay una gran problemática con tóxicos presentes en todo lo que consumimos: sustancias que dañan nuestro organismo y hasta generan cáncer.
Alimentos industrializados, agua potable y medicamentos… tres elementos vitales. Son objeto de tratamientos químicos industriales tóxicos, sufren de contaminación o son ya diseñados con sustancias nocivas para células y órganos (como en el caso de los antibióticos). De hecho, muchos medicamentos ya vienen advirtiendo que causan daño a órganos específicos del cuerpo (como el hígado y los riñones).
Entre los principales agentes nocivos están:
- preservantes de alimentos como el sulfato de aluminio y sodio;
- fluoración del agua potable;
- fármacos medicinales dañinos por su uso prolongado (como el ibuprofeno).
Tóxicos en alimentos industrializados
El benzoato de sodio es un preservante y antimicrobiano común en productos como salsas y encurtidos. Se estableció que es seguro en pequeñas dosis, pero el mayor problema surge cuando se mezcla con el ácido cítrico o ascórbico (¡vitamina C!). Es cancerígeno. El butilhidroxianisol es otro preservante cancerígeno y debe usarse en muy pequeñas dosis.
Un aditivo muy utilizado es el sulfato de aluminio y sodio. Es usado en el queso procesado y productos horneados. Este sulfato ha sido asociado a efectos adversos neurológicos. Otro aditivo alimentario común es el glutamato monosódico, cuyos efectos tóxicos se han observado en pruebas con animales.
Igualmente dañinos son los nitritos y nitratos. Y, por supuesto, los pesticidas también pueden dejar residuos en productos alimenticios.
Tóxicos en el agua potable
Se ha generado bastante polémica con la fluoración del agua potable, la acción de agregar fluoruro al agua del grifo para combatir la caries dental. Se ha expuesto que el fluoruro es una neurotoxina. En 2019, un estudio de Harvard confirmó la presencia de altos niveles de fluoruro en el agua de EE. UU. Este nivel alto puede producir cáncer e inmunodeficiencia.
El cloro es otro componente principal para purificar el agua potable. Sin embargo, el cloro puede dañar células y tejidos, además de afectar el sistema digestivo y la vejiga.
El agua también puede llevar elementos como el plomo, mercurio y arsénico. El plomo viene de las tuberías, principalmente las corroídas, y es nocivo para casi todos los órganos. El mercurio y el arsénico son contaminantes industriales.
Tóxicos en medicamentos
Por supuesto, el medicamento más infame es la quimioterapia contra el cáncer. Su nivel de toxicidad es conocido y temido. Los fármacos de la quimioterapia afectan a todo el organismo, ya sean células malignas o sanas.
Otra medicina muy criticada son los antibióticos, ya que básicamente mata microorganismos y siempre afectan a la flora bacteriana normal del cuerpo. En la revista Nature se publicó un artículo sobre los efectos secundarios tóxicos del antibiótico levofloxacino.
También hay que tener precaución con analgésicos como el paracetamol y antiinflamatorios como el ibuprofeno, ya que producen daño al hígado. Igualmente, los fármacos psiquiátricos pueden afectar al hígado, entre ellos están los antipsicóticos como la quetiapina y la risperidona.
Un último estudio demuestra el nivel de toxicidad de algunas pastillas para la hipertensión arterial, así que ahí tenemos otro caso preocupante.
Como podemos ver, hay mucha problemática con esta presencia de tóxicos en alimentos industrializados, en el agua potable y en medicamentos. El mayor obstáculo es que el sistema de mercado es muy acelerado, las investigaciones para mejorar todos estos productos necesitan más tiempo. En el caso de los medicamentos, se ha establecido que los efectos tóxicos son temporales y que sólo hay que tener precaución con las dosis diarias. Aunque en otras instancias no es tan sencillo.
Referencias:
- Harvard.edu
- MindBodyGreen
- EcoCosas
- GlobalHealingCenter
- CancerTherapyAdvisor
- CDC.gov
- GoodRx
- MedlinePlus.
Una publicación de CodigoOculto.com – Todos los derechos reservados. Prohibida su copia sin autorización.
0 comentarios