Si pensabas que el concepto científico de “viajes espaciales impulsados por cohetes” había sido concebido por el ruso Konstantin Tsiolkovsky y el estadounidense Robert Goddard a principios del siglo XX, inspirados a su vez por Julio Verne, estás equivocado.
Un reciente trabajo publicado por el historiador espacial Robert Godwin, afirma que en 1861, tres décadas antes, William Leitch ya había aplicado correctamente los principios científicos para los vuelos espaciales en un ensayo titulado “Un viaje a través del espacio“. El ensayo fue publicado en un diario de Edimburgo, y posteriormente formó parte del libro del mismo autor “Gloria de Dios en los cielos“.
Godwin remarca que Leitch no solo entendió la ley de acción y reacción de Newton sino también que un cohete iba a funcionar de manera más eficiente en el vacío del espacio; un hecho que incluso casi seis décadas después significó para Goddard y otros ser ridiculizados por los ya clásicos escépticos.
Los estudios de Leitch fueron olvidados luego de que el científico muriera siendo aún muy joven y la editorial que lo había publicado quebrara en el año 1878. Con el reciente rescate de Godwin, su nombre vuelve a ocupar el lugar que se merece en la historia de los vuelos espaciales.
El verdadero precursor de los viajes espaciales, sin duda alguna. Quizá no fue lo más justo nombrar de esa manera al NASA’s Goddard Space Flight Center.
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