La idea de la inmortalidad está envuelta en mitos e historias enigmáticas. Pero la ciencia también está trabajando en alcanzar este anhelo legendario.

Sí, la ciencia de la bioquímica está avanzando en cuanto a la experimentación del rejuvenecimiento, que sería una clave para que exista la «eterna juventud». Incluso se podría encontrar el llamado Elixir de la eterna juventud, como se ha llamado en la alquimia desde la antigüedad.

En muchas religiones, como el cristianismo y el hinduismo, en realidad el ser humano sería inmortal, pero no en su forma de cuerpo físico, sino en su forma más mística, en su forma espiritual: el alma sería inmortal. En el gnosticismo se le llama espíritu, que sería una parte de una «energía divina» eterna, procedente de otra dimensión desconocida (no física).

Sin embargo, la idea de la inmortalidad en el plano físico, en nuestro cuerpo humano, es lo que más ha preocupado a pensadores (y a los alquimistas antiguos, especialmente). Siempre se ha pensado que debe haber una forma de regenerar el cuerpo humano, contrarrestando el deterioro del envejecimiento.

La inmortalidad: elixir de la eterna juventud, alquimia, historias míticas

Las historias sobre una «Fuente de la eterna juventud» son muy antiguas. La primera referencia conocida se encuentra en el libro Historias de Heródoto (siglo IV a. C.), donde el rey de Etiopía le enseña una poderosa fuente de agua a embajadores del rey persa Cambises II:

Los condujo él mismo a ver una fuente muy singular, cuya agua pondrá al que se bañe en ella más empapado y reluciente que si se untara con el aceite más exquisito, y hará despedir de su húmedo cuerpo un olor de viola finísimo y delicado”.

Tal fuente habría sido el secreto de la vida longeva de los etíopes.

La Fuente de la Eterna Juventud, pintura de Lucas Cranach el Viejo, 1546. Wikimedia commons (Public domain)

En el Evangelio de San Juan de la Biblia se narra un milagro de curación en el estanque de Betesda, que se describía como una fuente de regeneración y rejuvenecimiento:

Porque el Ángel del Señor bajaba de tiempo en tiempo a la piscina y agitaba el agua; y el primero que se metía después de la agitación del agua, quedaba curado de cualquier mal que tuviera”.

-Libro de Juan 5:4.

Más adelante, en la Época colonial, Ponce de León, el explorador español, es protagonista de una historia en la época del descubrimiento de la península de Florida en 1513. Según se narra, él buscaba la fuente de la juventud en las islas del Caribe.

Hernando de Escalante Fontaneda, en su obra de 1575, Memoria, habla sobre un río llamado «Jordán», cuyas aguas tendrían propiedades curativas. Esta fuente la habría observado mientras era cautivo de una tribu amerindia de Florida.

El historiador Antonio de Herrera y Tordesillas, también afirma que los caciques indígenas de Florida se bañaban en fuentes que rejuvenecían.

La alquimia se destaca en la historia del concepto de la inmortalidad, ya que siempre ha experimentado con el llamado Elixir de la vida, que también curaba todas las enfermedades.

En la alquimia medieval europea, el Elixir de la vida estaba relacionado con la Piedra Filosofal, una sustancia que tendría el poder químico de la transmutación de metales en oro o plata. Al parecer tendría una acción similar en el cuerpo humano, ya que lo «perfeccionaría», rejuveneciéndolo o regenerando.

Ilustración del libro Elixir de la vida, de Donato d’Eremita, 1624. Wikimedia commons (Public domain)

En los Himalayas también hay historias de yoguis tibetanos que habrían vivido cientos de años. De hecho, todavía en la actualidad, se practican los llamados Cinco Ritos Tibetanos del Rejuvenecimiento, un conjunto de ejercicios de yoga creados por monjes hace 2.500 años. El rejuvenecimiento se lograría a través de distintas posiciones que relajarían músculos y activarían los 7 chakras, o puntos energéticos del ser humano. Esta calidad de antienvejecimiento se alcanzaría con entrenamiento, claro está, practicándolo diariamente.

La ciencia buscando el rejuvenecimiento y la inmortalidad

La ciencia, siendo una especie de versión más avanzada de la antigua alquimia, siempre ha estado interesada por la inmortalidad del ser humano. No se considera imposible del todo.

Se sabe que existe la «inmortalidad biológica», donde seres vivos no envejecen debido a que sus células no experimentan muerte celular. Sin embargo, en este caso estos seres «eternamente jóvenes» pueden morir de heridas o enfermedad.

Ejemplos de seres biológicamente inmortales incluyen: la Medusa Turritopsis dohrnii, la Hidra y la almeja de Islandia, que pueden reponer células indefinidamente. Otros organismos longevos son los Tardígrados, que resisten condiciones medioambientales extremas.

En Código Oculto hemos reportado sobre avances en la Medicina de antienvejecimiento, donde se ha experimentado con enzimas y moléculas para rejuvenecer células (compuestos con vitamina B3, en este caso). En el experimento citado se observó: «regeneración de los tejidos musculares y órganos, mejora del sistema cardiovascular, revitalización general».

Así que, ahí estaría una clave: rejuvenecer las células.

Crédito: typographyimages / Pixabay.

La revista New England Journal of Medicine publicó un estudio sobre los efectos de la hormona del crecimiento humano en personas mayores de sesenta años. En el estudio también se observó una «revitalización general», con renovación de energías y aumento de masa muscular.

Así que la inmortalidad no es imposible desde el punto de vista científico, comenzando con lo más primigenio y manejable: nuestras células. La alquimia tiene historias muy interesantes sobre sus experimentaciones con el Elixir de la vida. Tal vez hayan encontrado una fórmula, ya que era como una química experimental. Otro campo prometedor en la actualidad es el de las células madre.

Referencias: Alchemy and Alchimists / Britannica / Cronicas de un amonite / HistoricMysteries.

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