En la mitología y sistema de creencias religiosas de los incas, Inti era el dios del Sol, y una de las más importantes deidades del panteón inca. Como dios solar, Inti está estrechamente relacionado con la agricultura, ya que el sol como cuerpo celeste proporciona a los campos la luz y el calor que necesitan para que crezcan los cultivos. De este modo, Inti era un dios muy venerado por los agricultores de la civilización inca. La cosa no quedaba ahí, ya que el Sapa Inca (rey del Imperio inca) afirmaba descender directamente de Inti, un hecho que aumentaba aún más el prestigio y la categoría de este dios.
Inti, hijo del Creador
Se creía que Inti era hijo de Viracocha y su esposa, Mama Cocha. Los incas consideraban a Viracocha su deidad suprema, al ser el creador del universo, mientras que creían que Mama Cocha era la diosa del mar. Como creador de todas las cosas, Viracocha era el dios inca más importante, y su hijo Inti era el segundo en importancia por detrás de su padre. En cierta versión de una leyenda inca, Viracocha tuvo dos hijas además de Inti: Pachamama y Mama Quilla. La primera era (y es aún) adorada como diosa de la tierra, mientras que la segunda era la diosa de la luna. Mama Quilla era considerada por los incas la esposa de Inti, además de su hermana.
Inti, dador de vida
Como dios del sol, Inti ejercía una poderosa influencia sobre las vidas de los incas. Éstos creían que Inti controlaba sus actividades agrícolas, siendo de este modo vital para su existencia. Es gracias al calor y la luz del sol que los cultivos pueden crecer y desarrollarse, por lo que los agricultores adoraban y rezaban frecuentemente a este dios.
Aunque Inti era por lo general un dios benévolo y generoso, era también capaz de enfurecerse terriblemente, y los eclipses solares eran considerados una manifestación de su descontento. En estos casos, los incas intentaban aplacar la ira de su dios mediante ofrendas.
Inti, antepasado de los reyes incas
Los reyes del Imperio inca afirmaban además ser descendientes directos de Inti. El fundador del Imperio inca, Manco Cápac, estaba considerado hijo de Inti. Según cierto mito, fue Inti quien dio al ser humano el don de la civilización a través de su propio hijo, Manco Cápac. En esta leyenda, Inti es descrito como un dios generoso que cuida de su pueblo. Al observar que los incas eran salvajes, anárquicos e incivilizados, Inti se sintió infeliz, por lo que llamó a su hijo Manco Capác y a su hija Mama Ocllo ante su presencia. Inti les dio instrucciones para que bajaran a la tierra y enseñaran a los incas cómo vivir. Según las antiguas tradiciones de la región, así fue como nació la civilización inca.
Coricancha, la Casa del Sol
La importancia de este dios puede apreciarse también en el hecho de que uno de los templos incas más importantes, el Templo de Coricancha (palabra que significa «Casa del Sol»), situado en la antigua capital inca de Cuzco, estaba dedicado a él. Los historiadores creen que este templo fue construido durante el reinado de Pachacuti Inca Yupanqui, 9º rey o emperador inca, y era el lugar en el que el Villac Umu («Sumo sacerdote del Sol» inca) presidía los ritos religiosos en honor a Inti.
Otros templos notables dedicados a este dios son el de Pisac (al nordeste de Cuzco), el de Ingapirca (situado en lo que hoy es Ecuador) y el que se encuentra en la Isla del Sol, en el lago Titicaca. Coricancha fue destruido por los conquistadores españoles, y la mayor parte de sus piedras fueron empleadas para construir una iglesia en su lugar.
Inti Raymi, el festival del Sol
Había además un festival especial que los incas celebraban en honor a Inti. Era conocido como Inti Raymi, y se celebraba con ocasión del solsticio de invierno, en el mes de junio. Durante este festival, que duraba varios días, se sacrificaban llamas blancas y otros animales en honor al dios del sol, realizándose además otras ofrendas como alimentos e incluso tierras de cultivo. El festival aún se sigue celebrando hoy en día en toda la región andina, en países como Bolivia, Ecuador y Perú.
Cuando Inti aparece retratado en el arte inca, normalmente se le representa como estatua de oro, disco solar o máscara de oro. El oro es el metal precioso más habitualmente vinculado a este dios, y los incas creían que el oro era el «sudor del sol». Aunque la adoración de Inti ya no está tan generalizada como en el pasado, su imagen como sol reluciente aún puede verse en las banderas de dos naciones sudamericanas, más concretamente Argentina y Uruguay.
Este artículo fue publicado anteriormente en Ancient Origins en español y ha sido publicado nuevamente en CodigoOculto.com con permiso.
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