Este raro artefacto es un arma del pasado, hecha de madera y que se remonta al Neolítico, aproximadamente desde el 3630-3350 a.C. Aunque parece un bate de cricket su propósito es más siniestro: era un arma.
Fue encontrado en 1990 alrededor del río Támesis en Inglaterra, lo que significa que la costa del río es sorprendentemente rica en artefactos arqueológicos. Ha sido denominado el Thames Beater.
Ahora los científicos se han preguntado qué tan letal fue, y para comprobarlo han realizado un experimento, con resultados horrendos. Este artefacto podría haber matado a un humano de un solo golpe.
A lo largo de la historia se han hallado muchos esqueletos con evidencia de trama por golpes o fuera contundente, sin embargo no es sencillo discernir cómo es que fueron causadas dichas lesiones.
Las armas de madera presentan un problema aún mayor, porque la madera se descompone. Muy pocos artefactos de madera del Neolítico han sobrevivido hasta nuestros días, por lo que el Thames Beater presenta una rara oportunidad.
Anteriormente, las pruebas de trauma por fuerza contundente a menudo eran realizadas utilizando cadáveres humanos o de animales, sin embargo existen problemas relacionados con la precisión, la disponibilidad y la ética. En la actualidad ya contamos con materiales que nos ayudan a evitar esto, y eso fue lo que hicieron.
Para simular el ataque, un equipo de investigadores de la Universidad de Edimburgo dirigido por Meaghan Dyer de la Escuela de Arqueología, diseñaron una simulación precisa de la cabeza humana
Su cabeza utiliza una variedad de materiales para simular piel, cráneo y cerebro. Los huesos fueron hechos de un material de poliuretano especializado creado para imitar las propiedades del hueso.
Esta se cubrió con un material de goma para simular la piel, y se llenó con gelatina balística para representar la materia del cerebro, porque una esfera no llena no se fracturará de la misma forma que un cráneo humano (lleno).
Los investigadores luego reclutaron a un maestro carpintero para construir una réplica lo más parecida posible del arma. La réplica estaba hecha de madera de aliso, al igual que el original. Se respetaron todas las similitudes para lograr estar lo más cerca posible del peso, la fuerza y las propiedades físicas del original.
Una vez construida el arma, se reclutó a un hombre fuerte de 30 años fue reclutado para que golpee el arma de 1.2 kilogramos (2.6 libras) en los cráneos tan fuerte como pudo, usando el mazo para dos golpes y el agarradero para dos.
Las fracturas obtenidas con el mazo eran casi idénticas a las de un cráneo hallado en un sitio neolítico en Austria, que se determinó que había sido un conflicto violento.
«Las fracturas de depresión formadas por los golpes en los modelos de piel-cráneo-cerebro se parecen mucho a los ejemplos de traumatismos por fuerza contundente relacionados con la violencia en el registro osteológico neolítico», escribieron los investigadores en su artículo.
«La morfología de la fractura, la forma de los fragmentos desplazados y los bordes de la fractura biselada producidos en ambas esferas coinciden muy estrechamente con los traumatismos vinculados a los palos de madera».
Esto respalda la hipótesis de que nuestros antepasados utilizaron palos de madera como armas letales durante el Neolítico; sin embargo, señala el documento, se necesita más investigación para averiguar si los artefactos de este tipo podrían haber producido lesiones cicatrizadas en los esqueletos neolíticos.
El equipo también está investigando otras armas para ver si pueden combinarse con otros tipos de lesiones encontradas en los huesos neolíticos.
El documento científico ha sido publicado en la revista Antiquity.
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