La ciencia ha resuelto las últimas incógnitas que existían en torno a los métodos utilizados para transportar centenares de kilómetros los bloques de piedra con los que se construyeron las famosas pirámides del Antiguo Egipto, según ha asegurado al diario Asharq al-Awsat el arqueólogo y exministro de Antigüedades egipcio Zahi Hawass.
El medio británico The Daily Mail anunció que un grupo de arqueólogos había puesto fin al misterio de la construcción de la Gran Pirámide de Guiza, la más antigua de las siete maravillas del mundo antiguo. Y la única que aún sigue en pie.
Los investigadores descifraron un antiguo papiro en el que se explica el método de transporte de los pesados bloques de granito y piedra caliza de dos y media toneladas de peso a través de más de 800 kilómetros. Los mismos que separan Asuán, en el sur de Egipcio, y la necrópolis de Guiza, a unos veinte kilómetros de El Cairo.
Los jeroglíficos revelan que las 170.000 toneladas del material con el que se construyó la pirámide de Keops hace más de 4.600 años se desplazaron por aguas del Nilo en barcas de madera y posteriormente llegaron al lugar de las obras mediante un sistema de canales.
Los manuscritos hallados en el puerto de Wadi Al Jarf fueron escritos por el supervisor de un equipo de 40 obreros de élite. Son el único testimonio de primera mano sobre la construcción de la Gran Pirámide. En ellos se relata cómo los obreros trabajaron para modificar el terreno y abrieron enormes diques para desviar agua desde el Nilo. El objetivo era transportar la carga a un puerto ubicado cerca de la construcción.
En este sentido, el arqueólogo Mark Lehner ha descubierto pruebas de la existencia de una canalización de agua que corría bajo de la meseta de Guiza. «Hemos perfilado la cuenca del canal central que creemos que fue la vía principal de transporte hacia el pie de la meseta de Guiza», señaló Lehner para la documental «La Gran Pirámide de Egipto: Nuevas Pruebas», emitido por el británico Channel 4 el pasado fin de semana.
Por siglos, su construcción ha sido una de las mayores incógnitas de la historia de la humanidad. Ahora, de nuevo en el candelero, está claro que en su interior quedan algunos secretos bien resguardados.
Según ha informado el portal Live Science, el documento, hallado en el 2013 en el mar Rojo y de unos 4.500 años de antigüedad, es un diario de trabajo que perteneció a un capataz llamado Merer, que al parecer participó en las obras de construcción de la pirámide, la mayor de las tres existentes en la meseta de Guiza y levantadas en honor al faraón Keops.
El diario de trabajo, que abarca un periodo de varios meses, explica algunas de las operaciones relacionadas con las labores en las canteras de piedra a orillas del Nilo. Al parecer, la piedra caliza era extraída en Tura, una localidad situada cerca de Menfis, y transportada en barcos y a través de un sistema de canales. El tiempo en que tardaba la embarcación en llegar al sitio de construcción de la pirámide, señalan los apuntes, era de aproximadamente cuatro días.
Según describen los investigadores, Merer realizó las anotaciones durante el año 27 del reinado de Keops y algunos de sus registros indican que para ese entonces la pirámide ya estaba casi terminada. Al parecer, además de él, el trabajo era supervisado por el visir Anjaf, medio hermano del faraón y que es descrito en el papiro como el “jefe de todos los trabajos del Rey”.
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