Nuestro planeta estará expuesto a un mayor peligro de colisión con cuerpos celestes del tamaño de asteroides a partir del 2022.
Los investigadores del Instituto Astronómico de la Academia de Ciencias de la República Checa descubrieron que los fragmentos del cometa Encke, conocidos por los astrónomos como Táuridas, representan una gran amenaza para la Tierra.
Dos corrientes de meteoros, registrados por primera vez en el siglo XIX, se observan anualmente a finales de octubre y principios de noviembre. Su actividad es relativamente pequeña: un promedio de siete meteoros por hora.
Al analizar las observaciones hechas entre 2005 y 2015, los astrónomos checos descubrieron una nueva corriente de residuos espaciales, desconocidos hasta ahora, cuya órbita cruza la de la Tierra. De trata de dos asteroides —2005 UR y 2015 TX25—. Sus dimensiones son de alrededor de entre 200 y 300 metros.
La última vez que pasaron en las inmediaciones de nuestro planeta fue a finales de octubre y en diciembre de 2015. Sin embargo, los científicos advierten que otros cuerpos celestes del mismo tipo pueden aparecer detrás de ellos y traer consecuencias catastróficas para la Tierra.
El año 2022, podría ser crítico ya que el cometa Encke volará muy cerca de nuestro planeta. Si los trayectos de sus fragmentos no cambian, es posible que una colisión pueda ser evitada. Sin embargo, peligros similares se producirán en 2025, 2032 y 2039, según los científicos.
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