Desde funcionarios del gobierno y hasta miembros del ejército de Estados Unidos han revelado haber sido testigos de objetos voladores no identificados sobrevolando bases que almacenan armas nucleares. Esto hace que nos preguntemos: ¿por a menudo se ven OVNIs cerca de bases que resguardan armas nucleares? ¿Podrían las inteligencias no humanas estar controlando nuestro destino nuclear?
Una hipótesis convincente sugiere que los avistamientos OVNI aumentan en épocas de mayor tensión geopolítica, sobre todo cuando se intensifica la amenaza de guerra nuclear.
¿Inteligencias no humanas interviniendo?
En los últimos cinco años, a medida que el Reloj del Juicio Final se acerca a la medianoche, los informes de actividad OVNI se han disparado. Este patrón coincide con las afirmaciones de que las inteligencias no humanas (NHI, por sus siglas en inglés) están profundamente preocupados por el potencial destructivo de las armas nucleares, no sólo para la humanidad, sino para el propio planeta.
Esta teoría postula que los NHI pueden poseer la capacidad de controlar e incluso neutralizar los arsenales nucleares. Informes de personal militar han detallado incidentes en los que supuestamente ovnis se cernieron sobre silos nucleares, inutilizando temporalmente los sistemas de lanzamiento. ¿Podría tratarse de un mensaje deliberado? ¿Cuál sería ese mensaje?
“Estamos vigilando, y no dejaremos que destruyas tu mundo”.
¿El gran “engaño” nuclear?
Otro ángulo intrigante es la idea de que las armas nucleares podrían no funcionar como creemos. Algunos teóricos sostienen que las NHI han inutilizado estas armas, tal vez mediante tecnología avanzada o una supresión fundamental de las capacidades nucleares. De ser cierto, esto explicaría el extraordinario secretismo que rodea a los arsenales nucleares y la postura geopolítica que se basa en su valor disuasorio.
Esto también podría explicar el acuerdo casi universal entre las potencias nucleares para impedir que nuevas naciones desarrollen armas nucleares. El repentino cese de las pruebas nucleares por parte de las principales potencias -desde 1992 en el caso de Estados Unidos y desde 1990 en el de Rusia- aviva esta especulación.
Si estas armas son, como algunos afirman, “costosos pisapapeles”, su valor reside más en la percepción que en la practicidad. Cualquier revelación pública de esta verdad podría desestabilizar las estructuras de poder mundiales.
La última prueba nuclear confirmada ocurrió en septiembre de 2017, cuando Corea del Norte realizó su sexta detonación nuclear. Si los OVNIs están realmente preocupados por el uso de armas nucleares por parte de la humanidad, ¿por qué su actividad reportada no se ha intensificado alrededor de Corea del Norte, un estado que sigue siendo abiertamente desafiante en sus ambiciones nucleares?
Una posibilidad es que, en un principio, los OVNIs no fueran conscientes de la entrada de Corea del Norte en el ámbito nuclear. La posición relativamente aislada de Corea del Norte en la escena mundial podría suponer un desafío único, incluso para una inteligencia extraterrestre.
Un escenario distinto
A diferencia de lo que ocurría durante la Guerra Fría, cuando las tensiones nucleares se centralizaban en torno a dos potencias dominantes, la naturaleza multipolar y menos predecible del panorama nuclear actual podría complicar su aparente estrategia.
Esta hipótesis no sólo amplía el alcance de la teoría de la “conexión nuclear”, sino que también sugiere que las acciones -o inacciones- de estas entidades no identificadas pueden depender de cómo prioricen los riesgos potenciales para la humanidad o el planeta en su conjunto.
Si esto es cierto, entonces el programa nuclear de Corea del Norte, aunque importante, podría seguir considerándose una amenaza menos inmediata que un enfrentamiento nuclear a gran escala en el que participaran varias superpotencias.
Un incidente peculiar que se cita a menudo en estos debates es la alerta de misil balístico de 2018 en Hawaii, que resultó ser una falsa alarma. Aunque la explicación oficial lo atribuye a un error humano, puede haber sido una prueba de la respuesta pública, o incluso un momento de intervención real.
Si los NHI están vigilando las capacidades nucleares, sucesos como éstos podrían representar intentos de prevenir accidentes o enviar mensajes a los gobiernos de que sus acciones están bajo escrutinio.
Los testimonios de primera mano del personal militar dan mayor credibilidad a estas ideas.
Nuevos actores, viejas reglas
La entrada de nuevas potencias nucleares, como Corea del Norte, en esta delicada ecuación plantea interrogantes sobre cómo se desarrolla esta dinámica en la escena mundial. Si las INDH están neutralizando realmente las capacidades nucleares, ¿por qué permitirían ensayos de naciones como Corea del Norte?
Estas pruebas podrían pasar desapercibidas en un primer momento y provocar una intervención posterior. Otra posibilidad es que las potencias nucleares establecidas actúen como intermediarias, haciendo cumplir las «normas» establecidas por las NHI.
Algunos analistas sostienen que las grandes potencias del mundo mantienen una fachada de unidad en lo que respecta a las armas nucleares precisamente porque la ilusión de su funcionalidad es vital para la estabilidad mundial.
Cualquier desviación de esta narrativa -como que una nueva nación ponga de manifiesto la ineficacia de las armas nucleares- podría echar por tierra décadas de posturas estratégicas.
La idea de que las NHI están interfiriendo activamente en nuestras capacidades nucleares lleva a otra pregunta: ¿Por qué?
Algunos argumentan que las NHI tienen un interés personal en los ecosistemas de la Tierra y pueden ver las ambiciones nucleares de la humanidad como una amenaza para su propia existencia. Si comparten nuestro planeta -ya sea bajo el agua, bajo tierra o incluso en dimensiones paralelas- tendrían motivos de sobra para evitar una catástrofe nuclear que pudiera poner en peligro sus hábitats.
Extraterrestres y/o Interdimensionales
El Dr. Michael Salla, especialista en política internacional y figura destacada en el campo de la ufología, ha analizado teorías según las cuales las civilizaciones extraterrestres -interdimensionales o de otro tipo- podrían estar preocupadas por la capacidad y el uso de armas nucleares por parte de la humanidad.
Sugiere que tales entidades podrían haber estado interviniendo para evitar el uso de armas nucleares, especialmente tras incidentes como avistamientos de OVNIs cerca de bases militares e instalaciones nucleares.
También existe una posibilidad más inquietante: Los NHI podrían ver a la humanidad como un experimento, y la prevención de una guerra nuclear es una forma de preservar su “inversión”.
Esta perspectiva retrata a los NHI como fríamente pragmáticos, que no intervienen por altruismo sino para garantizar la supervivencia de un recurso que consideran valioso, ya sea la biodiversidad del planeta o la propia humanidad.
Si los gobiernos poseen pruebas de que los NHI vigilan o interfieren en instalaciones nucleares, la opinión pública merece saberlo. Con lo mucho que hay en juego, comprender la verdadera naturaleza de estas interacciones podría ofrecer un camino hacia la desescalada y un futuro menos lastrado por la sombra de la guerra nuclear.
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