Nicaragua atraviesa una grave crisis social, política y económica. Se ha iniciado una negociación con el gobierno, pero hay mucha frustración.
Ya van 11 meses de la profunda crisis en Nicaragua, nacida de una serie de protestas y la represión gubernamental. Según organismos de derechos humanos, las víctimas de los enfrentamientos ascienden a más de 500 asesinados, 1.300 desaparecidos y más de 50.000 exiliados. También hay una severa crisis económica. El gobierno de Daniel Ortega ha tenido que iniciar una negociación con los grupos opositores, debido a la presión internacional.
El presidente Daniel Ortega fue señalado de haber cometido crímenes de lesa humanidad por organismos internacionales de derechos humanos como la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH). Sin embargo, Ortega dice que esas cifras de muertos habrían sido «infladas» y que organismos como la CIDH son parciales y siguen una agenda de injerencismo.
Escalada de violencia en las protestas
Las protestas fueron iniciadas por grupos opositores, la sociedad civil y la población en general. El gobierno de Daniel Ortega mantiene que lo que se habría organizado aquí habría sido un golpe de estado, financiado por EE. UU. Sin embargo, la cantidad de marchas y manifestaciones indican el carácter de insurrección cívica del conflicto (y pacífica).
Las protestas comenzaron el 18 de abril de 2018 por las reformas al sistema de seguro social. Se vieron enfrentamientos entre protestantes y grupos pro-gubernamentales. Esto generó una escalada de violencia que dejó decenas de heridos. También se manifestó la represión policial y, más adelante, la aparición de infames grupos paramilitares encapuchados que cargaban armas de guerra como AK-47.
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Las protestas continuaron en los siguientes meses, agregando barricadas populares o «tranques» en todo el país. El movimiento más cuestionado fue la llamada «Operación Limpieza», ejecutado por los paramilitares pro-gubernamentales y la policía, el objetivo era eliminar todas las barricadas a como fuera lugar, disparando con armas de guerra.
Se especula que Ortega se habría empeñado en eliminar estos tranques debido a una supuesta amenaza de los carteles internacionales del narcotráfico. La razón del gobierno para atacar con armas es que los protestantes en estos tranques estaban fuertemente armados y realizaban actos de terrorismo.
Situación actual: presión internacional y proceso de negociación
El estado nicaragüense fue sancionado en diciembre de 2018 por el Gobierno y el Senado de EE. UU., con el fin de castigar las violaciones de derechos humanos y la corrupción. El 14 de marzo del presente año, el Parlamento Europeo aprobó una resolución para que la Unión Europea sancione al gobierno de Ortega, contra los responsables de «graves violaciones de derechos humanos».
En la presente fecha, se está implementando un proceso de negociación entre el gobierno de Ortega y la Alianza Cívica (coalición de movimientos sociales). Se habría frustrado debido a una «falta de compromiso» por parte del gobierno (el compromiso era liberar a todos los presos políticos, el cese a la represión y al asedio a familiares de los prisioneros). En estos momentos sigue una «semi-liberación» de los presos políticos, lo pongo entre comillas porque no sería una verdadera liberación, ya que es un cambio de condena (arresto domiciliar).
Analistas políticos y las partes involucradas en el conflicto concluyen que la solución para salir de esta crisis son las elecciones adelantadas y supervisadas por organismos internacionales. La presión internacional también demuestra la misma conclusión. El gobierno sigue defendiendo su teoría de que hubo un golpe de estado en el país, pero hay que tener en cuenta que son muchos los organismos internacionales que han condenado la represión contra los protestantes.
Referencias: Confidencial / El19Digital / Wikipedia.
deberías hablar sobre Venezuela que esta peor…
Está bien, aunque no es competencia de la peor crisis, jeje.
Gracias por publicar la situacion de mi pais en busqueda de librarnos de una dictadura asesina.
De nada, compatriota. Gracias por leernos, la situación está muy complicada, pero veo que está avanzando poco a poco, a pesar de la «depresión» que se sentía antes de la «semi-liberación» de los presos pollíticos.
Es una lucha entre el bien y el mal. Los opresores se escudan mucho en las fuerzas oscuras para mantener el dominio sobre los pueblos. Podrias hacer un reportaje acerca de las formas en que los dictadores usan las energias negativas para apaciguar los animos de libertad. Saludos
Buena información, estoy al tanto del lado esotérico del poder político, principalmente con la figura de Rosario Murillo. De hecho, hay teorías de que estas crisis y la inestabilidad en los países son fabricadas para mantener un caos, y una carga de energía negativa, de bajas vibraciones.
Tal vez por eso ha sido tan difícil el cambio de gobierno (y hasta la introducción de armas de guerra en los enfrentamientos), para mantener esa carga negativa.