Según un grupo de astrónomos, un pequeño asteroide de unos 12 metros de largo descubierto el año pasado en órbita alrededor de la Tierra podría proceder de un lugar sorprendente: la superficie de la Luna.
El asteroide fue detectado por primera vez el pasado mes de agosto por el telescopio ATLAS de la University of Hawaii, en Sudáfrica, y los investigadores han descubierto que su origen se remonta a un gran impacto que probablemente tuvo lugar en la Luna hace mucho tiempo. Las investigaciones sobre el inusual descubrimiento, denominado asteroide 2024 PT5, podrían aportar nuevos datos sobre la historia geológica de la Luna.
Los nuevos estudios sobre las inusuales características de 2024 PT5 han llevado a los científicos a creer que el objeto estuvo probablemente asociado con material que se desprendió de la superficie lunar. Esto ofrece nuevas vías potenciales para comprender la ciencia de los asteroides lunares.
Un extraño asteroide en órbita alrededor de la Tierra
Teddy Kareta, que dirigió la investigación sobre el peculiar asteroide, dijo en un comunicado:
“Teníamos una idea general de que este asteroide podía proceder de la Luna, pero la clave fue descubrir que era rico en minerales de silicato, no de los que se ven en los asteroides, sino de los que se han encontrado en muestras de rocas lunares”.
La investigación de Kareta, astrónomo del Lowell Observatory de Arizona, se centra en cómo las propiedades modernas de algunos de los cuerpos más pequeños de nuestro Sistema Solar pueden relacionarse con sus probables condiciones de formación. Entre estos objetos se incluyen cometas, centauros (objetos que orbitan alrededor del Sol entre Júpiter y Neptuno y que cruzan las órbitas de al menos uno de los planetas gigantes) y asteroides como 2024 PT5.
Los trabajos anteriores de Kareta, entre los que se incluye su tesis doctoral, trataban sobre cómo estos objetos y cambiantes, ya sea porque han comenzado recientemente, han cambiado repentinamente o han cesado por completo su actividad cometaria. En cuanto al 2024 PT5, su falta de meteorización espacial apunta a que sólo lleva unos pocos miles de años en el espacio.
Desde que se realizaron las primeras observaciones de este inusual asteroide, otras posteriores llevadas a cabo por el telescopio Lowell Discovery y el Infrared Telescope Facility de la NASA en Mauna Kea, Hawai, confirmaron que la luz solar que se reflejaba en la superficie del objeto espacial era muy similar a cómo se refleja la luz en la roca lunar.
Sin embargo, la similitud del objeto con las rocas lunares no significaba que no se consideraran otras posibilidades, incluida la posibilidad de que 2024 PT5 no fuera en absoluto una roca espacial; ¿podría haber sido algún tipo de objeto fabricado?
¿Origen artificial?
Otra posibilidad era que 2024 PT5 fuera un residuo espacial de origen humano procedente de una de las muchas misiones que han estado en órbita durante décadas.
Para determinar si este escenario podría explicar la singular apariencia del objeto, los científicos del Center for Near Earth Object Studies (CNEOS) de la NASA llevaron a cabo un cuidadoso análisis de su movimiento. Esto les permitió calcular los efectos de la presión de la radiación solar -es decir, la fuerza ejercida por la luz solar sobre los objetos a la deriva en el espacio-, revelando que eran demasiado pequeños para explicar un objeto artificial.
Oscar Fuentes-Muñoz, investigador postdoctoral de la NASA en el Jet Propulsion Laboratory, dijo en un comunicado:
“Los restos fabricados por el hombre suelen ser relativamente ligeros y son empujados por la presión de la luz solar. Que 2024 PT5 no se mueva de esta manera indica que es mucho más denso que la basura espacial”.
Pistas sobre la historia oculta de la Luna
Con la verificación de la identidad de 2024 PT5 como asteroide, el descubrimiento duplica oficialmente el pequeño número de asteroides conocidos que los astrónomos creen que se originaron en la superficie lunar. Actualmente, el único otro asteroide que se ha confirmado que procede de la Luna es el asteroide 469219 Kamo’oalewa, descubierto en 2016.
Sin embargo, a medida que los telescopios sigan mejorando, los astrónomos confían en que se realicen nuevos descubrimientos que apunten al origen lunar de los objetos cercanos a la Tierra, lo que puede ofrecer oportunidades adicionales para estudiar la Luna y los procesos que tienen lugar en su superficie, como la formación de cráteres, así como la naturaleza de su material subsuperficial y los cambios que experimenta durante largos periodos.
Un objetivo clave para astrónomos como Kareta es vincular en el futuro un asteroide lunar con un cráter de impacto concreto. Esto ayudaría a obtener una visión muy detallada de cómo se forman los cráteres lunares y cómo el material lunar de las profundidades de la superficie puede ser expulsado y, finalmente, llegar a la Tierra gracias a asteroides como 2024 PT5.
A medida que científicos como Kareta prosigan su trabajo, los descubrimientos en curso sobre la dinámica que subyace a los fenómenos lunares no sólo contribuirán a profundizar nuestra comprensión de la Luna y su dinámica historia, sino que también se prestarán al avance de la ciencia de los asteroides.
Kareta dijo recientemente:
“Se trata de una historia sobre la Luna contada por científicos especializados en asteroides.
Es una situación poco frecuente en la que hemos salido a estudiar un asteroide pero luego nos hemos adentrado en un nuevo territorio en cuanto a las preguntas que podemos hacer a 2024 PT5″.
Los hallazgos de la investigación han sido publicados en Astrophysical Journal Letters.
[FT: JPL]
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