La lepra ha sido más que una enfermedad, un estigma social que ha arrasado con poblaciones enteras a lo largo de la historia; sin embargo la ciencia actual ha logrado detener su amenaza en sociedades industrializadas. Ahora, un nuevo estudio ha revelado que la bacteria causante de esta enfermedad, Mycobacterium leprae, podría estar mutando y volviéndose resistente al tratamiento.
Para la realización del estudio, los investigadores tuvieron la tarea de analizar 154 genomas de bacterias de 25 países. Dentro de totalidad de muestras, 147 eran humanas, 6 de ardillas rojas y 1 de un armadillo. Los investigadores descubrieron que 8 cepas de la bacteria tenían mutaciones, que las hacía resistentes al tratamiento.
El coautor del estudio Andrej Benjak, del Institute Ecole Polytechnique Fédérale de Lausanne in Lausanne, Suiza dijo a la revista Cosmos:
Las mutaciones genéticas representan una apuesta para la bacteria. Es una estrategia de supervivencia fascinante contra los antibióticos. La interrupción de la reparación del ADN provocará una tormenta de mutaciones aleatorias, lo que aumenta las posibilidades de que el gen correcto mute en el lugar correcto y conduzca a la resistencia a los medicamentos. Pero las mutaciones aleatorias pueden ser mortales, por lo que es como una ruleta rusa desesperada y genética para la bacteria”.
Estas mutaciones han causado alerta entre los investigadores, debido a que podrían causar que la enfermedad sea aún más peligrosa.
«La resistencia a los medicamentos es alarmante para el control de la lepra», escriben en el estudio. Además argumentan que es necesario realizar más investigación para definir cómo las mutaciones podrían contribuir al aumento de las cepas resistentes a los medicamentos.
Aunque la lepra sí responde al tratamiento cuando se detecta a tiempo, esto continúa siendo un grave problema de salud pública en países de América del Sur, África y partes de Asia; con aproximadamente 200.000 casos nuevos cada año. Una cifra realmente alarmante.
Causa preocupación el hecho que desde 1980 los médicos vienen utilizando los medicamentos rifampicina, dapsona y clofazimina, junto con algunos otros como ofloxacina, minociclina y claritromicina para tratar la lepra; lo cual podría hacer que las bacterias se vuelven resistentes al tratamiento. Justamente se han informado de varios casos en que las bacterias resisten el tratamiento, lo que valida este nuevo descubrimiento.
El posible origen de la lepra
El reciente estudio también ha permitido a los investigadores rastrear de dónde pudo haber provenido originalmente la lepra. Según las investigaciones, pudo haberse originado en Asia; sin embargo el equipo reconoce que definir el origen exacto de la enfermedad será muy complicado.
Los investigadores dicen que necesitan obtener muestras de Asia Central y de Medio Oriente; sin embargo es complicado debido a los problemas geopolíticos existentes; según declaró a la revista Cosmos, la coautora del estudio y experta en enfermedades infecciosas, Charlotte Avanzi.
De acuerdo a la Organización Mundial de la Salud (OMS), la lepra afecta la piel, los nervios periféricos y los ojos, pero por lo general ha sido curable y la discapacidad a largo plazo ha sido evitable en la mayoría de los casos. Aunque la enfermedad se remonta a la antigüedad, la OMS explica que el medicamento, dapsona, fue el primer medicamento para tratar la lepra durante la década de 1940. En los años 60, sin embargo, la bacteria se volvió resistente a lo que entonces era el único medicamento contra la lepra. Desde entonces, se han descubierto nuevos fármacos, rifampicina y clofazimina, que se han complementado con el tratamiento original que conforman esta terapia.
El nuevo estudio indica que estos medicamentos también pueden volverse menos efectivos con el tiempo, haciendo que la investigación adicional sea invaluable para controlar la lepra.
El estudio científico ha sido publicado en la revista Nature Communications.
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