Existen parásitos que han desarrollado diversas y extrañas formas de «hackear» el cerebro de sus huéspedes insectos, y manipularlos a su antojo, inclusive hasta llegar al suicidio. Ahora, un equipo de investigadores están tratando de entender cómo lo hacen y esperan entender de mejor manera cómo se comportan los animales en general.
Aunque el campo de la neuro-parasitology (neuroporositología) es en realidad nuevo, existen investigadores que están tratando de descubrir cuántos parásitos pueden invadir sus huéspedes y controlar sus cerebros. Sin duda alguna, si llegamos a descubrir cómo estos «secuestradores de cuerpos» trabajan, podríamos tener una idea más clara de cómo los animales toman estas decisiones.
Frederic Libersat, profesor y coautor del estudio, dijo en un comunicado:
Los parásitos han evolucionado, a través de años de co-evolución con su anfitrión, una ‘comprensión’ significativa de los sistemas neuroquímicos de sus anfitriones. Explorar estos mecanismos altamente específicos podría revelar más sobre el control neuronal del comportamiento animal”.
Aunque pasen desapercibidos, existe un sinnúmero de parásitos que han desarrollado la capacidad de manipular el cerebro de sus huéspedes, que incluye virus, hongos e insectos. Hasta ahora la mayoría de casos conocidos se trataban de «secuestradores» insectos, sin embargo este no sería un límite para estos parásitos.
Uno delos ejemplos más comunes y ocurridos en la naturaleza es el de los hongos Cordyceps. Estos infectan los cerebros de insectos, comúnmente hormigas, y atacan su sistema de navegación de una manera particularmente peculiar que eventualmente termina con el comportamiento del huésped de una manera completamente desconocida.
Para comenzar, los hongos infectan el cuerpo del insecto al enviar micelios en forma de hilo que se alimentan de los órganos menos importantes del insecto, dejando los necesarios para funcionar. El hongo manipula al huésped para que suba a un punto alto, luego sale de su cuerpo pero antes lanza esporas hacia el suelo, con el objetivo de infectar a otras desdichadas hormigas.
Existen otros parásitos que utilizan huéspedes no solo para alimentar a sus crías, también para defenderlas, inclusive permitiendo que se alimenten del mismo cuerpo del huésped. Este terrorífico episodio se da con las avispas parásitas de la especie Glyptapanteles, cuyas hembras inyectan sus huevos en una oruga. Las futuras crías se alimentan del interior de la oruga antes de que todas, menos dos, salgan del cuerpo.
Las que logran salir construyen un capullo para completar su desarrollo, sin embargo las que quedan dentro realizan algo espeluznante. Toman el control de los restos de la oruga y hacen que la oruga se mueva de un lado a otro para evitar que otros depredadores se alimenten de sus hermanos.
A pesar de que los científicos han estudiado estos terroríficos comportamientos, hasta ahora no logran entender cómo es que estos parásitos logran que sus huéspedes hagan todo eso. Sin embargo, futuras investigaciones ayudarán a comprender cómo estos animales controlan a sus huéspedes y además cómo controlan su propio comportamiento.
Cabe resaltar que imaginar una infección de parásitos «roba cuerpos» en humanos sería totalmente macabro, digno de una nueva serie de zombies y control mental.
El estudio científico ha sido publicado en Frontiers of Psychology.
Artículo escrito por: Fernando T. para CodigoOculto.com
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