Los mitos y leyendas de diversas culturas hablan de una Edad de Oro de la Humanidad, en la que se detalla una catástrofe global conocida como la “Guerra de los Dioses”, que destruyó la gran civilización de los “dioses” y “semidioses”. Además, los restos de esta civilización anterior al diluvio se encuentran dispersos por todo el mundo en forma de estructuras gigantescas, pirámides, templos, bajorrelieves y mucho más, que se consideran imposibles de construir incluso con la tecnología actual.

La narrativa convencional de la historia a menudo se centra únicamente en las sociedades primitivas y la Edad de Piedra. Esta visión académica “clásica” impone una secuencia: desde la oscuridad y la ignorancia primitivas hasta el Antiguo Egipto, el Antiguo Oriente, la Antigua China y la India, la Antigua Grecia, la Antigua Roma, seguidos por los bárbaros —principalmente germanos y galos— y luego los reinos bárbaros, la Edad Media europea y, finalmente, la Edad Moderna.

A menudo se dice que la historia la escriben los vencedores, y la narrativa histórica predominante de la humanidad se ha moldeado para servir a los intereses de las potencias occidentales, donde se originaron las escuelas “clásicas” romano-germánicas y bíblicas.

Sin embargo, a medida que pasa el tiempo, surge cada vez más información que cuestiona la versión “clásica” de la historia. Con la llegada de la era de la información, se ha vuelto cada vez más difícil suprimir o desacreditar a los pocos investigadores tenaces que exploran áreas consideradas prohibidas por la narrativa tradicional.

Huellas de una civilización antigua

En Indonesia se ha descubierto una pirámide que podría tener 25 000 años de antigüedad. Según la visión tradicional, en aquella época era la Edad de Piedra y los seres humanos vivían en cuevas, sin capacidad para construir estructuras tan complejas.

La pirámide de Gunung Padang, también conocida como la Montaña de la Iluminación, situada en la cima de un volcán extinto en Java Occidental, Indonesia, podría ser la pirámide más antigua del mundo. Este hallazgo se publicó en la revista Archaeological Prospection.

Utilizando técnicas como la electrotomografía, la tomografía sísmica y el radar de penetración en el suelo, los arqueólogos han estudiado la estructura de la pirámide. Determinaron que la pirámide se construyó a lo largo de muchos miles de años y que podría contener cámaras huecas en su interior.

Los autores afirman:

“El estudio pone de manifiesto la existencia de sofisticadas tecnologías de construcción durante la última glaciación, antes de la llegada de la agricultura”.

Al mismo tiempo, existen numerosas estructuras megalíticas en Indonesia y en todo el océano Pacífico. La tecnología utilizada para crear estos megalitos es extraordinaria. Los antiguos constructores tenían los conocimientos necesarios para construir con bloques que pesaban entre cientos y miles de toneladas, tallaban mármol y granito sin esfuerzo y creaban patrones increíblemente complejos en los megalitos.

Sin embargo, hay quienes afirman que una mafia global, decidida a ocultar la verdadera historia, se sintió rápidamente perturbada por estos hallazgos. Fue como si se hubiera producido un ataque a las narrativas históricas establecidas. Según la academia dominante, los pueblos de esa época eran simples cazadores-recolectores que empuñaban garrotes y palos para excavar. En medio de la controversia que se desató, se retiró la publicación que detallaba la pirámide indonesia.

Gunung Padang. Investigadores sugieren que una pirámide se oculta bajo la montaña. Crédito de imagen: Wikimedia Commons

El misterio de la Antártida y la esfinge egipcia

La ciencia convencional sigue guardando silencio sobre los mapas medievales, como el del almirante Piri Reis. Este mapamundi, creado en 1513 en Constantinopla por el almirante turco y entusiasta de la cartografía Piri Reis, muestra América antes de su descubrimiento oficial y la Antártida, que no fue descubierta hasta el siglo XIX, sin hielo.

La Antártida apareció por primera vez en los mapas medievales antes de su descubrimiento real, lo que sugiere que el continente aún puede guardar secretos. Cabe destacar que tanto expediciones británicas como nazis han explorado la zona, y los nazis, en la década de 1930 y principios de la de 1940, buscaron pruebas de una antigua civilización de «dioses».

Del mismo modo, la esfinge egipcia muestra signos de erosión por la lluvia, lo que sugiere una historia mucho más antigua de lo que se reconoce actualmente. La mayor parte de la esfinge ha sido restaurada en la época moderna, lo que ha ocultado estos signos. Además, hay pruebas de que la esfinge y las pirámides estuvieron sumergidas en el pasado, lo que indica una catástrofe importante, posiblemente el diluvio bíblico.

En 1990, el profesor de geología de la Universidad de Boston Robert Schoch examinó la estatua y concluyó que los patrones de erosión de la esfinge fueron causados por lluvias intensas durante siglos, lo que sugiere que es anterior a los faraones en milenios, posiblemente remontándose a entre 10 000 y 11.000 años a. C. Sin embargo, la esfinge fue restaurada posteriormente, posiblemente para evitar más especulaciones. La opinión tradicional sostiene que la esfinge y las pirámides fueron construidas mediante trabajo manual a las órdenes de los faraones, y cualquier teoría alternativa suele ser descartada.

En Egipto, la eliminación y la falsificación de pruebas históricas auténticas han sido prácticas habituales. Los franceses y los británicos han estado implicados en estas acciones. En la actualidad, cualquier hallazgo que contradiga la narrativa oficial se oculta o se clasifica rápidamente.

Se cree que el Volga, Siberia y el Amazonas guardan los secretos de la verdadera historia de la humanidad.

Mapa de Piri Reis. Crédito de imagen: Museo de Topkapi Sarayi / Wikimedia Commons

La versión de la ciencia

La ciencia convencional suele pasar por alto las pruebas de civilizaciones antiguas en los bosques nevados y la selva.

En la selva amazónica, el descubrimiento de numerosas ciudades perdidas, unidas por una vasta red de carreteras, ha sido facilitado por la tecnología moderna.

Científicos del National Center for Scientific Research of France (CNRS) hicieron el descubrimiento utilizando la tecnología Lidar (Light Detection and Ranging). Esta tecnología funciona de manera similar a una ecosonda, pero utiliza un rayo láser. Mide la distancia al suelo, sin que los árboles supongan un obstáculo. Posteriormente, se crea un modelo 3D del terreno a partir de los datos. Este estudio en particular se llevó a cabo en Ecuador.

Los científicos académicos ignoran en gran medida estos hallazgos, ya que sus teorías sugieren que tales pruebas no deberían existir. Sin embargo, existen, y se pueden visitar y tocar físicamente. No obstante, por alguna razón, estos lugares siguen sin explorarse ni estudiarse.

Las ciudades perdidas de la selva amazónica han sido durante mucho tiempo objeto de fascinación. De hecho, hasta hace poco se consideraban leyendas, similares a El Dorado.

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Por: CodigoOculto.com